Poco antes del mediodía ya era tendencia en Twitter. Y es que este lunes, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, inauguró un proyecto que anunció en marzo del año pasado y cuya premisa es combatir la ausencia de librerías en aproximadamente 287 comunas de todo el país. La llamó Recoletras: la primera librería popular de Chile.
A solo minutos de su inauguración, en la misma Municipalidad de Recoleta, el alcalde responsable de la farmacia, la óptica, la inmobiliaria y hasta de la universidad popular, entregó a Radio Universidad de Chile su balance y aseguró que algunos alcaldes ya han mostrado interés en replicar el modelo en sus comunas.
“La gente ha podido comprobar que son los mismos textos que se encuentran en librerías del barrio oriente, que nunca llegan a comunas pobres, pero con valores entre 40 y 70 por ciento más barato que lo habitual y, por lo tanto, sienten que por primera vez les llega la posibilidad de acceder al libro”, afirmó la máxima autoridad de Recoleta.
Pero, ¿cómo hace Jadue para ofrecer estos precios?
Rosa Rodríguez, editora de la independiente Ventana Abierta y miembro de la Cooperativa de la Furia del Libro, explicó que existe una cadena de producción y distribución desconocida por la gente al momento de evaluar el precio de un libro en una vitrina.
En ese sentido, afirmó Rodríguez, los libros entran en una competencia abrumadora por alcanzar visibilidad y ventas, ya que, oficialmente, se trata de un producto comercial y no de carácter cultural.
“Quedamos como en una especie de limbo económico, en donde quienes distribuyen y quienes venden casi duplican el costo que las editoriales independientes le dan al libro. O sea, en nuestro país las grandes cadenas de librerías inflan el precio porque no existe una valoración del libro como producto cultural”, enfatizó la editora.
En esa cadena, afirmó Jadue, su iniciativa le resta valor a los dos últimos eslabones: la circulación y el punto de venta final. Es decir, la municipalidad asume los costos del funcionamiento de la librería.
Las críticas en redes sociales se concentraron principalmente en este punto. Por ejemplo, la coordinadora de la editorial Catálogo, Cecilia Bettoni, aseguró que el proyecto de Jadue repasa al librero y lo deja como “el responsable de que la gente no pueda comprarlos”.
Jadue, por su parte, respondió este cuestionamiento criticando, precisamente, la falta de librerías en su comuna.
“Como no tenemos ningún librero que se haya querido instalar jamás en nuestra comuna, no es un tema que nos haya preocupado. En nuestra comuna no hay ninguna sola librería. Las grandes cadenas de librerías están en Providencia, Las Condes, en Vitacura, y no son mi preocupación”, sentenció el alcalde.
Este proyecto, cuya construcción formal tardó un año, que cumple con todas las normas del Servicio de Impuestos Internos y que tiene a la Corporación de Cultura de la Municipalidad de Recoleta como titular, además, está registrado como una editorial y, según Jadue, ya se encuentra en conversaciones para vender a precios rebajados algunos textos escolares.
Como miembro de la Cooperativa de la Furia del Libro, Rosa Rodríguez afirmó que se trata de una iniciativa bienvenida porque da la oportunidad a los independientes de mostrar su catálogo en comunas sin presencia de librerías.
Además -aseguró Rodríguez- así como se donaron casi 400 libros de dicha cooperativa para bibliotecas municipales, esperan tener presencia en esta librería que, incluso, cuenta con libros de grandes editoriales como el éxito Historia Secreta de Chile, Jorge Baradit.