La cientista política y académica de la Universidad de Santiago, Lucía Dammert, conversó con Radioanálisis sobre la última cuenta pública del Ejecutivo.
En este sentido, la analista señaló que el discurso presidencial mantuvo la “hoja de ruta” definida por el Mandatario durante su campaña, donde se privilegiaron temas como la infancia y la seguridad ciudadana.
Frente a ello, la académica sostuvo que el Gobierno “tuvo varios escenarios” para elaborar su alocución. Sin embargo, indicó que se tomó una vía “tradicional” que optó por marcar la diferencia entre la actual administración y la pasada.
“Lo más extraño que se hizo fue marcar esos primeros minutos de diferencia respecto del pasado. Creo que fue un intento de decir vamos a continuar las cosas que se hicieron, pero en realidad el gobierno anterior fue ‘re-malo’ (…). Acá lo que hay es un intento comunicacional de establecer un antes y un después”, añadió Dammert.
Una oposición en crisis
Para la académica no es extraño que el Ejecutivo haya optado por cuestionar el rendimiento de la Nueva Mayoría. En esta línea, afirmó que el hecho de que “la oposición esté en una crisis de reorganización permanente” representa una ventaja para el Ejecutivo.
“Verdaderamente, pegarle hoy a la oposición es bastante barato, porque no es que al día siguiente vayamos a tener a gente joven defendiendo el legado del conglomerado, sino lo que uno tiene es como eso de lo que todo el mundo se queja: los mismos rostros que la gente reconoce que han estado veinte años en el poder”, dijo la experta.
Asimismo, Dammert manifestó que uno de los desafíos que deben asumir los partidos tradicionales es la capacidad de “leer a la ciudadanía”.
“Hoy la política es mucho más líquida y la ciudadanía también. Además, nos enfrentamos a una ciudadanía que es profundamente individualista. Hoy es mucho más difícil entender verdaderamente la parada ciudadana en general y en particular de algunos grupos frente a las políticas públicas (…). Éste ya no es un país donde uno puede partir con una agenda de programas estáticos, sólidos, poco flexibles y tratar de avanzar como si fuera un ferrocarril”, agregó.
Agenda feminista
Respecto de la agenda feminista impulsada por el Ejecutivo, Dammert señaló que “éste es es un tema cultural muy profundo, no es que vaya a cambiar solo con asuntos legales”. Por ende, indicó que este escenario “no le genera – al Gobierno- el drama que le hubiera producido una marcha por temas de atribuciones gubernamentales”.
“Distinto sería que estuviéramos reclamando el cien por ciento de la gratuidad universitaria, donde ahí lo que se hace es poner en jaque al Gobierno frente a un reclamo ciudadano”, concluyó la experta.