El lunes, durante la conferencia de prensa del Ministerio de Salud en la que se dio a conocer el balance de contagios por COVID-19 en nuestro país, la presidenta del Consejo Asesor, María Teresa Valenzuela, informó de la solicitud realizada por el órgano a las autoridades sanitarias respecto de aminorar el periodo de aislamiento para quienes hayan sido confirmados como infectados por la nueva cepa de coronavirus.
En conversación con nuestro medio, la doctora Ximena Aguilera, directora del centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la UDD e integrante del consejo asesor de COVID-19 explicó las consecuencias de la medida y aclaró las diferencias entre las medidas sanitarias de cuarentena y aislamiento.
“Se ha confundido el término aislamiento con el de cuarentena. El primero se refiere a la restricción que se hace a los casos infectantes, es decir, al enfermo fuente de contagio y la indicación en todas las enfermedades de transmisión persona a persona es aislar los casos de manera que dejen de contagiar, restringiendo la tasa de contactos de es persona. La cuarentena en cambio, es la restricción que se aplica a quienes son sanos, estuvieron expuestos a los casos contagiantes y por ello se restringe la movilidad y su tasa de contactos durante el periodo de incubación de la enfermedad, porque son las personas que pueden con mayor probabilidad generar nuevos casos”, señaló.
“Lo que el Consejo Asesor recomendó fue acortar el aislamiento de los casos contagiantes, porque lo que se ha estudiado es que esas personas dejan de eliminar el virus entre el día 8 y el 10, y, por lo tanto, dejan de ser contagiantes, es decir, ya no son casos activos. La diferencia con quienes estaban sanos y fueron expuestas a la enfermedad, deben mantener la cuarentena por los 14 días porque el periodo de incubación no ha variado”, agregó.
El fijar la cantidad de días en 11, pese a que las recomendaciones de la OMS hablan de mantener un aislamiento de diez días, se debe, según aclara la experta, a los pagos de las licencias médicas para los trabajadores.
“Nosotros hicimos esta recomendación en mayo, pues en esa fecha ya había evidencia de que el aislamiento debía durar menos, pero en ese momento se consideró que no era bueno hacer cambios porque estábamos en un momento de alza y el Ministerio decidió no implementarlo. Ahora que la situación está más calmada, reflotamos la solicitud y, en conversaciones con las autoridades, decidimos que fueran once días justamente para que no hubiera problemas con las licencias médicas”.
La médico que forma parte del Consejo Asesor también analizó la situación de desconfinamiento que enfrenta la Región Metropolitana, respecto de los desafíos que representa eso para el testeo y trazabilidad de los nuevos contagios.
“Ciertamente cada vez que uno abra, aumentan las posibilidades de transmisión, porque aumenta la tasa de contacto entre personas, por eso es que las autoridades han hablado de rebrotes. Pero mientras no exista una herramienta farmacológica en el corto plazo, esto es, los próximos tres meses o seis meses, a lo que hay que recurrir es a medidas no farmacológicas: lavado de manos, uso de mascarillas, distancia física, evitar lugares cerrados, apoyado por estas medidas de distancia física de contención comunitaria como han sido las cuarentenas, cierre de fronteras, toque de queda y controles sanitarios. Pero estas medidas son efectivas dependiendo de su duración y en la medida que se prolonga son menos efectivas, especialmente por las condiciones sociales de las personas. La columna vertebral de control del brote tiene que ver con la detección, aislamiento y búsqueda de contactos de los casos activos y la cuarentena de los contactos. Son los enfermos y los que están en riesgo de enfermar los que deben estar restringidos de movilidad y no tanto la población general, porque es muy difícil sostener eso en el largo plazo”, concluyó la doctora.