El lunes, en el marco de la investigación que lleva adelante la Comisión de la Cámara de Diputados sobre la actuación del Gobierno en la crisis sanitaria, el ministro de Salud, Enrique Paris, levantó polémica al descartar que la tasa de mortalidad del COVID-19 en nuestro país esté relacionada con la pobreza.
“La verdad es que cuanta más pobreza hay, hay más posibilidad de contagio, pero no más posibilidad de fatalidad, o no hay una relación entre letalidad o pobreza, porque eso significaría que los pacientes son atendidos en forma discriminada por su lugar de origen”, aseguró el secretario de Estado ante los diputados integrantes de la instancia investigadora.
Las reacciones a lo señalado por el titular de la cartera de Salud no se hicieron esperar por parte de expertos, epidemiólogos y académicos, quienes refutaron las declaraciones de la autoridad.
Una de ellas fue la doctora María Soledad Barría, ex ministra de Salud durante la primera administración de Michelle Bachelet, quien en conversación con nuestro medio, expresó duras críticas a las afirmaciones de Enrique Paris y aseguró que su enfoque no considera las determinantes sociales en la salud.
“Creo que el ministro Paris está totalmente equivocado. Él hace una asociación entre enfermedad, a la que los médicos llamamos prevalencia o incidencia, es decir, la proporción de individuos que presentan esa enfermedad, pero descarta que se asocie con mortalidad. Creo que hay un elemento que él no ha considerado porque se enfoca en que a la gente se la trata bien, es decir, que cuando se enferman el sistema los trata adecuadamente. Pero al mirar las cifras, se ve que efectivamente en las comunas más populares como es el caso de La Granja o La Pintana, la mortalidad por cien mil habitantes es mucho mayor que en las comunas como las Condes, Vitacura o Providencia”, manifestó la académica.
“El ministro no toma en consideración que las personas de menor nivel socioeconómico tienen más riesgo frente a una infección por covid, porque son mucho más hipertensas, mucho más diabéticas y tienen otras enfermedades que hacen que la infección sea más grave. Hay una clara asociación entre pobreza y mortalidad por Covid-19 no porque se traten mal en el sistema, que es lo que parece defender el ministro, sino porque las personas de menor nivel socioeconómico tienen más riesgos en salud” agregó
En materia de las deudas del Estado a las que hizo alusión el titular del Minsal ante la Cámara Baja, la ex jefa de esa cartera señaló que la salud está necesariamente determinada por cómo la gente vive, por lo tanto, excede largamente solo al tratamiento de la enfermedad.
“La expectativa de vida en las comunas más ricas es de decenas de años más que en las más pobres, pero eso no es por el sistema de salud, sino porque las viviendas son peores, no hay áreas verdes, viven en ambientes con más riesgos de contaminación, tienen menos servicios de agua potable etcétera. Por eso es que las condiciones de vida son relevantes desde la perspectiva de la salud y nuestro país tiene graves deudas que espero comiencen a solucionarse con la nueva Constitución, de modo que tengamos un país más justo por delante. Las desigualdades son brutales desde el punto de vista de salud, pero esto no se corrige solo desde la cartera de salud, sino que con derechos sociales y económicos de un país más justo”.
En esa linea, la ex autoridad expresó que “es muy importante saber que el 60%, es decir más de la mitad del impacto de salud en la población, no tiene que ver con el sistema de salud ni con la biología de las personas sino justamente con las determinantes sociales y ambientales de la salud. Por eso, al hablar del covid, la infección repercute de mayor manera cuando viven 10 personas en una misma casa de 40 metros cuadrados, que en otra en la que viven 3 en una casa de 140 metros. Eso es evidente, pero además quienes viven hacinados tienen el doble de hipertensión y el triple de diabetes y, por lo tanto, eso hace más grave la infección y hay más muertes”.
María Soledad Barría analizó también las cifras de mortalidad por comunas, de acuerdo con los datos entregados por el Ministerio de Salud hasta agosto que reafirman que hay una diferencia sustancial entre aquellos territorios que tienen mayores recursos en comparación con las más vulnerables.
“Al 16 de agosto, fecha de la modificación en la entrega de información por parte del Minsal, La Granja tenía una mortalidad de 166 personas por cada cien mil habitantes, los mismos que tenía La Pintana. En tanto, La Reina tenía 89, Las Condes 90 y Lo Barnechea 59, entonces no solo vemos mayor frecuencia en el virus, sino mayor gravedad”, explica la profesional.
“Lo que hay detrás de las deudas del Estado que menciona el ministro Paris es el origen de las desigualdades de nuestro país, por eso necesitamos cambiar el país, una nueva Constitución con derechos sociales y económicos reconocidos para nuestra gente, no solo desde el punto de vista de salud, sino también desde la perspectiva de la vivienda, áreas verdes, es decir, cómo la gente vive y crece. Además, necesitamos cambiar nuestro sistema de salud, pero los ministros no tienen el poder de hacer los cambios de fondo que hoy es claro que necesitamos. Ya nadie puede decir que es bueno que tengamos a los ricos en un sistema de salud y a los pobres en otro, la lógica indica que en un nuevo ordenamiento tengamos un sistema universal de salud, solidario y de calidad para todos. No puede ser que el sistema privado tenga más recursos, cuando es el sistema público el que atiende a quienes tienen más riesgos de enfermar”.
Finalmente, en cuanto a si el discurso del ministro Paris va en la misma línea que el del exministro Mañalich, en cuanto al desconocimiento de la realidad social chilena, la médica señaló que el punto común entre ambos personeros es la estructura ideológica.
“Cuando llega el covid a Chile el Gobierno no piensa en salud, sino en enfermedad y, por lo tanto, en las camas y ventiladores, es decir cómo vamos a atender a la gente cuando se enferme y el ministro Mañalich no pensó en cómo mantenerlos sanos y que no se contagiaran. El ministro Paris sí incorporó la prevención con la atención primaria y la estrategia de testeo y trazabilidad. Sin embargo, la estructura ideológica es la misma y en ella se desconocen los determinantes sociales y su relevancia, por lo que, cuando el ministro Paris descarta la ligazón entre pobreza y letalidad, de nuevo se pone todo el peso de la prueba en la atención de la enfermedad. Cuando él dice que a todos los enfermos se los trata igual, sin que nadie esté diciendo algo distinto, sino que decimos que la gente que vive en peores condiciones tiene más riesgo de morir y se mueren más. Eso hay que reconocerlo para poder tomar las medidas efectivamente y mejorar la calidad de vida de nuestras poblaciones”.
“Aquí hay una estructura de pensamiento más por la enfermedad que por la salud que tiene una raigambre ideológica de la derecha. Desconocer la relevancia que tiene cómo nuestra gente está viviendo es muy duro, no podemos cometer estos errores y tenemos que cambiar la Constitución el 25 de octubre”, concluyó la doctora Barría.