Los ánimos están al alza en el sector de las culturas y las artes. Hay expectación y voluntad de retomar de una buena vez, las actividades presenciales, sobre todo luego de que el Ministerio de Salud diera a conocer los cambios del Plan Paso a Paso. Estas medidas que comenzarán a regir el próximo jueves 15 de julio y que consideran, entre otros puntos, una reapertura escalonada del sector.
Para los gremios de las culturas éste es un hecho a destacar, ya que, hasta ahora, las autoridades sanitarias no habían considerado estrategias tan importantes para el quehacer artístico. En enero, por ejemplo, el protocolo permitía la reapertura de teatros, circos, salas de cine y conciertos, pero sólo a partir de la Fase 3 y con un máximo de 75 personas en recintos cerrados y 150 en espacios abiertos. Esto, con un espacio mínimo de 4 metros cuadrados por persona.
Ahora, el plan del Minsal apunta a aforos mucho más robustos, propiciando una reapertura desde la Fase 2 y tomando como factor principal el pase de movilidad. Así, “los eventos con público sin interacción tendrán un aforo máximo de 50 personas en espacios cerrados y 100 en espacios abiertos”. En tanto, para la Fase 3 y con pase de movilidad, “los eventos sin interacción del público tendrán un máximo de 500 personas en espacios cerrados y mil en espacios abiertos”.
Para Rodrigo Osorio, presidente de la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD) y vocalista del grupo Sinergia, los cambios efectuados al Plan Paso a Paso son positivos, sin embargo, señaló que todavía es necesario generar una política capaz de darle continuidad a la labor de las y los trabajadores de la cultura.
“El nuevo Plan Paso a Paso es un avance, pero, lamentablemente, es un avance insuficiente. O sea, hay aforos, sobre todo en Fase 3, que se vuelven interesantes y evaluables para efectos de realizar eventos presenciales. Pero el Plan todavía no tiene las bases como para poder darle viabilidad a nuestro sector”, dijo el músico.
“El punto medular es la diferencia existente entre la Fase 2 y 3. Puedes planificar todo, pero si pasas de Fase 3 a Fase 2, se disminuye en un 10 por ciento el valor inicial del aforo. Eso es algo que realmente compromete mucho. Ahí, como organizador o participante de la actividad tienes dos opciones: o cancelas el evento o lo postergas”, comentó.
El presidente de la SCD también señaló que cualquier paralización inesperada de las actividades presenciales es perjudicial para la industria, más aún si se considera el “abandono total” de las autoridades respecto de las y los artistas desde el inicio de la crisis sanitaria. Por lo mismo, manifestó que en esta nueva etapa, es fundamental realizar una planificación rigurosa con miras a asegurar las condiciones sanitarias y mantener activo el sector.
“Acá hay ciertas variables que son muy relevantes como la trazabilidad y la ventilación de los recintos, que todavía no figuran en este análisis. Creemos que al añadir otros componentes, podríamos darle más viabilidad a la realización de espectáculos en nuestro sector. Hay que ponerse en el lugar de los artistas que no puede funcionar con una incertidumbre de este nivel”, recalcó.
“Esto muestra que, en realidad, todavía no se ve una rápida vuelta a los escenarios, salvo que las condiciones de la pandemia mejoraran y estuviésemos estabilizados en Fase 3 ó 4”, afirmó, indicando que, para aportar dentro de la construcción de protocolos, la SCD realizará, próximamente, ensayos con el objetivo de monitorear los riesgos y las necesidades de las presentaciones en vivo.
“Vamos a trabajar ensayos clínicos, junto a universidades y expertos en salud, para aportar información importante al Ministerio de Salud y para que autoricen hacer eventos bajo condiciones distintas. Queremos apuntar a la solución y reactivación del sector”, subrayó.
Cambios coherentes con el sector
El lunes recién pasado, distintos gremios se reunieron con las autoridades del Ministerio de las Culturas para exponer sus inquietudes frente a la eventual reapertura. En la ocasión, las organizaciones expusieron no sólo sus observaciones sobre los aforos, sino que también, dieron a conocer la necesidad de reducir el metraje de distanciamiento al interior de las salas que, según la estrategia sanitaria, hoy es de 8 metros cuadrados de superficie útil.
En esa línea, Karla Sandoval, presidenta de la Red Salas de Teatro y gestora cultural del Anfiteatro Bellas Artes, indicó que la cartera se comprometió a generar un protocolo mucho más flexible para el sector. Según expresó, la idea es crear un instrumento coherente con la realidad de cada espacio: “Durante la próxima semana podríamos tener una información más detallada para el sector”, adelantó la gestora.
