La meta del presidente argentino Mauricio Macri en la organización de la Cumbre de los 20 en Buenos Aires, más allá de su infructuosa búsqueda de inversiones y de “integrar al país en el mundo”, es utilizarla como plataforma para el lanzamiento de su reelección en 2019, en medio de una de las crisis económicas, financieras y sociales más grandes de la historia argentina.
La cumbre se escenifica en un momento en el que los gobiernos progresistas están en reflujo y hay una nueva ola de gobiernos neoliberales en la región que buscan salvaguardar el sistema de capitalismo financiero mientras el presidente estadounidense Donald Trump ve recortadas sus facultades ante la elección de una Cámara de Representantes adversa.
Pedidos de financiamiento para infraestructura, impulso a los acuerdos comerciales y objetivos políticos se entrelazan en las prioridades para la actividad paralela del presidente Mauricio Macri, quien prevé encuentros bilaterales con los mandatarios de Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reina Unido y Japón. Y no se descarta reuniones con los líderes de Corea del Sur, Singapur e Italia.
La evolución de las inversiones extranjeras en Argentina es una de las principales prioridades que tendrá el mandatario durante los encuentros, sobre todo en la posibilidad de ampliar los programas de participación público-privada (PPP). Macri espera concretar la apertura de nuevos mercados para la (cada vez menor) producción argentina. Durante la cumbre es probable que se firmen acuerdos pendientes en el ámbito agroindustrial.
Además del aspecto financiero y comercial, la llegada de los mandatarios más poderosos del mundo tendrá también encuentros políticos, como el previsto con la primera ministra británica, Theresa May, a quien le manifestaría el malestar por los ejercicios militares recientes efectuados en las islas Malvinas.
El documento de consenso, en el que el Gobierno trabaja desde hace un año y está en poder de las cancillerías de los países participantes, incluye capítulos sobre educación, futuro del trabajo, sistema impositivo, desarrollo sustentable y comercio internacional.
EEUU
Además de participar en el G-20, Trump llegará a la Argentina en una visita de Estado y abordará con Macri el acuerdo con el FMI (que se logró gracias a la presión del mandatario estadounidense para evitar el default), el ingreso de la Argentina a la OCDE, las crisis en Venezuela y Nicaragua, el acceso a mercados para productos argentinos y la cooperación en materia de energía, seguridad y derechos humanos. Washington tuvo en la Argentina de Macri un aliado desde el primer momento.
Se espera también que aborden la intención de EE.UU. de involucrarse en la explotación de los yacimientos de hidrocarburos de Vaca Muerta, en los que está interesado el secretario estadounidense de Energía, Rick Perry.
China
A tres semanas del arribo del presidente chino Ji-Xinping, a la Argentina con motivo de su participación en la reunión del G-20 el gobierno del país anfitrión decidió enviar a una avanzada a ese país para allanar las negociaciones en camino para obtener más financiamiento, inversiones y favorecer el comercio.
La comitiva está integrada por el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, el asesor presidencial hombre de máxima confianza del presidente Mauricio Macri Francisco Cabrera y, con el fin de contarles a las autoridades chinas la situación tras el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y explicar las políticas impuestas en materia monetaria, de equilibrio fiscal, así como los avances del plan de inversiones en infraestructura y las proyecciones para 2019.
Cabrera será el encargado de encarar los temas de PPP (proyectos de participación público privada), aprovechando el interés de Pekin de relanzar una nueva Ruta de la Seda, Según datos oficiales, la inversión china en la Argentina pasó de 21 millones de dólares en 2005 a 246 millones en 2016. El macrismo espera inversiones por un monto de 9.000 millones de dólares en infraestructura y energía.
En tanto, la construcción de la central nuclear Atucha III es uno de los puntos que generaron incertidumbre en los últimos tiempos debido a los requerimientos del FMI para recortar gastos y la insistencia de Pekín para que no haya una marcha atrás.
Rusia
La energía, el comercio y las inversiones están al tope de la agenda de la relación entre la Argentina y Rusia. Macri y Putin –de reunirse– podrán discutir la evolución de las inversiones rusas en el país y los programas de PPP, en los que el sector privado ruso ya tuvo experiencias de bajo calibre, la participación rusa en el desarrollo de Vaca Muerta, y la exportación de alimentos.
En la Cancillería argentina contemplan que Putin y Macri aborden la cooperación en seguridad y las posibilidades de cooperar en materia de ciencia y la exploración espacial, además de estudiar un pacto de cooperación entre el Mercosur y a la Unión Económica Euroasiática.
Gran Bretaña, Francia, Japón
Theresa May será la segunda premier británico que pise la Argentina desde el fin de la Guerra de Malvinas y su visita confirma el deshielo en las relaciones del vínculo bilateral impulsado por la administración Macri, que permitió acuerdos de cooperación y facilitó la identificación de los cuerpos de combatientes argentinos enterrados en el cementerio de Darwin.
