Llegó la última jornada de alegatos orales en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El turno correspondió a Chile, donde debió replicar la demanda boliviana, aquella que dice que nuestro país tiene la obligación de negociar con la nación vecina una salida al Océano Pacífico con soberanía.
Un poco antes de las 5:00 AM, el presidente Sebastián Piñera llegó a La Moneda para seguir la exposición chilena desde allí. A la casa de gobierno también llegaron parlamentarios miembros de la Comisiones de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados y el Senado.
El primer jurista en contraargumentar la demanda de Bolivia fue el estadounidense Harold Koh, quien aseguró que “Bolivia ha fracasado en sus argumentos, por lo que su demanda debe ser desestimada”.
Koh también hizo referencia al cambio de fundamento de la demanda de Bolivia, en el sentido que al comienzo pedía un resultado concreto para luego exigir solo que se Chile se siente a negociar.
“Es muy serio cuando un solicitante pide a esta Corte un derecho a terrenos soberanos, y es más serio cuando dicho solicitante no puede explicar qué es dicha obligación, cuando surge dicha obligación y qué quiere decir”, expresó.
El jurista estadounidense destacó sobre todo, en su exposición, la poca solidez de la demanda boliviana, pues no ha probado los argumentos básicos de esta. Al respecto planteó que jamás quedó claro el surgimiento de la supuesta obligación de Chile de negociar.
El abogado francés Jean-Marc Thouvenin fue el siguiente en tomar la palabra, y lo hace afirmando que la tesis boliviana se contradice.
“Bolivia quiere que Chile le dé la posibilidad de ejercer soberanía, pero sin que el derecho la respalde”, declaró el jurista.
En ese sentido Thouvenin dijo que lo que Bolivia pretende es hacer valer una aspiración que hace pasar por necesidad, y no una reivindicación. Por el contrario, lo que Chile busca son sus propios intereses.
“Si la tesis de Bolivia fuera correcta, todo país que se siente víctima de una injusticia podría reclamar a sus vecinos que satisficieran sus necesidades”, sostuvo el jurista.
Principalmente al abogado francés evidenció las contradicciones y debilidades d la postura boliviana.
El presidente Sebastián Piñera siguió atentamente el alegato. A través de su cuenta de twitter el mandatario expresó: “Nos acompañan esta madrugada parlamentarios miembros de la Comisión de RREE y también el comité político, en la última jornada de #ChileEnLaHaya. Defender con convicción nuestra soberanía no tiene colores políticos, sino la firmeza y voluntad de todo un país y su pueblo”.
Sam Wordsworth, británico, fue el siguiente jurista en contraargumentar.
El abogado se refirió a uno de los documentos más citados por Bolivia: las notas intercambiadas en 1950 por ambas cancillerías. Al respecto declaró: “La promesa fue que Chile estaba dispuesta a escuchar las propuestas de Bolivia en cuanto a sus aspiraciones portuarias nada más, y hubiera estado dispuesta en 1950, pero Bolivia decidió no presentar sus propuestas”.
“Chile nunca firmó una nota que lo obligaba a negociar una salida al mar (…) Chile simplemente dijo que estaba dispuesto a negociar las satisfacciones del pueblo boliviano y los intereses de Chile, esa redacción no habla de obligarse a nada, no en el pasado ni en junio de 1950”, recalcó Wordsworth.
El jurista indicó que en los años posteriores a 1950, Bolivia abandonó su pretensión de un puerto en la costa chilena, y la disposición de negociar de ambas partes se había extinguido, por lo tanto, no existe la continuidad que Bolivia afirma.
Sobre la Declaración de Charaña de 1975, Wordsworth expresó que Bolivia intentó vincularla las notas de 1950, sin embargo “la redacción real de 1975 fue totalmente distinta y no compatible con la redacción de 1950 (…) No hay ninguna prueba sobre la cual en 1975 Bolivia estuviera queriendo basarse en 1950″.
Para Bolivia, “la declaración de 1975 forma parte de este concepto de continuidad según el cual Chile hubiera estado dispuesta a negociar el tema del acceso soberano, pero esto es saltarse que Chile solo estaba dispuesta a negociar en una base de intercambio de territorio y segundo que Bolivia no estaba dispuesta a negociar sobre esta base”, afirmó el abogado.
Dijo también que en 1950 y 1975 Chile estuvo dispuesto a entrar en negociaciones, sin embargo, ambas ocasiones fracasaron por la negativa de Bolivia.
La siguiente en tomar la palabra fue la abogada argentina Mónica Pinto. Al igual que la ocasión anterior, la jurista afirmó que las resoluciones de la Asamblea General de la OEA no crean obligaciones internacionales.
Afirmó que las resoluciones de la OEA no imponen una obligación jurídica de negociar. Y agregó que en al menos en ocho casos Chile se ha opuesto a estas resoluciones.
