Este martes, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, confirmó que durante este año sí se realizará la prueba Simce, evaluación que se aplicará hacia el final del año escolar en estudiantes de segundo, cuarto y sexto básico, pero en esta ocasión con un carácter diagnóstico.
La decisión anunciada por la autoridad se opone a lo que habían solicitado diferentes organizaciones e instituciones vinculadas a la educación, y que incluso había propuesto la Mesa Covid.
Según señaló el ministro Raúl Figueroa, el Simce “es una herramienta muy importante para conocer la realidad de los establecimientos sobre todo en un período que ha sido altamente complejo para el sistema educativo. La información que arroja la prueba es valiosa y necesaria para el país, porque nos permite ir en ayuda de las escuelas que más requieren apoyo”.
“Estamos viviendo un año excepcional y las escuelas deberán adecuarse a un currículum priorizado, razón por la cual los resultados tendrán un carácter de diagnóstico y no tendrán consecuencias para las escuelas”, expresó.
Sin embargo, la decisión no gustó en organizaciones vinculadas a la educación, como es el caso del Colegio de Profesores, desde donde también habían solicitado la suspensión de la prueba, y señalaron que por el tiempo en que tardan los resultados de esta medición, difícilmente podrá ser un diagnóstico oportuno.
En tanto, desde Educación 2020 también habían manifestado estar de acuerdo con la suspensión del Simce dadas las condiciones irregulares e inequitativas en las que hoy se están desarrollando los procesos educativos. Ante esta confirmación, si bien valoran que no tenga consecuencias para las escuelas, aseguraron que de todas formas produce tensión en los establecimientos.
“De todas formas es una evaluación que consigue estresar muchísimo a las comunidades educativas dado que, además de los efectos que tiene en la ordenación de las escuelas según el puntaje Simce que obtengan, tiene consecuencias simbólicas para las escuelas. Hay un peso asociado a los resultados que obtiene una institución en el Simce y ponerle esa carga adicional al trabajo que vienen realizando las escuelas este año, que ha sido particularmente difícil, no resultará necesariamente conveniente para orientar de mejor manera el aprendizaje de los estudiantes”, comentó Loreto Jara, directora de política educativa de Educación 2020.
Asimismo, indicó que si lo que se quiere es diagnosticar la situación, existen otras formas: “Por ejemplo hacer alguna adaptación de las evaluaciones progresivas en las que ha venido trabajando la Agencia de la Calidad hace algunos años, y que permiten de alguna manera dar cuenta de forma más fina cómo están avanzando los aprendizajes de las y los estudiantes en las escuelas de Chile”.
En tanto, el investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, Víctor Orellana, la decisión tomada por el Mineduc es un error, y confirma un espíritu impositivo desde la cartera.
“Se necesitan datos en este tiempo sobre la vida, sobre el bienestar de los estudiantes, otro tipo de datos. El Simce es una medida muy cuestionada, más bien vinculada al funcionamiento del mercado escolar, y creo que lo que hay es un sector ultra dentro del gobierno, el espíritu de Cubillos sigue vivo, parece que Figueroa no ha logrado todavía tomar total control de su cartera porque el espíritu ultra provocador que usaba la educación para batallas ideológicas parece que sigue vivo”, dijo.
“Me da la impresión que acá ya no se trata del Simce ni de los datos, se trata de un gobierno que quiere mostrar mano dura y capacidad para decirle al resto de la sociedad que ellos mandan. Creo que están jugando con fuego, que es un tremendo error”, añadió.
Asimismo, comentó que ante los cuestionamientos que antes de esta emergencia ya rodeaban la aplicación de esta prueba y sus resultados, hacen que probablemente en un contexto como el de este año sea una medición aún menos válida que en otras ocasiones.
“Aquí yo veo un motivo de carácter político, de una derecha extremista que quiere provocar, ideológico de defender un sistema que lo único que hace es ordenar la escuela jerárquicamente para que exista competencia y mercado, y tampoco se pueden descartar motivos económicos, es decir, los 18 mil millones de pesos que el Estado financia en el Simce han construido una verdadera industria, y probablemente esa industria se va defender” comentó Víctor Orellana.
Por otra parte, para Dafne Concha, presidenta de la Coordinadora de Padres y Apoderados por el Derecho a la Educación (CORPADE), las autoridades están siguiendo la lógica de la guerra, y lamentó que no se esté escuchando a las comunidades ni mucho menos a los expertos.
“Consideramos que hay una doble vulneración, cómo es posible que el Ministerio ya no solo no escucha a los movimientos sociales, porque parece que los desprecia, tampoco escucha a los expertos que ellos mismos llaman para que opinen respecto a este tipo de situaciones o de medidas. ¿Por qué hoy día el Ministerio tiene que tomar esta medida que consultó y todos los expertos le dijeron que no?“.
Asimismo, cuestionó que se tenga que aplicar esta evaluación que no se centró en los niños y niñas: “¿Por qué tenemos que hacer un proceso educativo que lo que hace es imponer medidas? Eso no ayuda ni a las familias, ni a que avance la educación, ni a que superemos las brechas”.
Por otra parte, Dafne Concha aseveró sentirse desconcertada por la actitud del ministro Raúl Figueroa, quien señaló pareciera no saber mucho de educación. Por ello, reafirmó la necesidad de que la cartera de Educación sea dirigida por una persona con mayor experiencia en el ejercicio de la pedagogía.
“Esto pone a nuestros hijos e hijas a situaciones que no queremos que pasen, porque no queremos que estén sometidos a más agobio del que ya han tenido. Hemos dicho incluso que no queríamos que se les pusieran notas, que fueran evaluados con conceptos, que este año ningún niño repitiera, tomando el ejemplo de otros países que han tomado este tipo de medidas porque nos parecen razonables, nos parecen más justas, más humanas y que los contenidos se pudieran abordar en un plan de contingencia en el segundo semestre si es que se puede volver”, afirmó.
Con la confirmación del Ministerio de Educación respecto de la aplicación del Simce, ahora queda que durante los próximos meses se confirme la fecha, la que será a fin de año y considerando la evolución de la pandemia de COVID-19.