El deshielo tiene su precio: Argentina no menciona el tema de la soberanía y actualmente negocian la ampliación de la oferta de vuelos comerciales desde las Malvinas hacia el continente.
Mientras, la evolución de las inversiones francesas tras el acuerdo con el FMI, será una prioridad de Macri, así como el agradecimiento al apoyo público de Macron a la gestión de su gobierno. El tema del Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea dejó de ser un tema prioritario, pero la cancillería argentina sueña con hacer un anuncio durante el G-20. No se descarta que forme parte de la conversación el ingreso de la Argentina a la OCDE.
Asimismo, Macri buscará concretar un tratado bilateral de inversión (TBI) con Japón y abordará dos ejes claves en sus intereses: un acuerdo comercial con el Mercosur y la transferencia de mando de la presidencia del G-20. Impulsor de Tratados de Libre Comercio, Macri buscará darle el primer empuje político significativo a esta negociación. Por lo pronto, en julio el Gobierno anunció la apertura del mercado de carnes locales a Japón.
México, Brasil y otros encuentros
En el Gobierno no descartan que el brasileño Michel Temer pueda venir acompañado del mandatario electo Jair Bolsonaro, pero recuerdan que es un tema de Brasil. Sí está confirmado que el presidente mexicano Enrique Peña Nieto tendrá una participación menor en la Cumbre para asistir al traspaso de mando en México, con Andrés Manuel López Obrador.
Además de la cumbre de líderes, Macri asistirá a un encuentro (fuera de la sede oficial en Costa Salguero) a cargo del Banco Mundial y otro presidido por la reina de Holanda Máxima Zorreguieta, hija de un alto funcionario de la dictadura cívico-militar argentina. Desde el gobierno subrayan la presencia de Angel Gurría, el secretario general de la OCDE, a la que el Gobierno argentino pugna por ingresar.
Seguridad
El gobierno argentino destinó 150 millones de dólares, un tercio destinado a la militarización y a lo que llama la “seguridad y la defensa de la Cumbre”, en un momento de conflicto social en auge, presupuesto que sirve para comprar y justificar la compra de más materiales “antidisturbios”, o sea, balas de goma, cascos para la policía, y todos los elementos que sirven para reprimir y que después quedan en el país.
El tema del esquema de seguridad trascendió las fronteras. El gobierno uruguayo solicitó autorización al Parlamento para que Uruguay reciba a 400 militares estadounidenses y cuatro aeronaves del 26 de noviembre al 3 de diciembre para realizar tareas de seguridad y custodiar al presidente Donald Trump, en su visita. El pedido fue realizado por la Oficina de Cooperación de Defensa de la Embajada de EEUU al ministerio de Defensa uruguayo.
Aunque el proyecto de ley que enviara el ejecutivo aún no fue debatido en la Asamblea General, cuenta con la repulsa de las organizaciones de izquierda y movimientos populares, entre ellas la poderosa central sindical unitaria PIT-CNT, cuyo secretario general, Marcelo Abdala, dijo estar “absolutamente en contra de esta iniciativa” y recordó que “en Argentina habrá movilizaciones importantes: si quieren que monitoreen desde otro lugar”.
Además de Trump, asistirán a la cumbre Vladimir Putin (Rusia), Angela Merkel (Alemania), Emmanuel Macron (Francia), Xi Jinping (China), Narendra Modi (India), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Shinzo Abe (Japón), Justin Trudeau (Canadá), Theresa May (Gran Bretaña), Pedro Sánchez (España), y Salmán bin Abdulaziz (Arabia Saudita).
La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) es parte de los 25 mil agentes dispuestos por el Gobierno para transitar los dos días del G20 en paz: ese es el principal objetivo del macrismo, antes que alcanzar algún consenso geopolítico bastante improbable entre los líderes Donald Trump, Vladimir Putin, Xi Jinping y Angela Merkel.
El diario Perfil señala que la AFI se dedica desde hace meses a realizar un trabajo de control y seguimiento sobre los diferentes grupos que se manifestarán contra el encuentro y la injerencia del FMI: analizó las últimas 20 reuniones del G20, y se mantiene en contacto permanente con las agencias de inteligencia de los 28 países participantes: los 19 protagonistas de la Cumbre, más los que integran organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Si bien existe un trabajo coordinado con la CIA, el MI5 y la KGB, entre otras agencias, cada presidente invitado cuenta con un equipo de seguridad personal. Solo el estadounidense Donald Trump traerá una custodia de alrededor de mil personas, según adelantó Clarín. Estados Unidos ayudará a las Fuerzas Armadas a blindar el espacio aéreo con un avión y un barco radarizados (el portaaviones USS Carl Vinson).