China, un país en cámara lenta por el coronavirus

El balance de víctimas por coronavirus en China ha aumentado, con 563 muertos y más de 28.000 personas diagnosticadas. Las medidas restrictivas siguen aumentando en todo el país: cuarentena, control de movimientos y sitios cerrados al público. En la capital china, los pequineses siguen confinados en sus casas por miedo a la infección.

El balance de víctimas por coronavirus en China ha aumentado, con 563 muertos y más de 28.000 personas diagnosticadas. Las medidas restrictivas siguen aumentando en todo el país: cuarentena, control de movimientos y sitios cerrados al público. En la capital china, los pequineses siguen confinados en sus casas por miedo a la infección.

El trino de los pájaros que cantan por comida en las aceras cubiertas de nieve, el ladrido de un perro y la alarma de una motos son el telón de fondo de una avenida de Pekín esta mañana. A pesar del regreso de las vacaciones, la capital china sigue funcionando en cámara lenta. Francia y el Reino Unido han aconsejado a sus ciudadanos que no se queden en China a menos que haya una razón de peso y muchos expatriados se hayan marchado.

Marianne es gerente de una empresa y ha decidido quedarse con su familia: “Pekín está vacío. No hay coches, no hay gente en la calle y todavía hay muchos lugares cerrados. Estamos en casa, en un paro de trabajo porque tenemos que ocuparnos de la educación de los niños todos los días y nos lleva toda la jornada. Nuestra vida consiste en enseñar a los chicos, trabajar desde casa, salir a comprar algo para comer y luego volver a casa”, resume.

El miedo en las calles de Beijing

A diferencia de las megalópolis de la provincia de Hubei, el ayuntamiento de Pekín no impone restricciones de tráfico: los autobuses y el metro circulan en su mayoría vacíos. Por el momento, los balances comunicados por las autoridades informan de una muerte y más de 250 personas contaminadas en la capital, de un total de 22 millones de habitantes. Pero esto no impide el miedo.

Durante la última semana, el cierre de muchos servicios de aerolíneas internacionales hacia y desde Pekín ha reforzado la psicosis. “Yo, que tengo una escuela de arte con profesores extranjeros, uno de los profesores lleva tres máscaras y camina con lejía. Otros profesores quieren irse porque están muy preocupados”, dice Marianne.

Algunos clientes no dudan en llevar máscaras de esquí cuando van de compras. En un intento de tranquilizar a los de Beijing, el servicio de mensajería WeChat ofrece nuevas aplicaciones de consejos de salud.

Una atmósfera similar en Wuhan

Jamie Morris es británico y lleva un año enseñando inglés en Wuhan. Desde el 23 de enero está confinado en la ciudad debido a la epidemia: “La atmósfera es realmente deprimente comparada con la que solemos ver. Muchas personas habían ido a visitar a sus familias para el Año Nuevo Chino. Muchas tiendas también cerraron por las fiestas”, enfatiza.

Pero en los últimos días, el clima se ha vuelto más clemente y la gente está saliendo a tomar aire fresco, dice el profesor de inglés. “Hace unos días, fui de compras y vi a mucha gente reunida en el fondo de mi edificio”, cuenta
Ante el coronavirus, el británico admite haberse abastecido de productos domésticos y máscaras antes de que se agotaran.

“Cada vez que entramos o salimos del edificio, nos aseguramos de lavarnos las manos y desinfectar todas las superficies a nuestro regreso. Hacemos todo lo que podemos para mantener nuestra casa bien desinfectada”, asegura.

El 9 de febrero, Jamie Morris abandonará Wuhan en el último vuelo fletado por el gobierno británico.

Preocupación por la realidad de las cifras oficiales

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el 5 de febrero un llamamiento por 613 millones de euros para combatir la epidemia de coronavirus durante los próximos tres meses, que ya se ha cobrado casi 500 vidas. La OMS dijo que una misión internacional de expertos visitaría China “muy pronto”, sin brindar más detalles.

Al sur de Shanghái, la ciudad de Ningbo, donde se han notificado 75 casos de coronavirus, se encuentra en cuarentena desde el 4 de febrero. Un empresario taiwanés que vive en Ningbo tiene dudas sobre la transparencia de las autoridades.

“Las autoridades llevan varios días diciéndonos que el 7 u 8 de febrero será un punto de inflexión, pero el número cada vez mayor de enfermos y muertes es aterrador. No estamos seguros de que la situación mejore después del 10 de febrero”, advierte.

Para este empresario, las autoridades están tomando esencialmente medidas correctivas: “Ciertamente se aplican estrictamente, los funcionarios hacen lo que pueden, pero las cifras que dan son problemáticas. La información que nos dan está probablemente relacionada con su deseo de asegurar la estabilidad social. Como todos los chinos, tengo dudas sobre las cifras oficiales, pero nadie se atreve a decirlo públicamente”, añade.

China no es el único país afectado por el coronavirus, ya que se han identificado más de 200 casos en unos 20 países. En Hong Kong se ha registrado un muerto.

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