Señor Director:
Quisiera intentar aquí un análisis de los resultados que rompe con los comentarios clásicos que me parecen pasar a menudo al lado de lo que es esencial.
Comenzaré así por el voto de José Antonio Kast que representa una categoría de chilenos neopinochetistas que añoran el régimen de fuerza o que desean la implantación de un régimen de ese tipo en nuestro país. Se trata pues de chilenos que aborrecen la democracia y que si hoy por hoy son extremadamente minoritarios podrían ver su influencia aumentar rápidamente.
En efecto, si a los que aborrecen la democracia sumamos el 55 por ciento de los que no participan en la tragicomedia en que ella se ha transformado, obtenemos un cóctel político-social que puede hacer de nuestro país un sitio privilegiado para nuevas intentonas golpistas o ensayos populistas fascistoides.
Mis propósitos pueden parecer alarmistas, o hacer sonreír, pero no creo estar muy lejos de lo que piensan muchos compatriotas que ven como a diario, y con la complicidad de los dirigentes políticos, nuestra sociedad se disuelve, minada por el aumento de las desigualdades y el despliegue de una economía mortífera para los más desprotegidos.
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