“Nos importa mucho que la institucionalidad, efectivamente, comprenda cómo se funciona en los espacios culturales, cuál es su cadena productiva, los actores importantes, los tipos de trabajadores. En ese sentido, esperamos que, después de esta conversación, las restricciones sean mucho mejor detalladas y coherentes con la manera de funcionar de los espacios, considerando que son lugares mucho más seguros que otros comercios, donde incluso hay consumo de alimentos”, dijo.
Según expresó, “lo ideal sería que se mantenga el distanciamiento de un metro o un metro y medio entre butacas”. “Ahora, de todas maneras, la resolución de aforos sigue siendo insuficiente para la viabilidad de los espacios culturales. En ese sentido, todavía estamos un poco atrás y quizás no siendo lo suficientemente considerados como otros gremios participantes de la economía del país”, señaló.
Por su parte, Teresita Ugarte, directora de la Red de Salas de Cine, indicó que los espacios independientes son los que más se arriesgan a la hora de poner en práctica lo estipulado en el actual Plan Paso a Paso y que aún existen materias pendientes que deben ser abordadas de cara a la reactivación del sector.
“Como sector cultural vemos que falta un protocolo para los trabajadores. El Paso a Paso sólo está enfocado en el público. De hecho, todo lo que dice es respecto del público, nada sobre los trabajadores. Ahí hay un gran vacío. Eso es lo que hemos tratado de reforzar, porque hay que recordar que han pasado cosas lamentables. La obra donde muere Tomás Vidiella es una demostración de que no había un protocolo claro para los trabajadores”, cuestionó.
“Además, la experiencia es que no ha habido mucha fiscalización desde la institución. Nosotros nos fiscalizamos, porque al sector cultural le interesa mucho cuidar a su público y a sus trabajadores”, dijo.
En general, los gremios señalan que, para ellos y en la práctica, ha sido muy difícil llegar al Ministerio de Salud para exponer sus inquietudes frente al Paso a Paso. La mayoría de las dudas han sido canalizadas por medio del Ministerio de las Culturas que, según dicen, ha tenido una postura mucho más dialogante en esta fase de la crisis sanitaria. Por lo mismo, las organizaciones sostienen que los ánimos son otros y que, en este momento, lo crucial es darle continuidad a la reapertura de manera segura. Cualquier retroceso sería dramático para las y los cultores.
Las recomendaciones
En el mundo, el regreso de la cultura ha sido abordado de maneras muy diferentes. En España, por ejemplo, el circuito se ha mantenido activo incluso, posicionando el “Microteatro”, formato que apuesta por proyectos minimalistas. Algo similar ocurrió en Portugal, en donde se apostó por el uso permanente de mascarilla, lavado de manos y desinfección de calzados.
Pero, lo cierto es que no hay una clave específica para abordar esta situación, aunque bien se pueden considerar medidas de prevención. Según Soledad Martínez, Doctora en Salud Pública y académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, lo importante es siempre utilizar mascarilla al interior de los recintos y, desde luego, no ingerir alimentos durante las funciones.
“Al aire libre, no hay ningún problema, pero en lugares cerrados es más complicado”, dijo la profesional, señalando que un factor clave es la ventilación. “Respecto del punto de vista sanitario, se podría pensar en abrir cines y teatros, pero de nuevo, donde topamos siempre es la ventilación. Cualquier lugar que tiene mala ventilación es un riesgo”, alertó.
Asimismo, indicó que es necesario definir los estándares para este tipo de espacios y que, cualquier decisión, debe considerar las características específicas de cada lugar: “En ese sentido, el Gobierno no ha planificado mucho. Ha mirado muchos aforos, pero, en realidad, da un poco lo mismo el lugar en donde uno está, si es más grande, si es más chico”.
“Desde el punto de vista sanitario, ¿qué es lo que se requiere? Que las personas estén al menos a un metro y medio de distancia y ahí uno puede sacar una cuenta con el metraje cuadrado, pero además, que haya un sistema de ventilación que permita limpiar ese aire. Mientras más gente hay, más filtración vas a necesitar. Ese debería ser el estándar”, apuntó.
Finalmente, la doctora manifestó que es trascendental que se generen protocolos para las y los trabajadores de las artes y que, en perspectiva, nunca hubo mucha explicación para abrir un centro comercial y no un teatro. “Desde el punto de vista sanitario, no hay ninguna razón por la cual uno pudiera abrir un mall, pero no permitir un evento cultural al aire libre con un aforo correcto”, expresó.
Ahora bien, en esta nueva fase los espacios culturales enfrentan quizás su mayor reto. Según dicen los mismos gremios, el mayor obstáculo será mantenerse activos frente a un contexto repleto de incertidumbres para el sector. Otra tarea importante será el poder generar un trabajo mucho más colaborativo con la institucionalidad de Cultura y, por supuesto, de Salud.