Los enfrentamientos entre los manifestantes y los policías sacudieron este sábado en la noche esas grandes ciudades, a pesar de los toques de queda decretados para detener los disturbios que estallaron tras la muerte de un afroestadounidense a manos de la policía el lunes.
Los disturbios llevaron a ciudades como Los Ángeles, Atlanta, Chicago y Filadelfia a anunciar toques de queda.
Trump culpó a la extrema izquierda de la violencia y aseguró que “revoltosos, saqueadores y anarquistas” estaban deshonrando la memoria de George Floyd. “Mi administración detendrá la violencia de la turba. Y la detendremos en seco”, añadió Trump.
En Minnesota, ciudad del norte del país donde tuvo lugar el arresto durante el cual murió Floyd, la policía antidisturbios cargó contra los manifestantes que incumplían el toque de queda y utilizó granadas aturdidoras y bengalas de humo para dispersar la protesta.
El caso de Floyd, que falleció después de que un policía lo mantuviera de bruces contra el suelo durante casi nueve minutos, apoyando la rodilla contra su cuello, se ha convertido en el último símbolo de la violencia policial contra los ciudadanos negros y ha provocado la mayor ola de protestas de los últimos años en Estados Unidos.
En todas partes los manifestantes denunciaron la violencia policial contra los ciudadanos negros y pidieron justicia para Floyd, detenido supuestamente por tratar de pagar en una tienda con un billete falso de 20 dólares.
“No podemos ni debemos permitir que un pequeño grupo de criminales y vándalos destruyan nuestras ciudades y causen devastación en nuestras comunidades”, dijo Trump tras las revueltas de la noche anterior en la ciudad de Minneapolis.
Su rival demócrata en las presidenciales del próximo mes de noviembre, Joe Biden, condenó la violencia de las protestas, pero dijo que los estadounidenses tenían derecho a manifestarse.
“Protestar contra tal brutalidad es correcto y necesario. Es una respuesta totalmente estadounidense”, afirmó Biden en un comunicado. “Pero no lo es quemar bienes comunitarios y destruir innecesariamente. La violencia que pone en peligro vidas no lo es. La violencia que destruye y cierra negocios que sirven a la comunidad no lo es”, agregó el candidato.
El gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz, también denunció la responsabilidad de elementos exteriores a su estado que, según él, podrían ser anarquistas, supremacistas blancos o narcotraficantes.
Para retomar el control de la situación, anunció la movilización de los 13.000 efectivos de la Guardia Nacional de su estado, un despliegue del que no se tenía noticia desde la Segunda Guerra Mundial.
La presencia policial no impidió que miles de personas salieran a protestar en lugares como Dallas, Las Vegas, Seattle y Memphis.
Las manifestaciones llegaron hasta delante de la Casa Blanca, donde gases lacrimógenos e incendios llenaron el aire de humo. En Nueva York, más de 200 personas fueron detenidas tras enfrentamientos que dejaron varios heridos entre las fuerzas de seguridad. Allí, una mujer lanzó un cóctel Molotov al interior de un vehículo policial ocupado por cuatro agentes sin provocar ningún herido.
Manifestantes quemaron autos de la policía en Miami y Atlanta, y en Los Ángeles cinco agentes resultaron heridos y hubo cientos de arrestos después de que varias personas incendiaran y saquearan comercios, sobre todo tiendas de lujo de Beverly Hills.