El confinamiento del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, es inminente. Pese a que hasta el venidero martes diez puede presentar un recurso, este no haría más que extender un tanto su tiempo en libertad.
Además, donde debe presentar el recurso es en el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre, misma entidad que ratificó la condena de Lula e incluso aumentó la sentencia dictada por el juez Sergio Moro a 12 años y un mes.
Pero como ya se dijo, pese a todos los recursos a los que se opte, la cárcel parece ser la siguiente parada de quien se hizo conocido como el primer presidente obrero de Brasil.
Sin embargo, una vez dentro, existe la posibilidad de no cumplir íntegramente los 12 años de condena. Una de ellas es que su defensa presente nuevas solicitadores de habeas corpus, ya que lo que el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil rechazó, fue un habeas corpus preventivo, sin embargo, este recurso puede presentarse las veces que se estime conveniente siempre y cuando esté basado en argumentos distintos.
Por ejemplo, como consignó BBC, hoy la excusa puede ser problemas de salud, mañana porque se está viejo, y pasado porque se está al límite de la muerte.
Otra alternativa para salir antes de la cárcel, es que su condena sea anulada por tribunales superiores. En ese sentido, estas instituciones ya no analizarán las pruebas en contra o a favor de Lula, sino que discutirán si el proceso estuvo dentro del marco de la legalidad.
Si estos tribunales concluyen que la causa no se llevó correctamente, la condena al ex mandatario puede ser anulada. La tramitación de estos recursos, sin embargo, puede durar años.
Una tercera vía para acortar el tiempo de confinamiento es que el STF cambie su posición sobre la prisión después de condenas de segunda instancia, como es el caso de Lula.
Esto no es imposible, ya que existen antecedentes sobre cambios de interpretación en los jueces. Lo dicho se explica, entre otros motivos, por el recambio de los magistrados a lo largo de los años.
En 2009 el STF autorizó a un condenado a recurrir a su sentencia en libertad, pues prohibió la cárcel antes del agotamiento de los recursos, sin embargo en 2016, la misma entidad se decidió por el cumplimiento anticipado de la pena.
Así, son varias las alternativas de Lula para acortar su tiempo en la cárcel. Independientemente de cuánto dure su paso por un centro penitenciario, su partido, el de Los Trabajadores, confirmó este jueves que seguirán insistiendo con la candidatura de quien todavía ostenta el título del político más popular de Brasil. “Llegaremos hasta las últimas consecuencias”, expresaron desde la colectividad.