La fascinación e incomodidad de "Elle"

“Elle” es una película que impacta, que necesita pensarse, sobre la que es difícil decir cosas tajantes por lo ambiguo de su discurso y lo inquietante del mundo que nos relata.

“Elle” es una película que impacta, que necesita pensarse, sobre la que es difícil decir cosas tajantes por lo ambiguo de su discurso y lo inquietante del mundo que nos relata.

La película francesa recientemente sumó a su larga lista de reconocimientos los premios a la Mejor Película Extranjera y a la Mejor Actriz en la pasada entrega de los Globos de Oro. Sin embargo, ya se anunció que la película de Paul Verhoeven no estará entre las nominadas en la categoría para competir por el Premio Oscar a la Mejor Película en habla no inglesa. Este dato nos dice bastante tanto de la cinta protagonizada por Isabelle Huppert como de la Academia Hollywoodense. “Elle” es una película incómoda de una moral ambigua y un protagónico femenino complejo, todos elementos que ponen muy nerviosos a los miembros de la Academia.

“Elle” se estrenó en mayo del 2016 en el Festival de Cannes como parte de la competencia oficial del certamen más importante del mundo y desde entonces no ha parado de recibir elogios y crear polémicas. La película aparece entre las favoritas del año que pasó de una larga lista de medios y críticos tanto en América como en Europa, incluyendo la prestigiosa revista francesa Cahiers Du Cinema.

¿Qué tiene “Elle” que fascina e incomoda? Para los más cinéfilos podríamos dar una referencia que ayuda a situar. La protagonista tiene mucho de los personajes que interpretó la misma Isabelle Huppert en “Gracias por el chocolate” cinta del 2000 dirigida por Claude Chabrol  y “La profesora de Piano” (2001) de Michel Haneke. En “Elle” Huppert encarna a Michele Leblanc una mujer con una infancia traumática a quien conocemos en su edad madura, atractiva, sexual y determinada. Contra todo pronóstico este personaje fue capaz de armarse como una exitosa empresaria primero en el mundo de la literatura y luego en el de los video juegos.

La película parte sin concesiones y continuará así a lo largo de sus más de dos horas de duración. A lo primero que se enfrenta el espectador es a la pantalla en negro y sonidos de una pareja que parece estar teniendo sexo. Al aparecer la imagen el espectador reconoce que lo que ve es una violación. La escena es corta y brutal, sin planos detalles. Lo que al director le interesa es instalar el hecho y permitir que el espectador observe con atención la reacción de la mujer violada, y desde allí comenzar a construir un impresionante retrato de personaje. De un personaje con muchas capas, con el que el espectador puede generar al mismo tiempo empatía y rechazo.

Rodeada de personajes también complejos y dañados, Michele Leblanc es una mujer que tempranamente -y a pesar de lo fuerte de su historia familiar- decidió que no sería una víctima. Sólo eso explica que haya logrado superar, por lo menos superficialmente, el trauma y convertirse en la mujer que es. El suceso con el que parte la película es sólo uno más de las muchas violencias con las que parece haberse encontrado. Ella es dura, independiente y egoísta. No es una heroína, pero es heroica.

“Elle” es una película que impacta, que necesita pensarse, sobre la que es difícil decir cosas tajantes por lo ambiguo de su discurso y lo inquietante del mundo que nos relata. Lo que sí se puede señalar con seguridad es que tiene merecidos todos los premios que ha recibido y que es de esos filmes difíciles de sacarse de encima. Eso ya es bastante decir.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X