Uno de los temas más relevantes de la contingencia nacional, sin duda, ha sido la reforma a las pensiones anunciada por el Presidente Sebastián Piñera, la que considera un aumento gradual de un cuatro por ciento de cotización con cargo al empleador, y cuyo objetivo es aumentar en un 40 por ciento las pensiones de los trabajadores.
Las críticas a la reforma se han dejado sentir con fuerza y desde diversos sectores. La oposición, por ejemplo, calificó el proyecto como insuficiente para dar una vejez digna a los trabajadores, pensamiento que comparte el movimiento No+AFP, que ha encabezado la lucha por un cambio al sistema previsional. Reacciones que han obligado al Presidente Piñera a utilizar diversas plataformas para explicar detalles y defender el proyecto.
En conversación con radio Universidad de Chile, la economista de la Universidad de Cambridge, Claudia Sanhueza, explicó que se trata de un proyecto desenfocado y que representa un retroceso importante en torno al debate público, ya que fortalece el pilar de capitalización de las AFP y favorece su negocio.
La experta criticó parte de la letra chica de este proyecto, como que el 10 por ciento que se descuenta actualmente a los trabajadores seguirá siendo administrado obligatoriamente por las AFP, lo que provocaría que los cotizantes tengan que pagar una segunda comisión por la administración de ese 4 por ciento adicional propuesto en la reforma.
“Si las AFP también pueden participar en la administración de ese 4 por ciento, ellas podrían no cobrar nada, considerando que ya cobran una comisión por administrar los fondos de acuerdo al sueldo de cada trabajador. En cambio, las instituciones nuevas que participen en la administración del porcentaje adicional sí cobrarán un costo de administración. Entonces, si decidiéramos llevar nuestro 4 por ciento a otra institución, aumentarían los costos de administración que estaríamos pagando al sistema financiero”, detalló.
Lo anterior, según la experta, podría generar la tendencia de que los trabajadores prefieran que todos sus fondos (10 por ciento actual y 4 por ciento adicional) sean administrados sólo por las AFP, ya que no se pueden trasladar los montos actuales a otro tipo de instituciones. Así, las aseguradoras terminarían administrando más dinero, lo que contradice las aspiraciones ciudadanas en torno al tema. “El proyecto nos está forzando a aumentar nuestros fondos de capitalización en un sistema con instituciones que en realidad no nos gustan. Además, esto favorecería el aumento del patrimonio de las AFP”, dijo.
La economista también reprochó que los efectos de la reforma se verán a muy largo plazo, en 20 o 30 años, lo que no soluciona las bajas pensiones de las personas que ya jubilaron o que están por hacerlo. En ese sentido, aseguró que la reforma es una solución errada al contexto social que vive el país.
“Nosotros no vivimos en un país donde todos tenemos un contrato laboral permanente, donde nadie deja de trabajar nunca, donde todos trabajamos en el mercado laboral. Ese no es el mundo en el que vivimos. Y este sistema funciona en un mundo así, en un mundo que no existe. Estamos con un sistema de pensiones que no funciona en el contexto en el que vivimos, por lo tanto, no asegura la vejez que debería asegurar”, enfatizó.
Para la experta, Chile necesita un sistema de seguridad social que sí logre redistribuir ingresos en la vejez y que sea independiente de lo que suceda en el mercado laboral. Un ámbito en el que no profundiza el proyecto del Ejecutivo, ya que sólo apunta a la capitalización de las instituciones de administración de fondos.