Theresa May afirma haber hecho dos concesiones importantes en lo que ella llama el “nuevo Acuerdo de Brexit”: primero, mantener al Reino Unido en una unión aduanera “temporal” con la Unión Europea y, sobre todo, permitir que los diputados del Parlamento Europeo voten en un segundo referéndum, pero sólo si aprueban el proyecto de ley. “He hecho compromisos y ahora les pido que hagan lo mismo. Los votantes a los que se supone que representamos nos han dado instrucciones claras, así que deben ayudarme a encontrar una manera de honrarlas”, propuso.
El problema es que estos compromisos parecen insuficientes y llegan demasiado tarde. Incluso antes de que terminara su discurso, ya estaban lloviendo muchas reacciones extremadamente negativas en las redes sociales.
Tanto los diputados conservadores que, ahora que Theresa May propone un referéndum de confirmación, dicen que ya no pueden apoyar un acuerdo que traicione la promesa hecha después de 2016 de completar el Brexit. Para los duros conservadores ‘Brexiteers’, esta oferta es aún peor que la anterior y prometen votar en contra de nuevo.
Por último, los demócratas liberales, que apoyan firmemente la celebración de un segundo referéndum, han cuestionado un anuncio que resulta confuso porque son los diputados los que votarán sobre este referéndum cuando no haya mayoría en el Parlamento sobre esta cuestión. Y los liberales demócratas, en cambio, piden a los votantes que voten el jueves en las elecciones europeas para los partidos proeuropeos.