Señor Director:
Lo que todo el mundo aspira
con el transcurso del tiempo
que cuando llegue el momento
nadie le cuente mentiras
teniendo puesto en la mira
un recurso siempre a mano,
listo, dispuesto, cercano
que asegure un buen pasar
para poder disfrutar
a nietos, hijos y hermanos.
Cuento corto y sin rodeos,
que cuando esté jubilado
no tenga que pedir fiado
ni nadie lo mire feo,
pues su ferviente deseo
es tener buena pensión
pues puso dedicación,
y compromiso a destajo
en su puesto de trabajo
y exige retribución.
Antiguamente el Estado
se encargaba del asunto
entonces yo me pregunto
¿por qué este cuento ha cambiado,
será que alguien ha encontrado
la forma de hacerse rico?
cuestión que yo califico
como asalto en despoblado,
y este engaño camuflado
no trago ni justifico.
A alguien se le ocurrió
por allá por los ochenta,
a nadie le rindió cuentas
y sin trabas implantó
un sistema y nos contó
como tío fantasioso
un cuento maravilloso
que a la larga ha resultado
como falso y arreglado
digno de un buen mentiroso.
La gente ya se aburrió
sale a la calle y protesta
¡hasta cuando por la cresta!
se escucha fuerte su voz
¡somos muchos más que dos
los que estamos esta vez!
con convicción y con fe
marchando todos unidos,
potente es nuestro alarido
¡NUNCA MAS A EFE PE!
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.