Acompañada de diversas organizaciones migrantes y pro migrantes, representantes del Colectivo Feminista 8M, así como del espectro político, como el diputado comunista, Daniel Núñez, Mery Cortez llegó este martes hasta el frontis del palacio La Moneda, intentando conseguir respuestas por el asesinato de su hijo, Romario Veloz.
El pasado 20 de octubre, a solo dos días de iniciado el estallido social, el joven de solo 26 años fue asesinado en medio de una protesta ocurrida frente al Mall Plaza La Serena, esto por un disparo perpetrado por las fuerzas del Ejército que custodiaban el lugar.
A partir de entonces, Mery Cortez, la madre de la víctima, no ha parado de buscar todo tipo de instancias que permitan resolver el caso y condenar a los responsables. En septiembre, por ejemplo, fue invitada por la Comisión de Derechos Humanos del Senado para entregar su testimonio, y lo mismo había ocurrido semanas antes en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, según comentó a nuestro medio, las respuestas en dichas instancias no fueron para nada alentadoras.
“En la Cámara de Diputados, el señor Mario Desbordes lo único que dijo fue que, como yo no creía en el Ejército, ellos no iban a realizar un sumario, lo cual me pareció demasiado descabellado, no tiene nombre. Ellos hicieron un pacto de silencio y no van a dar su brazo a torcer. Yo no sé qué más hacer, ya he tocado todas las puertas posibles. Hemos ido al Senado, a la Cámara de Diputados, ahora a La Moneda, no sé qué más quieren ni qué más podemos hacer”, manifestó.
Las responsabilidades de la institución castrense que reclama Cortez apuntan directamente al general Jorge Morales, quien en octubre estuvo a cargo del Estado de Excepción Constitucional en la Región de Coquimbo. Él mismo, según Cortez, sí habría colaborado en la investigación correspondiente a la otra persona asesinada en la misma región, Kevin Gómez, contrario al hermetismo y silencio que guardó por el caso de Romario.
Esta situación, para Cortez, tendría que ver también con razones relacionadas con la procedencia y el color de piel de su hijo, algo que incluso se pudo notar en el día de su muerte.
“Los otros dos afectados no murieron, están mal, pero con vida. En cambio, como Romario era el único negro y más encima extranjero, se tiraron directo a matar. Romario Veloz no estaba tirando piedras, no estaba haciendo barricadas, no estaba saqueando el mall. Hay videos que se ve cuando él pasa, pero con un grupo de profesionales de la salud y compañeros de la universidad, pasa con las manos en los bolsillos, y aun así no tuvieron piedad”, señaló Cortez.
Hay que recordar, además, que con Romario Veloz son siete los casos de migrantes fallecidos en el en contexto del estallido social, y por los que aún no hay ni un solo responsable. Al respecto, Mery Cortez aseguró que no se ha comunicado con los familiares de estas víctimas, y se refirió al porqué cree que muchos de ellos no se han pronunciado públicamente.
“Por algún motivo, los extranjeros, no aparecen. Quizás podrían tener miedo. Pero cabe decir que yo llevo 19 años en este país y el miedo, desde el momento en que me quitaron a mi hijo, para mí no existe, y si me van a matar voy a morir en mi ley. A mi hijo me lo quitaron por ser negro y por ser extranjero, así de fácil y sencillo”, indicó.
Respecto del caso de Romario Veloz, existe un proceso judicial que partió con una querella en contra del Ejército y que no ha tenido ningún avance en un año marcado por la pandemia. Lo que ahora busca la defensa de la víctima es que la institución demandada pueda colaborar con este proceso, partiendo por la disposición a realizar un sumario interno que pudiese determinar a los responsables de este hecho.