El decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Luis Orlandini, analizó la reducción de recursos contemplada en el proyecto de Ley de Presupuesto 2019.

Según el documento, para el próximo año se rebajarán, en un 30 por ciento, los aportes dados directamente por el Estado a espacios como el Museo Violeta Parra y el Museo Chileno de Arte Precolombino, entre otros.

Frente a ello, el guitarrista,Premio Presidente de la República 2007, señaló que esta es una pésima señal: “Tenemos que tratar de generar acciones mancomunadas en la Universidad para tratar de revertir esta situación lo antes posible, sobre todo antes de que se establezca el presupuesto”.

De acuerdo al contenido del proyecto de Ley del Presupuesto 2019, ¿cómo interpreta la reducción de recursos para los centros culturales?

Es una mala señal, una señal que sintetiza un poco la valoración que se tiene por la institucionalidad cultural que se ha venido instalando en Chile. En ese sentido, creemos que es algo que habría que reestudiarse.

¿Por qué cree que ha sido tan difícil que las autoridades, con un Ministerio ya andando, opten por el realce de la cultura?  

Creo que es una cuestión de prioridades. Se ha hablado mucho de las cifras macro de nuestro país y, sobre todo, de la deuda de arrastre que tenemos en relación al PIB y es muy entendible que quieran ir haciendo una corrección de la economía nacional, el problema está en las prioridades. Si uno quiere trabajar en un contexto en que la sociedad vaya creciendo en todos los aspectos y que tengamos ciudadanos cada vez mejor instalados con sus capacidades, la cultura con todos sus parámetros, tiene que tener un apoyo irrestricto.

¿Qué rol cree que debe adoptar la Universidad frente a este escenario que pone en duda el funcionamiento de los espacios culturales del país?

La posición que tiene que tener la Universidad es ser muy proactiva en defensa, justamente, de una educación artística que vaya transformando nuestra sociedad en personas mejor formadas en todo sentido, en todos los ámbitos de su conocimiento. Por eso, estamos haciendo un plan piloto que pensamos replicar y que sea un modelo para transmitírselo al Ministerio y para que los niños puedan tener desde sus inicios una formación artística que les dé más herramientas y  mejores capacidades para comprender el mundo y para apreciar todas las variables que involucren a una sociedad. Si se enfoca bien una sociedad, las cosas van a ir cambiando de forma positiva.

¿Cómo se enfrenta el día a día de la formación académica cuando existe todo este contexto que desalienta a quienes deciden dedicarse a las artes?

El medio es adverso, pero la Universidad de Chile está luchando permanentemente para que las personas que se dedican a estas disciplinas tengan cada vez más oportunidades. En ese sentido, creo que la Universidad permanentemente da señales claras para que los jóvenes puedan decidirse y hacerle caso a su vocación para seguir adelante en las artes.

¿Cómo evalúa la llegada de Andrés Rodríguez al directorio del GAM?

Conozco a Andrés Rodríguez desde hace muchos años en su acción que tuvo en el Teatro Municipal y luego en otros directorios que me ha tocado conocer. Creo que es una figura relevante en muchos sentidos y creo que lo que ha valorado el GAM en él es su experiencia. Ahora, como el GAM es un gran centro cultural que tiene muchas aristas y tiene su enfoque en las personas y va a tener una sala que va a hacer multidimensional en muchos aspectos, la llegada de Rodríguez va a tener que adecuarse a esta nueva situación. Podría ser un buen aporte, pero creo que es un poco prematuro dar una opinión muy acabada al respecto.

En su opinión, ¿cuáles son los caminos para avanzar en la formación de audiencias?

Voy a insistir siempre en lo mismo: la formación artística está un poco fuera del sistema escolar. Entonces, estamos metidos en un sistema competitivo, orientado a una PSU que es totalmente numérica y donde las personas buscan otros fines. Hoy tenemos una sociedad completa que está desnaturalizada en relación a las artes y esto tiene que ver con una política que se instauró hace 30, 40 años en Chile que es la economía de mercado. Pero, la única manera de ir revirtiendo esto es la educación artística y eso tiene que partir desde los niños, o sea, si queremos hacer una verdadera formación de audiencias tenemos que hacerlo desde los más pequeños con un formación no solamente de barniz o maquillaje. Las personas tienen que conocer las artes en general por dentro, porque, de lo contrario, no lo van a valorar y no lo van a incorporar a su acervo cultural que es lo que importa. Para que un auditor o un espectador de arte lo requiera tiene que saber apreciarlo y para saber apreciarlo tiene que se parte de él y por eso creo que la educación artística tiene que ser lo primero, lo segundo y lo tercero.

¿Qué acciones cree que debe desarrollar la Universidad para facilitar y fomentar el acceso a las artes?

Creo que va en la misma línea. En ese sentido, insisto: la Universidad está haciendo mucho pero debemos tener siempre  muy claro el foco que debemos darle para que en el futuro, de aquí a un largo plazo, podamos tener una sociedad que tenga por las artes un aprecio real y una comprensión interna de lo que es, para que realmente pueda disfrutarlo de verdad y pueda necesitarlo como parte de su vida.