Desde hace más de cinco años, el Archivo Patrimonial de la Universidad de Santiago se ha encargado de digitalizar y difundir los registros de una de las dramaturgas más relevantes de la historia nacional: Isidora Aguirre Tupper (1919-2011).
Así, por medio de un repositorio virtual, la institución ha visibilizado un archivo que la misma escritora comenzó a crear en vida, consciente del alcance de su trabajo, y que contempla manuscritos, recortes de prensa, fotografías, afiches, cartas y partituras musicales, entre otros.
Hasta hace poco, la plataforma contenía cerca de 6 mil documentos digitalizados, sin embargo, en el marco del natalicio 102 de la escritora, el sitio web se renovó, sumando más de 3 mil materiales inéditos. De ese modo, se creó un acervo que comprende más de 9 mil registros que están disponibles para toda la comunidad.
“El primer acercamiento que tuvo el Archivo Patrimonial con el fondo de Isidora Aguirre fue en el año 2015 cuando la escritora y académica Andrea Jeftanovic ganó un proyecto Fondart y organizó todos los documentos que tenía Isidora Aguirre (…). Ella gestionó que la sucesión pudiera entregar este archivo a la Universidad de Santiago, dada la relación que había tenido Isidora con la UTE”, explica Alejandra Pinto, directora del Archivo Patrimonial de esa casa de estudios.
“Isidora Aguirre tiene más de 40 obras teatrales y dentro de ellas podemos encontrar diferentes temática. Entonces, en este proyecto que cerramos están todas las obras que son originales de Isidora Aguirre, dejando un poco pausado el tema de las adaptaciones. En ese sentido, hoy contamos con 27 obras que están arriba en nuestro sitio web”, comenta la investigadora.
El archivo digital dedicado a Isidora Aguirre se organiza de forma tal que repasa la biografía y los distintos montajes escritos por la autora entre los años 50 y los 2000. En ese recorrido surgen obras como Carolina (1955), La pérgola de las flores (1960), Lautaro (1982), Los libertadores Bolívar y Miranda (1993) y Subiendo… último hombre (2004).
En definitiva, el Archivo propone un corpus que revela cómo la autora se mantuvo activa a lo largo de toda su vida, escribiendo y reflexionando respecto de los procesos históricos, políticos y sociales que iba atestiguando. “La crítica social está presente en la mayoría de sus obras. En el archivo nos encontramos con las facetas de todo el proceso investigativo y, por otra parte, nos encontramos con el Teatro Experimental Popular Aficionado”, dice la directora del Archivo Patrimonial de la Universidad de Santiago.
“Isidora desarrolló este proyecto dado a su compromiso político y para promover o apoyar la campaña de Salvador Allende. El teatro, también conocido como T.E.P.A., estaba dirigido a sectores populares y tuvo dos grandes objetivos: acercar la cultura a grupos marginados y educar sobre las transformaciones del gobierno de la Unidad Popular”, afirma la investigadora.
Investigadora y archivista, las otras facetas
El archivo también da a conocer la preocupación que tenía la autora por resguardar su obra. La académica de la Universidad de Santiago, Andrea Jeftanovic, señala que la escritora, por ejemplo, amarraba los documentos más robustos con lana para evitar el uso de los corchetes: de antemano sabía que al usarlos, su trabajo podría oxidarse.
“Lo que más le inquietaba, más que algún tipo de provecho personal, era que sus obras fueran montadas. Y no solamente La Pérgola, que siempre se ha montado, sino que sus otras obras, justamente, desconocidas. De hecho, hubo un tiempo en que ella las autoeditaba y las regalaba“, relata la investigadora.
Asimismo, advierte que los registros dan cuenta de los largos procesos de investigación desarrollados por Aguirre. “Isidora funcionaba casi como una antropóloga, arqueóloga, historiadora. Reunía muchos antecedentes, escritos, investigación histórica, papeles, documentos legales, entrevistas y luego de esa larga investigación en terreno, bibliográfica, venía el tamiz creativo”.
“Ella fue muy ordenada, una autora muy matea. En ella podemos seguir los hilos del conflicto mapuche, de los trabajadores, de los campesinos, mostrar toda la época de la revolución cubana. Es como un palimpsesto de antecedentes que son interesantes, porque dan insumos para su obra. Tienen que ver con movimientos históricos, movimientos sociales importantes”, dice la académica.
La investigadora Andrea Jeftanovic también señala que el Archivo da cuenta de lo “injusto” que es asociar a Isidora Aguirre con sólo una obra, vale decir, La Pérgola de las Flores. Al respecto, comenta que en su dramaturgia es posible encontrar desde un teatro intimista, hasta un teatro histórico y político.
“Isidora escribió hasta el 2005. No es que ella haya quedado detenida en el tiempo como esos autores que de pronto escriben su obra culmine y su proceso creativo se detiene. Ella tiene varios registros. Espero que el Archivo ayude a enriquecer su figura y a enriquecer y ampliar las posibilidades que deja su teatro. Hay 40 obras igual de sólidas que La Pérgola”, afirma.
Hacia una difusión constante
Con el objetivo de continuar visibilizando el trabajo de la autora, desde la Universidad de Santiago también publicarán la obras completas de la dramaturga. Esto está proyectado para el segundo semestre de este año.
En tanto, desde el Archivo Patrimonial no descartan continuar renovando el sitio dedicado a Isidora Aguirre con nuevas materialidades. La idea es relevar la figura de la autora, cuyo trabajo apenas comienza a explorarse. Aquí, el reto que plantean investigadoras como Andrea Jeftanovic tiene que ver con sumergirse en su faceta como novelista.