Este lunes serán formalizados cinco ejecutivos de la Planta Valdivia de la Celulosa Arauco y Constitución (CELCO) debido al derrame de 27, 1 metros cúbicos de licor verde en el río Cruces durante enero de 2014, el que afectó al ecosistema de la zona.
La formalización, que se llevará a cabo en el Juzgado de Garantía de la Mariquina, se basa en la infracción al art 136 de la ley de pesca y acuicultura, el que establece la responsabilidad de quienes introdujeren a ríos, lagos o mares contaminantes químicos.
“Por primera vez el sistema penal se hace cargo de la formalización de personas que son responsables o aparecen como responsables de la contaminación sufrida el 2014 en la zona de Rucaco, desde ese punto de vista creo que es un dato bien significativo (…) que el sistema penal se haga cargo de investigar y sancionar las responsabilidades penales que puedan tener miembros de esta empresa con lo que ocurrió en 2014”, afirmó el integrante del Observatorio Ciudadano, José Araya.
El residuo descargado al río por la empresa del Grupo Angelini, provocó la muerte de más de dos mil peces, incluidas especies vulnerables y en peligro de extinción, además de generar riesgos a la salud de las personas del sector.
El licor verde es una combinación entre agua y licor negro. Este último, es un subproducto propio de la industria papelera y consiste en una mezcla residual digestora de químicos gastados y pulpa extraída de trozos de madera.
Para el encargado de la comisión de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile y toxicólogo , doctor Andrei Tchernitchin, el problema está en que “se privilegia el crecimiento económico y no se preocupan de la salud de las personas. En cambio, lo más importante en el país debería ser primero la salud, porque además si se privilegia, todo el resto tiene un costo menor. Aquí parece que hay un temor a llamarle la atención a las empresas”.
Las cinco personas implicadas en el episodio de contaminación de 2014 y que serán formalizadas el lunes 14 de enero son Manuel González Saldivia, gerente de la Planta Valdivia, Sergio Carreño Moscoso, exgerente, Mauricio Ceverio Hidalgo, operador de los residuos líquidos, Pablo Lecaros Luks, jefe de operación de caldera y Claudio Jara Rozas, superintendente de calderas.
El Estado contra Celulosa Arauco
En paralelo al proceso penal, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) luego de la denuncia de la comunidad de Rucaco, sancionó a CELCO con una multa de cuatro mil trescientos millones de pesos.
La SMA señaló que la empresa no le informó que había sufrido un derrame de licor verde y que tampoco lo hizo en la fiscalización que realizó el organismo tras el episodio. Asimismo, para la insittución ambiental , CELCO deber ser considerado como un sujeto calificado que cuenta con personal técnico y jurídico para comprender sus obligaciones.
Por su parte, la empresa papelera interpuso en abril de 2018 un recurso de reclamación ante el Tribunal Ambiental de Valdivia alegando vicios procesales, jurídicos y administrativos en el procedimiento de la SMA.
Sumado a lo anterior, el pasado 8 de enero El Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una demanda contra CELCO ante el mismo tribunal, buscando medidas de reparación por el episodio en el río Cruces.
El objetivo de esta acción es que se declare que el daño ambiental se originó “por culpa o dolo de CELCO”. Además de exigirle medidas de reparación junto con la implementación de un programa de reposición, repoblamiento y monitoreo de las especies.
De acuerdo al director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Medioambientales (OLCA), Lucio Contreras, para evitar este tipo de conflictos socio ambientales “es necesario escuchar a la gente, la comunidad valdiviana el año 95′ cuando se hizo la evaluación ambiental de la Planta Valdivia de CELCO se opuso a este proyecto. Se anunció el desastre que venia y se aprobó igual como una decisión política del gobierno de Eduardo Frei. Y finalmente, lo que hemos podido ver en los años posteriores, ha sido una secuencia de desastres ambientales con altos costos para el ecosistema y la comunidad”.
Recordemos que no es la primera vez que CELCO contamina el río Cruces. En 2004 la planta Valdivia provocó un desastre ecológico en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter que significó la muerte de cientos de cisnes de cuello negro. Fue recién en 2014 que el CDE logró un acuerdo con la empresa, la que tuvo que pagar cinco mil doscientos millones por el daño ambiental.