Unos meses antes de la elección de 2013 un grupo ciudadano comenzó a organizar una campaña paralela a la presidencial y parlamentaria. La premisa principal que incentivó este movimiento fue marcar AC (sigla de Asamblea Constituyente) en una esquina del sufragio, para así contabilizar cuánta gente en Chile estaba de acuerdo con convocar un proceso de estas características, cuyo leitmotiv era cambiar la Carta Fundamental de la República, la misma que se impuso en 1980 luego de un plebiscito fraudulento impulsado por la dictadura cívico-militar.
En la práctica, cuatro años después todo sigue igual, pero a diferencia del panorama electoral anterior, y salvo unas cuantas pautas de prensa que luego se transformaron en noticia, los candidatos presidenciales no han elevado como tema principal de sus agendas la reforma o eventual erradicación de la Constitución.
Pese a la falta de énfasis mediático, los únicos que rechazan la AC de plano son Sebastián Piñera y José Antonio Kast. Alejandro Guillier y Carolina Goic, las dos cartas de los partidos de la Nueva Mayoría, están por estudiar el mejor mecanismo pero no la descartan.
“Sostuvimos reunión con Marco Enríquez-Ominami, Beatriz Sánchez y nos vamos a reunir con Eduardo Artés. Pedimos entrevista con Alejandro Navarro y Alejandro Guillier pero no tuvimos respuesta confirmatoria de esta. Nosotros entendemos que uno de los puntos de convergencia más importantes para la segunda vuelta es la AC, no nos cabe duda que va a ser un tema que estará sobre la mesa entre la primera y segunda vuelta”, dice Manuel Lobos, coordinador nacional de Marca Tu Voto, colectivo que organizó la recordada campaña durante 2013.
El hecho de la causa es que la propuesta de una política así tiene distintos niveles de convicción, con mayor o menor espacio en los programas de gobierno de los candidatos presidenciales.
Prioridades en tiempos de campaña
Para Patricio Zapata, abogado constitucionalista de la Universidad Católica, el debate sobre Asamblea Constituyente no es algo que se deba descartar ante la urgencia de cambiar la Carta Fundamental. Sin embargo, esta instancia, en su opinión, debiera posicionarse en una modalidad determinada.
“Lo que me complica es que elijamos a un grupo de personas para hacer un proyecto de nueva Constitución y, en la convicción de que son el pueblo soberano en acto, empiecen a tomar decisiones inmediatas que concentren todo el poder en un grupo. Cuestión distinta es que alguien postule que, para hacer un proceso de nueva Constitución, antes que el pueblo lo ratifique, puede ser bueno que elijamos a un grupo de 150 o 200 compatriotas que se dediquen exclusivamente a ese propósito”, afirma.
De todas formas, el abogado concuerda con que ha habido falta de énfasis en las campañas presidenciales para posicionar esta agenda en primera plana.
“Los propios ciudadanos que pueden querer una nueva Constitución, probablemente están más urgidos por el tema de las pensiones, el tema de la salud o el tema de la delincuencia. Yo creo que los candidatos se amoldan a lo que el ciudadano común quiere escuchar. A mí me hubiera gustado, confieso, que el tema de nueva Constitución figurara más, pero en una campaña como esta las candidaturas se focalizan en lo urgente”, agrega.
Fernando García Naddaf, académico de la Universidad Diego Portales y experto en comunicación política, indica que la AC ya está posicionada en el debate público, por lo que dejó de ser novedad y, por lo tanto, quedó al margen de las prioridades en tiempos de campaña.
“Un principio básico es que los candidatos tienen que tener un factor diferenciador y motriz. En este caso no es diferenciador porque tienes a cinco candidatos de acuerdo; y motriz, bueno, sabemos que por las encuestas que a muchos de nosotros les puede interesar el tema de la Constitución, pero para la mayoría de los chilenos no es motriz, no es suficientemente fuerte, por lo tanto los candidatos no pueden dedicarse a ese tema, sino que simplemente a declamar el tema de la Constitución pero no como algo que pueda movilizar votos”, explica.