Irán respondió al asesinato de Soleimani con un ataque con misiles el pasado martes a las bases de Ain al Asad y de Erbil, en Irak. “Una bofetada a Estados Unidos”, dijo el líder supremo iraní Alí Jamenei. En el ataque, según Irán, murieron 80 soldados estadounidenses pero Washington lo desmiente. Lo que sí está confirmado es que Irán avisó a Irak antes de lanzar el ataque, lo que podría haber permitido a los soldados abandonar el lugar.
Jamenei advirtió que más allá de este ataque, la venganza aún está por venir. “No tenemos forma de saberlo, pero creo que esto no va a terminar aquí. Creo que puede haber algún tipo de acción. No será implementada por Irán como estado, sino por algún grupo chiita que pueda operar en Irak o en otros contextos geográficos como Yemen o el estrecho de Ormuz donde se pueden cometer acciones contra intereses de Estados Unidos”, asegura a RFI José Miguel Calvillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.
Este miércoles, la zona verde de alta seguridad de Bagdad fue atacada, pero sin víctimas. Grupos armados cercanos al régimen iraní habían prometido represalias por la muerte de uno de sus comandantes, Abu Mahdi Al Mohandis, que murió junto al general Soleimani.
En los últimos meses, la Guardia Revolucionaria iraní derribó dos drones estadounidenses, lanzó misiles a instalaciones petroleras sauditas y presuntamente dañó varios petroleros en el Golfo. Expertos estadounidenses criticaron la falta de reacción de Trump a estas acciones. Kaleigh Thomas, analista de seguridad de Oriente Medio del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, asegura a la AFP que la respuesta de Trump fue entonces inconsistente y que la “decisión impulsiva” de matar a Soleimani iba encaminada a restablecer la disuasión a Teherán.
A nivel interno, el régimen iraní ha reprimido a sangre y fuego las protestas masivas de los últimos meses en contra del aumento del precio de la gasolina. “El asesinato del general Soleimani ha venido a reforzar la unidad interna, al menos en parte”, según explica a RFI el especialista en política exterior estadounidense Philip Golub. “Estados Unidos apuesta desde hace un año y medio por el estrangulamiento económico de Irán con la esperanza de que se precipite un cambio de régimen. Creo que hoy esta estrategia ha caído en una contradicción porque Donald Trump ha conseguido con esta intervención militar a unir al pueblo iraní detrás del régimen”, explica el profesor de la Universidad Americana de París.
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