Diariamente los medios trasandinos siguen la evolución de la economía. Uno de los temas que dan a conocer es la cantidad de dólares que circulan en el mercado y que son puestos a disposición por el Banco Central, además de la variación del precio de la moneda norteamericana y otros datos que ayudan a comprender el momento que vive el mercado argentino.
Esto porque hace sólo un par de meses en Argentina se vivió una violenta corrida cambiaria que dejó a la divisa estadounidense rondando los 40 pesos por billete, mientras el BCA dejaba la tasa de interés en un 60 por ciento, la más alta del mundo.
En todo este ajuste de la economía argentina, donde los sueldos se licuaron -según la terminología utilizada por los especialistas locales-, es decir, bajaron hasta en un 50 por ciento, el gobierno de Macri impulsó los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional que alcanza los 50 mil millones de dólares.
El documento rubricado por las autoridades trasandinas con el organismo que encabeza la francesa Cristine Lagarde, sólo lo conocen los funcionarios del Ejecutivo y del FMI, según reclaman varios parlamentarios de oposición en medio del debate por el presupuesto fiscal para el 2019 y que está cruzado por las exigencias de la entidad financiera mundial que apuntan en general a la reducción del gasto y cumplir metas de inflación y crecimiento.
Pero el panorama según el propio FMI no es nada alentador para la economía argentina para el año venidero.
Esto porque según el staff report de los especialistas del Fondo, el rango de crecimiento para Argentina en 2019 es negativo, variando entre una caída del 1,7% en el caso más optimista, a un -6,3%. A esto se suma que para el próximo año se espera en el caso más beneficioso una inflación del 32 por ciento y en el peor de los escenarios el incremento del precio de bienes y servicios alcanzaría al 50 por ciento.
Según publica Página 12, los especialistas del Hemisferio Occidental del FMI “anticipan que esa inédita recesión combinada con un aumento de las tasas de interés de Estados Unidos y un nuevo salto en el tipo cambiario dispararía el peso de la deuda hasta el 116 por ciento del PBI”. Es decir, todo el producto de la economía argentina de 2019 no alcanzaría para soportar la deuda que tendrá el país luego del acuerdo con el organismo internacional.
Y aunque los colaboradores de Lagarde sostienen que “la deuda argentina es sustentable, pero no con alta probabilidad”, de igual forma se aprobaron modificaciones al acuerdo que fueron solicitadas por autoridades del Ejecutivo de Macri lo que derivó en que este martes se concretara el ingreso a las arcas fiscales de los 5 mil 700 millones de dólares como parte del préstamo.
De todas formas, recuerda Página 12 que “como sucedió en junio cuando se concretó el primer acuerdo, los técnicos del organismo se abrazan, sin embargo, a su escenario base. Aquellas proyecciones estuvieron tan erradas que el nuevo pronóstico optimista es peor que el escenario más adverso previsto apenas cuatro meses atrás. Las proyecciones agoreras difundidas a mediados de año preveían un 2019 con crecimiento nulo (0,0 por ciento), una inflación del 20,8 por ciento y una leve apreciación en el tipo de cambio que colocaría la deuda en el 65,4 por ciento del PBI. Bajo los nuevos parámetros, si las cosas “salen bien” el año próximo el nivel de actividad caerá 1,7 por ciento, la inflación terminará en 32,5 por ciento y la deuda alcanzará el 72 por ciento del PBI. Pero, como se mencionó al comienzo, si Argentina se sale del libreto por los múltiples riesgos internos y externos, la economía puede caer hasta 6,3 por ciento. En la crisis de 2002 el producto se desplomó 10,9 por ciento y, según las estimaciones revisadas por el Indec (Instituto Nacional de Estadística de Argentina), en 2009 se registró una caída del 6,0 por ciento”.
Como es de prever, en 2019 los ingresos de los trabajadores argentinos seguirán licuándose y no alcanzará ni el reajuste del 40 por ciento salarial conseguido por los camioneros en la negociación colectiva que encabezó Hugo Moyano y se selló la tarde del miércoles en Buenos Aires.