El hecho de no emplear la palabra “diferendo” en las resoluciones de la OEA no es un tema casual y esto no puede ignorarse, a ojos de la OEA no existe un “diferendo” entre Chile y Bolivia.
“Ninguna de esas 11 resoluciones menciona la existencia de un diferendo. Un problema o una situación pendiente no implica un diferendo”, sostuvo Pinto.
“La Asamblea General simplemente exhortó a las partes a que retome el diálogo, no hay recomendación a las partes a que inicien una negociación, no hay mención del carácter soberano del acceso al mar, lo que es incompatible con la teoría de continuidad que nos señala Bolivia”, afirmó.
El siguiente turno para exponer le correspondió al abogado británico Daniel Bethlehem, quien afirmó que “Chile no acepta la visión de la historia de Bolivia, pues es parcial e interesada”. Por lo mismo nuestro país “no se avergüenza de fundamentarse en el derecho”.
“En ocasiones, Chile debatió con Bolivia la cuestión del acceso soberano, pero en esas ocasiones la negociación fracasó, el objeto de la negociación se agotó. Hoy Bolivia no envía cartas diplomáticas a Chile, hoy Bolivia se comunica con Chile a través de los tuits de sus gobernantes, incluso durante la realización de estas audiencias”, afirmó Bethlehem, citando el polémico twitt publicado hace unos días por Evo Morales, donde aseguraba que Antofagasta es boliviana.
El abogado aseguró que “Bolivia se ha alejado progresivamente del derecho”. Agregó que “inventan sobre la marcha”, en ese sentido, la causa presentada ante la Corte Internacional de Justicia es “irreconocible”.
“Nadie entabla negociaciones pensando que están legalmente obligados a negociar o a llegar a un resultado específico” afirmó el letrado haciendo alusión a la demanda de Bolivia.
El abogado dijo que en caso hipotético de que esta obligación existiera, al momento en que este caso se inició en La Haya, llegó necesariamente a un punto muerto.
El agente chileno en La Haya, Claudio Grossman, hizo uso de su palabra, y lo hizo afirmando que Bolivia ha presentado un caso de hipérbole y distorsión.
La demanda de Bolivia cambia constantemente y eso demuestra la debilidad del país vecino, afirmó Grossman.
También, se refirió al constante argumento boliviano de que la carencia de una salida soberana al mar ha afectado a su economía y desarrollo. En ese sentido Grossman sostuvo que “Bolivia ha dicho que Chile tiene la llave para el desarrollo de Bolivia, Chile no la tiene”.
Sobre la reiterada acusación de que Chile es un “mal vecino”, el agente dijo que “Chile mantiene políticas de integración con todos sus vecinos incluyendo a Bolivia, Bolivia es un vecino crucial, es un país que es un tercio más grande que Chile continental, es rico en recursos naturales y tiene acceso al Pacífico a través de Chile y Perú, y acceso al Atlántico por sus países vecinos. Chile desea una estrecha relación con Bolivia sobre la base de un respeto recíproco”.
“La República de Chile solicita que desestime todas las demandas del Estado Plurinacional de Bolivia”, finalizó.
Con esta jornada se cierra la fase de alegatos por parte de ambos países en disputa. Se estima que el veredicto de los jueces de La Haya sea informado dentro de seis meses aproximadamente.
Reacciones
Terminado el alegato chileno, ambas delegaciones dieron declaraciones a la prensa. La primera en hacerlo fue la boliviana, que en voz de su agente, Eduardo Rodríguez-Veltzé, insistió en que Bolivia tiene razón en su planteamiento, que por lo demás, no ha variado.
“Ahora le corresponde a la Corte decidir en derecho y justicia (…) Bolivia respetará la decisión de la Corte, esperamos que Chile también lo haga”, afirmó el ex presidente del país vecino.
Veltzé también tuvo palabras para la venidera relación entre ambos países, al respecto sostuvo que “estamos con el compromiso de tender un nuevo tiempo, una nueva relación con Chile, nuestro vecino (…) tenemos que mirar el futuro con altura de miras”.
Por su parte, el canciller chileno Roberto Ampuero declaró que nuestro país presentó un relato macizo y demoledor, basado en verdades y hechos históricos.
Sobre la demanda de Bolivia, el secretario de Estado se preguntó “¿qué es lo que Bolivia buscaba específicamente en esta Corte? Su inconsistencia es clara como el agua”.
Para el agente chileno en La Haya, Claudio Grossman, la presentación de nuestro país desarticuló los argumentos bolivianos. Además, tuvo palabra para agradecer su participación en esta instancia, “me siento honrado”, expresó.
El presidente de la República, Sebastián Piñera, también tuvo palabras para referirse a a demanda de Bolivia en La Haya, al respecto insistió que “no hay temas limítrofes pendientes. No está en juego la tierra, el mar ni integridad física de nuestro país”.
Además subrayó que “Chile siempre será un país amante de la paz y buena voluntad”.