El independentista catalán Carles Puigdemont salió este viernes de prisión después de que la justicia alemana decidiera no retener el cargo por “rebelión” contra él, aunque sigue amenazado por una posible extradición a España por otros cargos.

Al salir de la cárcel de Neumünster, en el norte de Alemania, Puigdemont exhortó este viernes al gobierno español a “iniciar el diálogo” sobre Cataluña. “Hemos pedido diálogo durante años y obtenido como respuesta solamente violencia y represión”, alegó.

En Alemania, una condición de la extradición es que el delito imputado exista también en el país, que examina el pedido. La única figura legal comparable al delito de “rebelión” en las leyes alemanas es el delito de “alta traición”, que no sería aplicable porque según el tribunal, en el caso catalán no ha habido ejercicio de la violencia, tal como lo entiende la legislación alemana.

Este dictamen hace que aún en caso de ser extraditado a España por el otro delito que se le imputa, el de malversación, Puigdemont no podrá se acusado de rebelión en España, por el que se reciben hasta 30 años de prisión.

Puigdemont está ahora en libertad condicional a la espera de saber la decisión del tribunal alemán por el cargo de malversación de fondos para financiar el plebiscito catalán, cuyo coste se calcula en 1,6 millones de euros, por lo que la justicia alemana deberá dirimir en un plazo máximo de 60 días.

Este viernes por la mañana su salida no parecía inminente: puesto en libertad bajo control judicial, Puigdemont no había aún pagado su fianza de 75.000 euros, según la fiscalía alemana. Es una de las condiciones para salir de la cárcel.

Una vez esté fuera, tendrá prohibido salir de Alemania, a la espera de una decisión final sobre su caso y tendrá que presentarse una vez a la semana en comisaría.