La última semana de enero se verá marcada por una nueva ronda de negociaciones entre Estados Unidos y China, naciones que, a casi un año del inicio de la guerra económica, pretenden ponerle fin de una vez por todas.
Uno de los tantos países que se mantiene al corriente de este proceso es Chile, que, a pocos días de la reunión, vio como su moneda se ubicó entre las divisas emergentes más ambivalentes frente al dólar.
De esta forma, en la jornada del lunes, el peso chileno figuró como la segunda moneda en el mundo que más retrocedió ante el valor norteamericano, el que en nuestro país alcanzó los $672,60 pesos.
No obstante, durante el martes la situación cambió radicalmente y el precio del dólar cayó hasta los $669,5. Hecho que llevó a nuestra moneda a ser la tercera que más subió ante la divisa referente.
El economista y académico de la Universidad de Chile, Manuel Agosin, se refirió a esta situación y aseguró que ante un hecho que genera tanta incertidumbre como este, los resultados ya expuestos son normales.
“Hay bastante incertidumbre en este momento. El fracaso de las negociaciones y la agudización de la guerra comercial haría que el precio del dólar se disparara. De todas formas, no hay que preocuparse de estos movimientos diarios, ya que hay que mirar esto en un marco de largo plazo”.
Sobre la “sensibilidad” particular del peso chileno, el economista señaló que esta se debe a la cercana relación que mantenemos con el mercado chino.
“Chile depende mucho del crecimiento chino. Si a China le va mal a Chile le va mal, y en este momento, ellos han estado en un proceso de desaceleración del crecimiento, no solo por la guerra comercial”.
De acuerdo al especialista, este estancamiento del gigante de Asia tendría “un efecto bastante importante de la demanda China en el cobre chileno”.
Precisamente, un punto en común en el desempeño de ambas jornadas apunta a los efectos que los resultados de las negociaciones tendrían sobre el mercado del “metal rojo”.
El desempeño del “metal rojo”
Previo al distanciamiento económico entre Estados Unidos y China, el valor del cobre nacional alcanzó en 2017 un alza del 30,1 por ciento, es decir, su mejor resultado en siete años. El 2018, en cambio, arrojó que durante el primer semestre su valor decayó un 7,1 por ciento.
En este mismo periodo de tiempo, China se consolidó como el país al que más exportamos el elemento cuprífero con un 32,6 por ciento del total.
Para el economista de la Universidad de Chile, Manuel Agosin, estos son motivos más que suficientes para suponer que una resolución del conflicto favorable a la potencia asiática resultaría beneficiosa para el cobre chileno y para nuestra moneda.
“Lo más probable es que el peso y el cobre chileno se aprecien debido a que el dólar va a caer. Las expectativas son que a China le va a ir mejor sin guerra comercial, eso es todo. Ahora, no es que a China le vaya bien y que inmediatamente baje el precio del dólar, sino que la expectativa de que a China le vaya bien haría bajar el dólar”.
Para este 2019, la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) proyectó que las exportaciones del cobre nacional solo crecerían en torno al uno por ciento. Uno de los factores determinantes de esta cifra sería la continuidad de la guerra económica entre Estados Unidos y China, la cual, esta semana, vivirá un capítulo clave de cara a su resolución.
