En medio de la polémica desatada por el regreso de Julio Ponce Lerou como asesor de SQM y por el rol que Eduardo Bitrán, ex vicepresidente de Corfo, jugó en este movimiento, el diputado comunista Daniel Núñez abordó el problema.
Dejando en claro la gravedad de la decisión del directorio de la minera no metálica expropiada durante la dictadura, el político recordó que lo importante es no distraerse del verdadero problema: la relación entre el Estado chileno, SQM y el litio.
En conversación con Radio Universidad de Chile reiteró que nunca confiaron en que una persona como Julio Ponce Lerou fuera a cumplir el acuerdo pactado, en el que se firmó que hasta 2030 no tendría relación con el rubro. “Tengo la conciencia tranquila. Hemos dado la lucha por defender el litio. Lamentablemente, mi gobierno no nos escuchó, pero nosotros igual hemos avanzado y presentamos un proyecto para crear la empresa estatal del litio que incluye expropiar a Soquimich, lo que -a estas alturas- es el camino para resolver algo tan básico como que Chile tenga el control sobre un recurso natural estratégico. La idea es desde ahí impulsar el desarrollo del país”.
Para Nuñez este es un momento histórico que se está desperdiciando, tal como se hizo en el siglo XIX con el salitre o como se hace hoy con el cobre: “Chile tiene un recurso muy importante en el mundo y que está concentrado en Chile, Argentina y Bolivia. En ese contexto, la idea es ponerlo al servicio del desarrollo del país”.
Una de las ideas del diputado y de otros sectores involucrados en el tema es crear alianzas con países como Brasil o Argentina para desarrollar industria de baterías para autos eléctricos. “Chile está regalando un mineral estratégico que nos permitiría asociarnos para integrarnos a economía de punta, para hacer producción industrial”, camino distinto al recorrido por Bolivia que, con políticas estatales, está desarrollando líneas de negocios en energías limpias, junto a países como Alemania.
Pese a haber sido parte del gobierno de la Nueva Mayoría, el congresista reconoce que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet erró el rumbo en el caso del litio. “Había una comisión investigadora que determinó que había que apuntar a una política de creación de una empresa estatal, de incorporar valor agregado al litio, camino para reindustrializar Chile. Ese camino, que tenía el apoyo político de importantes sectores de la Nueva Mayoría, no fue escuchado dentro del Gobierno. El responsable de eso fue Eduardo Bitrán, el optó por bajar el juicio que se le tenía a SQM y por este acuerdo espurio que no cumplía con los requisitos que decía”.
Sus críticas contra el ex vicepresidente del Corfo no se detuvieron ahí: “Eduardo Bitrán está haciendo una pantomina. Si tenía esas convicciones por qué no lo dijo antes. En el Congreso nos dijo que el acuerdo que estaba firmando era el mejor del mundo y, a continuación, nos decía que habíamos sacado totalmente a Ponce Lerou de cualquier participación con la empresa, en paralelo, mandaba un correo diciendo que podía ser asesor. Eso es burlarse, es engañar y él debe asumir su responsabilidad política”.
¿Cuánto de esto tiene que ver con la capacidad corruptora de la política por parte de SQM?
Es terrible, dramático, pero es público y de conocimiento. Nos escandaliza y lo rechazamos. Impulsamos desde el Congreso acciones que demuestran la soberanía e independencia que debe tener el mundo político de estos poderes económicos corruptores que, en el caso chileno, tenemos el ejemplo más gráfico en Soquimich.
Yo creo que Eduardo Bitrán fue funcional y se prestó para la trama de corrupción de Soquimich, no tengo miedo a decirlo.
No veló por el interés del país, por resguardar el patrimonio público. Hubo otros organismos públicos que también equivocaron el rumbo, probablemente no todos con antecedentes a la vista, tal vez tenían información incompleta, pero aquí el Consejo de Defensa del Estado debió oponerse a la suscripción de este contrato con Soquimich. Una empresa que tiene litigios ambientales, laborales, causas judiciales pendientes y, pese a ello, el Estado hace un contrato con ella.
Creo que la Contraloría también erró el camino. Nosotros hicimos en marzo una presentación ante el Contralor y le pedimos que no tomara razón de este acuerdo por ser lesivo para el interés nacional, además porque habían errores de procedimiento que lo viciaban. El Contralor no nos hizo caso, tomó razón. No obstante, todavía hay tiempo para que los organismo públicos, a los que les corresponde velar por el interés nacional, eviten que esta corrupción se legitime por el Estado.
Vamos a seguir peleando para que se invalide o anule el contrato firmado entre la Corfo y SQM.
¿Estamos escribiendo un nuevo capítulo de las Venas Abiertas de América Latina?
Sí. Nuevamente vemos a los grandes poderes económicos corrompiendo a las sociedades, al mundo político, pero es un nuevo capítulo donde también se escribe otra parte de la historia, la que también cuenta las Venas Abiertas: la lucha de los pueblos por liberarse de estos poderes corruptores, por defender estos recursos naturales, por buscar vías de desarrollo que produzcan los efectos positivos del desarrollo para que lleguen a todos los sectores de la sociedad.
Junto con sindicatos, académicos, historiadores y comunidades hemos creado el movimiento Litio para Chile. El lunes nos volveremos a juntar en una nueva asamblea en la CUT para ver qué medidas vamos a tomar.
Necesitamos articular movimientos sociales que luchen para defender el litio y que no se queden callados frente a este escándalo de la corrupción. No solo vamos a escribir la historia de la elite corrupta, sino la de un pueblo que lucha para parar estos intereses corruptores y recupera sus recursos naturales.