Japón comienza matanza de ballenas pese a normativas internacionales

La flota de la nación asiática incursionará en aguas del Océano Antártico y pretende cazar a 333 cetáceos. Autoridades loocales aseguran que se trata de una campaña con fines científicos, argumento que es rechazado por la CBI y el Tribunal de Justicia de La Haya.

La flota de la nación asiática incursionará en aguas del Océano Antártico y pretende cazar a 333 cetáceos. Autoridades loocales aseguran que se trata de una campaña con fines científicos, argumento que es rechazado por la CBI y el Tribunal de Justicia de La Haya.

Este lunes, Japón inició su temporada de caza de ballenas en el océano Antártico.

Según el gobierno nipón, una operación que es realizada con fines científicos, sin embargo, a la que se opone la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

Son más de 300 unidades de la especie minke que la flota espera a capturar en aguas del Océano Antártico, informó el Ministerio de Agricultura y Pesca del país asiático. Su cuarta campaña desde la suspensión temporal, a raíz de una sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que en 2014 declaró ilegal su captura.

Pese a la decisión del Tribunal, Japón decidió reanudar la caza de estos cetáceos, argumentando pocos ejemplares y con fines de investigación académica.

La directora Ejecutiva de Oceana Chile, Liesbeth van der Meer, además de rechazar la práctica, indicó que hoy en día es posible investigar la amenazada especie sin exterminar ni un solo espécimen.

“Aquí nadie necesita matar una ballena para poder investigarla, incluso, científicos nacionales y extranjeros han desarrollado estudios de las distintas especies sin eliminarlas. Por ende, esto es claramente un negocio, una actividad industrial, que anima a diversos movimientos alrededor del mundo a ir mucho más allá, para poder tratar de parar esta flota. Hoy su captura se reduce a un cuarto de la que era años atrás, sin embrago, sigue siendo raro que se siga amparando en una eventual investigación científica para lograr su captura”, afirmó.

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También existe una moratoria impulsada por la Comisión Ballenera Internacional (CBI), firmada en 1.986 por 75 de los casi 90 países que integran la organización, y que prohíbe matar esta especie de cetáceo con fines comerciales.

Sin embargo, en la última reunión de la CBI realizada en Brasil, en septiembre pasado, Japón intento oponerse sin éxito al acuerdo para su derogación.

Igualmente logró, gracias al apoyo de Islandia, Nicaragua, Senegal y Noruega, prolongar su argumento de captura para fines científicos.

El encargado del área de océanos de Greenpeace, Mauricio Ceballos, indicó que el Estado de Japón falsea la finalidad de la caza ante instancias internacionales.

“Japón ha estado mintiendo por muchos años para blanquear los fines de la caza de ballenas, incluso, han amenazado con retirarse de la CBI para poder seguir con las actividades sin control. El Estado de dicho país es el principal interesado en continuar matando especies, ya que un amplio sector de la población nipona ha manifestado su total oposición a esta práctica obsoleta”, argumentó.

Además del Océano Antártico o Austral, Japón captura ballenas minke y jorobadas en las costas de su península y en el pacífico norte.

El programa de investigación impulsado por el Estado nipón mantiene su carácter polémico y algunos sostienen que es una fachada para la caza comercial, debido a que la carne de ballena se sigue vendiendo como alimento.





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