Esta vez los recurrentes son los regantes de San Pedro de Atacama quienes manifiestan temer la afectación del Salar de Atacama debido a las labores de extracción del litio, lo que además podría generar daño ambiental y económico.
Al igual que el Consejo de Pueblos Atacameños, los regantes denuncian la falta de consulta sobre el acuerdo, según señaló a Cooperativa, Gabriela Urdiles, la abogada que los representa.
“Lo que pasa es que el Salar de Atacama es una cuenca cerrada que, en el fondo, es un ecosistema muy frágil y que hoy está siendo explotado por estas dos empresas que son Albemarle y SQM, y lo que alegan los regantes y los agricultores es que se han vistos perjudicados por una baja en el nivel de agua del salar y porque se están dañando también a la fauna y la flora que está en ese lugar”, explicó.
La representante indicó que “el miedo es que con este nuevo contrato se cause un daño mayor al salar. Este contrato se firma a las espaldas de ellos sin hacer ninguna consulta, sin hacer ninguna participación”.