La Selección rusa se sacó de encima la desconfianza que pesaba sobre su espalda gracias a una contundente victoria por 5-0 sobre Arabia Saudita, en el partido inaugural de la Copa del Mundo 2018.
La racha de siete partidos sin ganar, con el último antecedente victorioso que se remontaba a octubre de 2017 (ante Corea del Sur), le ponía una cuota de presión al dueño de casa.
Sin embargo, en un estadio Luzhniki colmado con más de 80.000 espectadores, los dirigidos por Stanislav Cherchesov manejaron el encuentro y lograron los tres puntos en la apertura del Grupo A.
Un centro en diagonal desde la derecho desnudó las falencias defensivas del combinado asiático, por lo que Yuri Gazinskiy apareció sin marca y fue el responsable de abrir el marcador con un cabezazo cruzado.
Las malas noticias para el local llegaron a los 23 minutos de juego, ante el desplome de Alan Dzagoev por una fuerte dolencia en su isquiotibial izquierdo. Pero la solución estaba en su reemplazo, Denis Cheryshev, quien a los 42′ entró en soledad por izquierda ante una defensa rival desarmada y, tras dejar a dos hombres en el camino, festejó su gol mediante un bombazo de zurda.
Fue el primer tanto con la camiseta de su país para el ex Real Madrid, quien anotó luego de que hiciera su debut en el 2012. Además, se transformó -en ese momento- en el primer suplente en convertir en un partido inaugural en la historia de los Mundiales.
El segundo tiempo estuvo lejos de mostrar una reacción por parte de los dirigidos por el argentino Juan Antonio Pizzi, quienes tenían la urgencia de remontar y que sólo se aproximaron con riesgo a los 10′ del complemento ante la aparición en soledad de Mohammed Al Burayk: su disparo no fue en dirección al arco pero tampoco alcanzó para abastecer a su compañero que ingresaba por el medio en busca del descuento.
A 20 minutos del cierre, Artem Dzyuba, otro que saltó desde el banco -en lugar del activo Fedor Smolov-, dictó sentencia al ganarle de cabeza a su marcador en el centro del área.
Casi en el tiempo de descuento, el propio Dzyuba sirvió para bajarle el balón a Cheryshev y éste, otra vez, definió con un remate a la distancia, para concretar un enorme gol por encima del arquero Abdullah Al Muaiouf.
En el cuarto minuto de adición, un tiro libre en posición de zurdo quedó a cargo de Aleksandr Golovin, quien ejecutó con su diestra y por afuera de la barrera para cerrar el show ruso.
El resultado no se movió y Rusia celebró su éxito ante una débil Arabia, en una zona en la que deberá luchar con Uruguay y Egipto en su afán de alcanzar los octavos de final.