Ases Falsos: “Nos corresponde aportar puntos de vista originales, no autocomplacernos en consignas”

El vocalista Cristóbal Briceño y el tecladista Francisco Rojas anticipan el concierto que realizarán el 13 de diciembre en el Teatro Caupolicán, los dos discos que publicarán durante el verano y cómo hay canciones que han cobrado nueva vida con las manifestaciones sociales.

El vocalista Cristóbal Briceño y el tecladista Francisco Rojas anticipan el concierto que realizarán el 13 de diciembre en el Teatro Caupolicán, los dos discos que publicarán durante el verano y cómo hay canciones que han cobrado nueva vida con las manifestaciones sociales.

*Este artículo se basa en una entrevista que será emitida a las 23 horas del lunes 2 de diciembre en el programa Pasaje Nocturno.

No uno, sino que dos serán los discos que Ases Falsos editará en el verano. Tacto y Chocadito se publicarán al mismo tiempo y ampliarán una discografía que ya suma cuatro títulos a un ritmo incesante: el más reciente, Mala fama, apareció hace poco más de un año. 

“Cristóbal (Briceño) hace hartas canciones y hemos juntado material de discos anteriores. Hay canciones buenas, pero por cosas de producción o espacio no habían quedado”, dice el tecladista Francisco “Flaco” Rojas para explicar una decisión poco habitual. 

No lo es tanto, en todo caso, para un quinteto acostumbrado a gestos singulares. En lugar de seguir una ruta de difusión y promoción que parece preestablecida para otros proyectos, Ases Falsos ha construido desde 2011 un camino con rasgos propios. Lo suyo es hacer canciones, grabar y tocar. Una y otra vez, como el vocalista Cristóbal Briceño lo ha hecho también con sus trabajos paralelos: solo en 2019 ha lanzado tres discos, propios o en colaboración con el flautista Hermes Villalobos y el mismo “Flaco” Rojas. 

No es extraño entonces que el próximo paso de Ases Falsos sea doble, con discos adelantados esta semana recién pasada por un single para cada uno: “Eres una bomba” presenta Tacto, mientras “Puedes siempre contar con ello” anticipa Chocadito. 

El primero será un registro producido por el guitarrista Martín del Real, orientado hacia una sonoridad pop, funk y soul ya presente en parte del repertorio del grupo. El segundo está a cargo del propio Francisco Rojas, junto al músico Antonio Caballero (Centella). 

Así lo explica Rojas: “Martín viene haciendo canciones hace un buen rato, es muy talentoso y ya tiene ese sonido desarrollado. Era momento que produjera un disco con mayor dominio de todos los elementos, la instrumentación, los timbres, la interpretación. Por otro lado, Cristóbal siempre llega con canciones, las probamos con el sonido más característico de la banda y salieron un montón de demos. No calzaba mucho un disco doble, así que grabamos uno más hi fi con los temas de Martín y este otro disco sirvió para darnos el permiso de hacerlo más desordenado. Son canciones digeribles, pero podemos meter más ruido”.

Parte de esos dos álbumes podrá escucharse en el concierto que Ases Falsos realizará este viernes 13 de diciembre en el Teatro Caupolicán, un escenario en el que debutaron casi exactamente dos años antes. 

Será en un contexto de movilizaciones que en algún momento pusieron en duda una planificación que finalmente se mantuvo en marcha. “Estar promocionando el concierto es medio raro, pero tampoco deberíamos dejar de hacerlo. Lo que sí nos parecía medio extraño era ir a La Tercera o a medios que están cuestionados en algún aspecto”, dice “Flaco”.

“O que están derechamente en una parte de la batalla que no nos interesa fortalecer”, añade Briceño. “Tampoco estamos haciendo una gira promocional, sino que queremos conversar, tenemos algo que decir, como todo el mundo. Quizás no sea el momento para quedarse callados o encapsulados, especialmente los agentes públicos o quienes nos dedicamos a esto de la entretención, que todo el año estamos dando vueltas por aquí y por allá. No es momento para esconderse”. 

De hecho, la banda tardó menos de diez días en responder a las manifestaciones con una canción titulada “Yo sí estoy en guerra”, divulgada simplemente a través de Youtube. “Al menos yo salí a hacer bulto a las manifestaciones, no soy primera línea ni mucho menos, pero traté de salir lo más posible”, cuenta Briceño. “Luego, lo más automático es manifestarme a través de la música. Hago muchas canciones e inevitablemente iban a confluir nuestras emociones y pensamientos a través de ellas”. 

