Estados Unidos anunció nuevas restricciones de viaje a Cuba con el fin de reducir el flujo de dólares al gobierno de la isla, al que responsabiliza de reprimir a su pueblo y desestabilizar la región.
La administración del presidente estadounidense Donald Trump dijo que a partir de este 5 de junio estarán prohibidos los viajes grupales educativos y los cruceros a Cuba, las formas más usadas por los estadounidenses para visitar la isla caribeña.
Los cambios suponen la cancelación de las autorizaciones para barcos de recreo y de pasajeros, así como los traslados privados en avión.
Esta decisión podría constituir un fuerte golpe para la economía de Cuba, que recibió más de un cuarto de millón de visitantes estadounidenses en los primeros cuatro meses de 2019. Desde la isla, el gobierno de Miguel Díaz-Canel rechazó “enérgicamente” estas nuevas restricciones.
Arturo López Levy, economista del Adolphus College en Minnesota, reconoció que los cruceros tenían un fuerte valor simbólico y recalcó: “El gobierno cubano tendrá que adaptarse a ese golpe”.
Sumando estas sanciones, la activación del Artículo 3 de la Ley Helms-Burton y las restricciones en materia de remesas, se trata “sin lugar a dudas” del embargo más duro que se ha aplicado desde la Revolución, según el economista.
“Creo que sólo en el momento de la crisis de los cohetes, hubo una política de sanciones más restrictiva. Y hay que recordar que en este tema de los viajes, el propio Robert Kennedy, que abogó por que se impusiera [esta medida] en el contexto de la crisis de los misiles, dijo que no debería ser una medida aplicada a largo plazo, porque era antitética a los valores y las libertades que proclama Estados Unidos”, explica López Levy.
Estados Unidos aplica desde 1962 un bloqueo económico contra Cuba y ha endurecido sus medidas desde la llegada de Trump al poder en 2017, borrando el acercamiento que propició su antecesor, Barack Obama.