La reunión del Grupo de Lima, este lunes en Bogotá, ha tomado especial revuelo debido a las declaraciones del autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, en la víspera de la cita que contó con la presencia de los cancilleres de los países miembros y del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
Guaidó, luego de fracasar en su intención de ingresar ayuda humanitaria, expresó que “debemos tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación”, no descartando así una posible intervención militar extranjera, en conjunto con Estados Unidos.
Así también lo deslizó en su intervención en la reunión, en donde manifestó que el no entablar acciones en contra de Nicolás Maduro podría ser una amenaza para la región.
“Ser permisivos con la usurpación de poder que ha llevado adelante este grupo, sería una amenaza para la democracia de toda América”, sostuvo Guaidó.
A la cita también asistió el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, quien en una reunión con el diputado Guaidó le manifestó que “Estados Unidos está cien por ciento con él”.
Además, en su intervención durante la cita con los cancilleres de los países de la región que reconocen a Juan Guaidó, llamó a los miembros a intensificar sus esfuerzos para denegar acceso al gobierno de Maduro a financiamiento.
“Con mucho respeto, Estados Unidos insta a todas las naciones aquí reunidas a intensificar sus esfuerzos para denegar acceso al régimen de Nicolás Maduro al financiamiento y a que se tomen pasos para seguir aislando a la dictadura de Maduro. En primer lugar, instamos a todas las naciones del Grupo de Lima a congelar de inmediato los activos de PDVSA”, pidió Pence en la reunión.
Sin embargo, los demás países miembros del conglomerado descartaron una intervención militar como una alternativa posible para la resolución del conflicto. El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Carlos Holmes, fue el primero en intervenir en la reunión, señalando que la instancia sirve para “reafirmar nuestra voluntad incansable de seguir apoyando el proceso que permita que los venezolanos puedan volver a vivir en democracia y libertad”.
Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Perú, Hugo de Zela Martínez, fue enfático en que la salida de la crisis no pasa por una intervención extranjera, sosteniendo que “el uso de la fuerza no es una solución para lo que ocurre en Venezuela. Aquí en el Grupo de Lima venimos luchando para que esa solución se dé en forma pacífica”.
No obstante, el conglomerado anunció que se intensificarán las medidas para conformar el “cerco diplomático” con el que esperan generar la presión suficiente. Así, tras la reunión, Estados Unidos instó a los países a tomar acciones concretas. En primer lugar, pidió congelar los activos de PDVSA de inmediato. Por otra parte, el país norteamericano llamó a transferir la propiedad de activos venezolanos en los países miembros del Grupo de Lima, desde Maduro a los representantes de Guaidó. Además, interpeló a los países a restringir las visas para el círculo de Maduro y reconocer al representante del autoproclamado presidente encargado en el Banco Interamericano de Desarrollo.
Un “cerco diplomático” que para el sociólogo y analista internacional, Raúl Sohr, no sería suficiente, ya que el gobierno de Nicolás Maduro tiene otras opciones.
“Todo el mundo pensaba que si Estados Unidos establecía estas sanciones, la mayoría de los países las iban a acatar. Sin embargo, India ha aumentado en forma drástica sus compras de crudo venezolano. De manera que, donde se cierra una puerta, a veces se abre otra. Por lo mismo, pienso que las sanciones por sí solas, es difícil que hagan caer al Gobierno. Por supuesto, lo van a ablandar en términos de una posible negociación en el futuro, pero eso es algo a ver todavía”, dijo Sohr en conversación con Radio Universidad de Chile.
Ante esto, el analista internacional explicó que, a su manera de ver, la postura del Grupo de Lima escapa de la realidad, ya que no considera un factor que ha demostrado ser fundamental en la resolución del conflicto: la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
En ese sentido, Sohr comentó que la postura del llamado Grupo de Contacto que lidera la Unión Europea en conjunto con Uruguay y México, se ve como una opción más real.
“Yo creo que la postura de la Unión Europea es mucho más realista que la del Grupo de Lima. En el sentido de que ellos buscan una salida negociada y cualquier salida hoy en Venezuela tiene que considerar a los militares”, señaló Sohr.
Esto, porque los militares venezolanos hicieron un planteamiento bastante claro cuando los representantes de Guaidó se acercaron e intentaron negociar con ellos. Tras el debate en el Alto Mando, hicieron una declaración a través de su comandante en Jefe, Padrino López, que tenía dos puntos fundamentales: Uno, no iban a aceptar una intervención extranjera, y segundo, no estaban dispuestos a ir a una guerra civil.
“Es decir, estaban dispuestos a luchar contra una intervención extranjera, no aceptaban la idea de una división en las fuerzas armadas y que cualquiera que intentase eso iba a ser combatido por los propios militares. Esos dos puntos son fundamentales en cualquier acuerdo. Los militares son la única institución capaz de garantizar una transición”, señaló el analista internacional a nuestro medio.
El experto en temas de seguridad y defensa explicó que la figura de Juan Guaidó se ha ido debilitando y que el fracaso del pasado sábado en el intento de entrega de ayuda humanitaria dejó en evidencia quién es el que gobierna Venezuela verdaderamente.
“Lo que estaba en juego el sábado 23, fue quién gobierna Venezuela. Y quedó claro, blanco sobre negro, que Venezuela es gobernada por Nicolás Maduro y que ése es el gobierno en control efectivo de Venezuela. Ahora, que haya cuarenta o más países que reconocen a Guaidó como presidente encargado, es un elemento externo”, manifestó el analista. “Lo que a mí me habla, es que la oposición no ha logrado generar suficiente confianza entre los venezolanos como para ser seguida en forma masiva”, completó.
Esto, mientras la Unión Europea y el resto de los países del llamado Grupo de Contacto trabajan en Caracas, en conjunto con el gobierno venezolano, en la búsqueda de una salida pacífica en el diálogo.