Ni desnudo ni bajando la escalera es una obra de tipo burlesca que se ríe de nuestra sociedad actual y que es narrada desde una mirada pictórica y circense.

En esta pieza de circo contemporáneo, se busca cuestionar las convenciones de la vida moderna, descontextualizando la cotidianeidad, a través del cuerpo, sonido, imagen y humor absurdo.

Un velador, una silla, lámparas, sábanas son parte del escenario de la obra, que podría ser una casa cualquiera, un poco desordenada. Pero lo que ocurre ahí intenta hacer dudar de lo común y sin decir una palabra.

“Es un espacio lleno de ilusiones e ironías visuales que son un texto complementario al cuerpo, en este afán por cuestionar lo que damos por sentado”, dice Andrés Labarca, director de la obra.

A través del lenguaje corporal, se relatan situaciones absurdas de nuestro diario vivir en tres espacios escenográficos que forman uno. En este universo obscuro, simpático y sorprendente, se despliega una puesta en escena con una cualidad de movimiento pocas veces vista, que une acrobacia, danza, música y equilibrio.

El montaje coquetea en su título con Desnudo bajando la escalera, una de las pinturas más conocidas de Marcel Duchamp. Lo hace para citar lo impredecible que caracterizó la obra del artista visual francés. También “es un llamado al absurdo que deviene de la repetición irrestricta de algo, o de nada”, agrega Labarca.

La obra se presentará en el GAM desde el 7 de septiembre al 1 de octubre, de jueves a domingo a las 20 horas, exvepto los días 16 y 17 de septiembre.  La entrada tiene un valor de $5.000 (general), $3.000  (estudiantes y tercera edad) .