El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género entregó este domingo la cifra de 42 femicidios ocurridos durante 2017 por cónyuges, parejas o ex parejas. Antes de que cerrara el año, sin embargo, el trágico número aumentó por otro suceso que tuvo lugar en la región de Ñuble, y que dejó la cifra en 43, es decir, nueve casos más que en 2016.
Eso fue la cifra oficial, puesto que la Red Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres arrojó otra información, en la que se describe que el dato alcanzó los 65 femicidios. La diferencia se da porque en este último indicador se incluyen situaciones que no necesariamente están ligadas a una estrecha relación familiar, pero que de todas maneras va en el mismo sentido de violencia de género. Ejemplos de ellos son las personas asesinadas por clientes sexuales o, sencillamente, por desconocidos.
En ese sentido, Silvana del Valle, abogada de la Red, expresó su preocupación respecto de esta cifra más alta que el período pasado. Por lo mismo, avisó que este nuevo año seguirán trabajando para que la ley considere las situaciones paralelas.
“Nosotras hace muchos años que estamos discutiendo y planteando que nuestra ley es insuficiente, que fragmenta la situación de la violencia contra las mujeres y las deja solamente en el ámbito de lo familiar, donde no es el único ámbito en el que ocurre la violencia contra las mujeres, sino que atraviesa todo ámbito de nuestras vidas. Para poder prevenirla, debemos considerarla de esa forma”, aseguró.
La abogada agregó que “si estamos siempre pensando la violencia contra las mujeres como una cuestión familiar, lo que va a ocurrir es que no se hacen campañas de prevención fuerte, sino que se reacciona cuando ya es demasiado tarde”.
Nadia Martínez, vocera del colectivo #NiUnaMenos, expresó que los datos entregados por el Ministerio no se hacen cargo del problema mayor, que significaría cruzar información respecto de cuál es el origen de este maltrato hacia el género.
“Necesitamos que los datos no solo existan, sino que se interpreten de la manera correcta. En eso también estamos fallando. Lo que apuntamos nosotras es que en este 2018, focalizarnos en prevención, porque estamos llegando tarde, es un hecho. Estamos llegando después del femicidio con un aparato legal que no sirve, que no va a la causa y raíz estructural de este problema”, indicó.
La activista añadió que la violencia contra la mujer tiene un origen incluso desde antes del pololeo. De esta forma, apuntó a dos instituciones fundamentales en las que se debería trabajar. “Los modelos de sumisión se aprenden en el colegio y en la familia. Hoy en día lo que tenemos que ver es cómo se enfrentan y se resuelven otras formas de estar en el mundo”.
Por su parte, Claudia Dides, directora de la Corporación Miles, reaccionó frente a estas cifras entregadas por el Ministerio de la Mujer e indicó que en Chile hay varios actores que están al debe en aspectos.
“Este es un país que le falta en materia de políticas públicas, pero también en materia de lo que pueden hacer los medios de comunicación, lo que se puede hacer en los colegios, en las empresas, que son políticas para erradicar la violencia contra las mujeres. Habrá que penalizar más fuertemente la violencia en todos sus tipos: sexual, psicológica, económica, y habrá que tener mejores campañas, que duren todo el año”, declaró.
Por último, la activista acotó que es necesario realizar un trabajo “con los adolescentes, jóvenes, con los niños para criar nuevas generaciones que eviten la violencia contra las mujeres. Esto da cuenta de políticas públicas más drásticas, que tengan más perspectiva”.