Después de solo cuatro meses de negociaciones, que comenzaron en junio y terminaron el mes pasado, el Presidente Sebastián Piñera y su par brasileño, Michel Temer, firmarán esta semana el primer Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países.
Actualmente, los negocios entre las naciones se rigen por el Acuerdo de Complementación Económica (ACE), vigente desde 1996, y que permite comercializar todos sus productos con un arancel del cero por ciento.
Ya que el tratado excluye el tema impositivo, desde la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), destacaron que la firma contiene disposiciones como la facilitación de compras, entrada temporal de personas, comercio electrónico, telecomunicaciones, género, medio ambiente, asuntos laborales, cooperación económica, medidas sanitarias, entre otras.
La instancia dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, subrayó el capítulo de comunicaciones, que incluye un pacto de roaming. Es decir, los chilenos que viajen a Brasil y los brasileños que vengan al país no tendrán que pagar cargos adicionales por cobertura telefónica.
Desde Chile Mejor Sin TLC rechazaron el acuerdo. Uno de sus voceros, Esteban Silva, acusó que los detalles del documento son totalmente desconocidos y sin haber sido consultado a ningún sector.
Silva precisó que lo más relevante es el cambio en el campo geopolítico sudamericano, Brasil con un gobierno nacido de un golpe institucional firma por primera vez un tratado con lógica neoliberal que, para él, golpea duramente el acuerdo Mercosur, rigiendo el método de privatización.
“Rompe con la lógica y con el acuerdo de no negociar tratados de libre comercio fuera del marco de Mercosur, por lo tanto, este tratado es parte de un proceso de destrucción de Mercosur, de desregulación, y de apertura indiscriminada hacia el capital especialmente financiero por parte de Brasil”, afirmó.
Pese a que los contenidos del tratado no son comunicados en detalle, para la profesora de la Universidad Nacional de San Martín de Buenos Aires, Luciana Ghiotto, el acuerdo con Brasil es casi idéntico al suscrito por Chile con Argentina y Uruguay.
“Son solamente temas regulatorios, eso significa que no son tratados sobre aranceles ni acceso a mercados, porque eso ya está liberalizado, sino que nos encontramos con temas que tiene que ver con el accionar del Estado, en distintas áreas, por ejemplo, servicios, inversiones, propiedad intelectual, entre otras”, aseveró.
La también integrante de Argentina Mejor sin TLC, Luciana Ghiotto, agregó que no es casualidad que Brasil haya elegido a Chile como primer país, después de que este último haya firmado acuerdos similares con Uruguay y Argentina.
Precisó que estos pasos sucesivos forman parte de la llamada “convergencia entre Mercosur y la Alianza del Pacífico”, que en realidad significa que cada nuevo miembro tiene que suscribir acuerdos con al menos dos naciones integrantes.
“Esto también se enmarca en algo más grande, algo que es impulsado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la región, que es la conformación de una gran área de libre comercio en América Latina, la que obviamente dejaría fuera a países del ALBA como son Venezuela y Bolivia. Esto porque Ecuador ya manifestó que quiere ser miembro observador y pleno de Alianza del Pacífico, para desde ahí sumar pactos comerciales”, dijo.
Destacar que el gigante sudamericano se encuentra inverso en una crisis económica. Según los expertos locales, la economía brasileña crecerá este año apenas 1.3 por ciento, mientras para el próximo año la expectativa es que el aumento del Producto Interno Bruto (PB) esté vinculado a las reformas del nuevo gobierno brasileño.
Aunque el recién electo mandatario Jair Bolsonaro, ha admitido su ignorancia en materias económicas, el futuro ministro de Economía, Paulo Guedes, encabezará un programa económico neoliberal de proporciones. Amplias reformas en la economía de Brasil, como la privatización de empresas estatales y reformas al sistema de pensiones.
Así también lo ratificó el profesor del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Felipe Muñoz. El licenciado en Ciencias Económicas y Magíster en Estudios Internacionales, precisó que este camino de total apertura comercial, puede marcan el inicio para que el país sudamericano estreche vínculos en el área comercial del Asia Pacífico.
“Lo que uno esperaría del mandato de Bolsonaro es que no descontinúa la línea que marca Temer, una mayor apertura de Brasil a los sistemas comerciales y de inversión internacional. Veremos eventualmente un Bolsonaro mucho más activo en la firma de acuerdos e integrar a Brasil a otros acuerdos, acercamientos a la Alianza del Pacífico. Ese tipo de cosas creo podrían ser lo que esperaríamos en materia económica internacional de un gobierno, dadas las características que ha tenido su discurso”, argumentó.
En datos comparativos, pese a la crisis económica que atraviesa Brasil su Producto Interno Bruto anual (PIB) es de aproximadamente dos mil millones de dólares, mientras que el nacional llega solo a los 280 millones.
En cuanto a exportaciones, en 2017 el gigante sudamericano realizó transacciones por 217 millones, Chile en cambio por 68 millones de dólares.
Números que se correlacionan con la cantidad de habitantes. Brasil tiene casi 210 millones de personas, mientras Chile llega a los 18 millones.