Esa composición, sin embargo, fue una declaración a contracorriente de los llamados que durante los primeros días de protesta hicieron varios de sus pares. Un mes después de lanzarla, Briceño lo ve así: “Son canciones, al final. Siempre he dicho que son humo, no creo en el valor reformista de la canción. Si existiera eso, no habría tanta gente de derecha que disfruta a Silvio Rodríguez o a Los Prisioneros”. 

Y continúa: “Sí creo que las canciones pueden ser un catalizador, que nos corresponde tratar de aportar puntos de vista originales y no solamente autocomplacernos en consignas efectistas o ya probadas. Siento que ahí es donde tenemos que tratar de aportar. A veces, por hacer cosas con demasiadas ganas y a la rápida, se cae en hacer más daño, en estorbar”. 

“No quiero ser insidioso, pero bueno, lo voy a ser: me pareció muy extraño que se aprobara de parte de la Fundación Víctor Jara la versión de ‘El derecho de vivir en paz’. Me parece que no es el camino ni estético, ni poético ni político. Cuando uno ve algo que me contamina… trato de aportar con lo que uno cree que es más purificador”. 

En este contexto, ¿cómo imaginan el concierto del Caupolicán?

Francisco Rojas: Cuando tocamos ahí pusimos una escenografía bien bonita, un homenaje a un concierto de los Beatles, y hubo una inversión detrás. Es inevitable que este tipo de eventos tan masivos ensalcen el ego, quieras o no, porque celebras canciones que uno trabaja y a la gente le gustan y las cantan. De por sí es un ejercicio un poco narcisista. Creo que este concierto va a ser más austero en ese sentido, vamos a subirnos a tocar las canciones. El grupo tiene un repertorio grande a esta altura, hicimos algunos ajustes y nos enfocamos en canciones que tienen un mensaje más directo, más confrontacional, con temáticas que Cristóbal ha trabajado hace rato y que con el contexto adquieren un sentido más fuerte. El otro día tocamos en la Villa Portales, en una actividad a la que nos invitaron, y la sensación fue distinta, mucho más viva o real que otras veces.

Briceño: Estamos empezando a vivir las canciones y eso lo encuentro maravilloso, porque son canciones súper idealistas, románticas en un sentido social, y ahora son parte de la realidad. Eso es increíble. Para la gente es como una doble catarsis, porque ya esto ha sido una catarsis para la mayoría. Creo que el concierto va a acentuar eso y va a ser como traer a la realidad este mundo de fantasía. Me siento orgulloso y afortunado de contar con un repertorio que gire en torno a la toma de conciencia o la desconfianza de la instrucción, cosas que ahora son palpables y me llenan de gozo. El “Flaco” decía el otro día, cuando estuvimos en Estación Central: se me salía el corazón del pecho, porque sentía que estaba cantando algo que conectaba, valía la pena, tenía sentido. 

¿Con qué canciones pasa eso?

Briseño: Hay una canción que nunca más cantamos, por ejemplo, que se llama “La sinceridad del cosmos”. Creo que salió en un documental del (Negro) Matapacos, la gente la ha vuelto a escuchar y la volvimos a tocar. Esta canción que para mí era un muerto dentro del sarcófago, de repente, cobró vida. 

Personalmente me pasa con canciones que tienen letras mucho más crípticas, no las que “Flaco” dice que son más directas, sino que tienen líneas que para mí mismo eran oscuras y me emocionan. Yo estuve en México hace una semana, tocando canciones que a la luz de los hechos toman vida. Sé que ahora uno tiende a lo panfletario y propagandístico, porque uno quiere aportar a una causa, pero el valor de la poesía es mucho más potente a largo plazo. Siempre, pero ahora especialmente, uno tiene que pensar a largo plazo. 

Ases en el Caupolicán

Ases Falsos se presentará a las 20 horas del viernes 13 de diciembre en el Teatro Caupolicán (San Diego 850, Santiago). Las entradas disponibles tienen valores entre $6.000 y $7.000, en el sistema Passline. Más información acá.

Foto: Manuela Bocaz.




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