El presidente Joe Biden buscará restablecer el prestigio estadounidense en Europa tras la desconfianza que generó su predecesor Donald Trump en el viejo continente. Y lo hará a partir de compartir estrategias alrededor de 3 ejes fundamentales para Washington que describe el director del programa Europa Global del Wilson Center Daniel Hamilton.
“La Casa Blanca habla de las tres C: Covid, clima y China. Y creo que la Casa Blanca intenta proyectar este mensaje de unidad renovada entre democracias punteras ideológicamente alineadas”, explicó.
Biden pondrá el énfasis en la resiliencia de Occidente ante la seducción del autoritarismo contrario a la inmigración y en la necesidad de actuar conjuntamente ante ataques disruptivos asociados a internet, en una clara alusión a las campañas rusas de desinformación.
El presidente defenderá estas posturas en la reunión del G-7 del fin de semana, en las reuniones con la Unión Europea y la OTAN y en su encuentro bilateral con su homólogo ruso Vladímir Putin en Ginebra.
Agenda
La primera parada de Biden será la Base Aérea de Mildenhall, en el este del Reino Unido, donde Biden se dirigirá a miembros de la Fuerza Aérea estadounidense.
El jueves está prevista una reunión individual con el primer ministro británico, Boris Johnson. El domingo, visitará a la reina Isabel II en el castillo de Windsor.
“Mi viaje a Europa es una oportunidad para que Estados Unidos movilice a las democracias del mundo”, aseguró Biden, quien repite desde su llegada al poder que Estados Unidos ha vuelto (“America is back”) y pretende implicarse plenamente en los asuntos mundiales.
El inquilino de la Casa Blanca irá también a Bruselas y mantendrá numerosos encuentros bilaterales en un exigente viaje de ocho días.
“Lleva 50 años preparándose para ello”, dijo su portavoz, Jen Psaki, en alusión a la larga carrera política del presidente de 78 años, que entró al Senado por primera vez en 1972.
“Conoce a algunos de esos dirigentes, entre ellos el presidente Putin, desde hace décadas”, añadió.
80 millones de vacunas
Muy criticada por su retraso en compartir sus vacunas contra el covid-19 con el resto del mundo, la Casa Blanca intenta ahora tomar la delantera en este asunto.
“Estados Unidos se ha comprometido a trabajar en la inmunización internacional con el mismo sentido de urgencia que hemos mostrado en casa”, dijo Biden.
Washington acaba de anunciar que el 75% de los 80 millones de dosis de vacunas prometidas a los países extranjeros para finales de junio se distribuirán a través del sistema de reparto Covax. Este último se creó para garantizar una distribución equitativa de las vacunas, sobre todo en los países de bajos ingresos.
La cumbre con Putin, prevista para el 16 de junio en Ginebra, será el punto culminante de este primer viaje, que se produce en un momento en el que Biden tiene problemas en casa, con tensiones entre sus propias filas demócratas.
Con asuntos como Ucrania, Bielorrusia, el destino del opositor ruso encarcelado Alexéi Navalny y los ciberataques, los debates se prevén duros y difíciles.
La ciberseguridad será “un asunto de nuestra discusión”, aseguró Biden el miércoles antes de partir.
La Casa Blanca, que alterna mensajes conciliadores y advertencias, insiste en que sus expectativas son modestas. El único objetivo avanzado es hacer que las relaciones entre ambos países sean más “estables y predecibles”.