Conocido fue el caso hace unos días del niño haitiano de seis años que murió en un grave accidente ocurrido en la piscina municipal de Quilicura. La Seremi de Salud Metropolitana clausuró el establecimiento luego de encontrar una serie de irregularidades, entre ellas, falta de elementos de salvataje reglamentarios completos.
Los familiares de la víctima aún esperan justicia por lo ocurrido y pronunciamiento de las autoridades. Así lo confirma una declaración del padre del niño dada a conocer después de la tragedia.
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Jean Claude Pierre, trabajador social de Quilicura e integrante de la Red de Comunidad Migrante Haitiana en Chile, ha seguido a la familia en su proceso de duelo y constata que, en su opinión, una vez más se intenta bajar el perfil a un hecho de violación a los derechos humanos.
“Exigimos lo de siempre, que la justicia prime por sobre la desigualdad y que esto no vuelva a ocurrir. Hablamos de una comuna que tiene un 52 por ciento de población migrante, entonces estamos frente a un peligro al que nosotros no queremos exponernos” indicó.
Jean Claude agregó que la comunidad migrante haitiana actualmente está prestando ayuda psicológica a los padres del niño, ya que ellos no hablan español.
Responsabilidad municipal
Desde la Municipalidad de Quilicura, el alcalde Juan Carrasco, aseguró que han interpuesto una querella contra quienes resulten responsables de la negligencia. Además, señaló que el Departamento de Derechos Humanos se ha encargado de atender a la familia.
“Se han avanzado en los sumarios y estamos en comunicación con la Seremi de Salud respecto de la entrada en funcionamiento de los servicios porque para nosotros esta tarea no ha terminado. Es importante también seguir atendiendo a la familia si es que así lo requiere, no tenemos una política de estar encima de las personas, es fundamental que la decisión sea de ellos” sostuvo.
El alcalde puntualizó en el trabajo de integración que se ha llevado adelante en las distintas áreas del municipio y que tiene por objetivo hacer sentir a los que ingresan, como “quilicuranos y quilicuranas” que serán acompañados en todos sus procesos.
Por su parte, la socióloga y coordinadora académica de la Cátedra Racismos y Migraciones Contemporáneas de la Universidad de Chile, María Emilia Tijoux, reconoció el compromiso de Quilicura con la migración que la distingue de otras comunas, no obstante, recalcó que el accidente del niño no puede pasar a la historia ni ser tratado como otros.
“Hay que comprenderlo en su particularidad, en ese dolor de saber que le pasa a un niño en un país que es racista. Cuando uno se pone en el lugar del otro, pensando que se está en un país extranjero donde se viajó para intentar mejorar la vida, lo que ocurre es mucho más terrible” explicó.
La socióloga planteó como desafío el darle especial atención a las familias que cargan con un sufrimiento que está vinculado al color de piel, al origen y su condición, que han venido a Chile a trabajar y se encuentran con un ambiente hostil.
En otras palabras, “prestarles un acercamiento comprensivo y atento desde la sociedad chilena y sus instituciones”, concluyó María Emilia Tijoux.
#COMUNICADO | En relación a la situación ocurrida el viernes en la comuna de #Quilicura, informamos lo siguiente. pic.twitter.com/yvr3iwjrHd
— Seremi de Salud RM (@SeremiSaludRM) January 27, 2020
Al prohibirse el funcionamiento de la piscina luego de ocurrido el fatal accidente, se comprobó que no se dieron las garantías por parte del establecimiento para que la actividad recreativa se diera sin riesgo.
Según el reglamento de piscinas de uso público, se debe contar con un salvavidas por cada 100 bañistas, y en este caso, eran 200 con un salvavidas. Además, ninguna de las tres piscinas presentes en el área “contaba con elementos de salvataje reglamentario completo, compuesto por pérdigas, cinturones, salvavidas, cuerdas y camillas portátiles”.