Joan Manuel Serrat: Para esperar no estoy

El cantautor catalán se presentó en el Teatro Nescafé de las Artes, en el inicio de una serie de ocho conciertos dedicados al disco Mediterráneo, que también pasarán por Valparaíso, Talca, Concepción, Temuco y Frutillar.

El cantautor catalán se presentó en el Teatro Nescafé de las Artes, en el inicio de una serie de ocho conciertos dedicados al disco Mediterráneo, que también pasarán por Valparaíso, Talca, Concepción, Temuco y Frutillar.

Pegó de entrada: luego de una breve introducción instrumental, Joan Manuel Serrat se lanzó de inmediato a cantar “Mediterráneo”, una de las canciones más emblemáticas de su repertorio y la pieza central de la gira que lo tiene de regreso en Chile. Con un concierto agotado en el Teatro Nescafé de las Artes, el cantautor dio inicio a una secuencia de actuaciones que continúa este jueves en la misma sala y luego se extiende a Valparaíso, Talca, Frutillar, Temuco y Concepción, antes de cerrar en el Movistar Arena.

Mediterráneo (1971) es una cumbre en la discografía de Serrat y “Mediterráneo da capo” es el espectáculo que ha escogido para celebrar 47 años desde su publicación. “Para esperar no estoy”, dijo en la primera de varias intervenciones, aludiendo a la fragilidad de la vida y justificando la decisión de no aguantarse hasta que el álbum cumpla medio siglo. En el mismo ánimo, lo cantó completo en la primera parte. Con el orden alterado, fueron apareciendo canciones como “Qué va a ser de ti”, “Barquito de papel”, “Tío Alberto”, “La mujer que yo quiero” y “Lucía”; canciones que tienen tal estatura, que a ratos parecía un segmento de grandes éxitos.

La segunda parte se abrió a otros repertorios, pero conservó la vocación marítima. No solo porque cantó “La mer” (original de Charles Trenet), “Plany al mar” (un alegato ecológico en catalán, traducido en pantalla) y “Una de piratas”, sino también porque acentuó otras referencias marinas (“Caminante no hay camino / sino estelas en la mar”, nada menos), salpicadas por citas literarias (Homero, Stevenson, Salgari). Fueron 23 canciones en poco más de dos horas, incluyendo clásicos como “Fiesta” y dándose el lujo de descartar otros como “Penélope” o “Tu nombre me sabe a hierba”.

Joan Manuel Serrat está a punto de cumplir 75 años y eso es notorio en su voz. Mantiene su fraseo característico, pero los mejores momentos de su primer concierto en Santiago fueron aquellos en los que pudo cantar suavemente, hasta recitar, mientras la sutileza guiaba al sexteto que lo acompañaba. “Barquito de papel”, por ejemplo, apenas con la viola de Uixi Amargos y el piano de Ricardo Miralles, un compañero de larga data en la dirección musical. Los arreglos históricos de canciones como “Para la libertad”, en cambio, se extrañan cuando ceden a un formato supuestamente más moderno, pero de dudoso resultado. 

Poco le importó eso, en todo caso, a la mayor parte de las casi mil personas que coparon el ex Teatro Providencia. Con devoción, estaban a bordo desde el comienzo. Capitán Serrat.

Foto: Javier Valenzuela / Teatro Nescafé de las Artes.




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