En Estados Unidos los que son postulados al cargo de embajador deben ser confirmados por el Senado y si un solo senador se opone, aquello puede demorar la confirmación. En este caso Marco Rubio, como vicepresidente de la comisión de Inteligencia y miembro de la Comisión de Relaciones de Exteriores del Senado, ha hecho sentir el peso de su decisión.
Rubio, republicano de padres cubanos, ha sido ácidamente crítico con la política de Biden hacia la Cuba de Díaz Canel, especialmente tras las protestas que comenzaron en la isla el pasado verano y que culminaron este lunes 15 de noviembre. Ello, pese a que Joe Biden sancionó a altos funcionarios cubanos y comprometió medidas para garantizar que la isla tendría conexión a internet ante la posibilidad de eventuales cortes selectivos que supuestamente evitarían la organización por redes sociales de aquellos que protestan.
El virus del anticomunismo que mantiene a Rubio “congelado en el pasado, en la era de la Guerra Fría”, dicen sus detractores, lo lleva a pronunciar sentencias como ésta sobre la designación de Julissa Reynoso: “Su participación directa en la ayuda para intercambiar a miembros encarcelados del servicio de inteligencia del régimen cubano mientras cumplían una sentencia en una prisión americana durante la política de apaciguamiento de Obama y Castro, plantea serias dudas sobre su carácter y juicio”. Se refería a la puesta en libertad de tres cubanos del llamado grupo de “Los Cinco”, acusados de espionaje y que cumplían condena en EE.UU., a cambio de la liberación de un oficial de inteligencia estadounidense que llevaba casi 20 años preso en Cuba. El hecho sucedió en 2014, cuando Reynoso era diplomática y Obama el presidente.
El senador Rubio asegura que hay otro asunto que también le inquieta, y es la capacidad de Julissa Reynoso para presionar al gobierno de España para que favorezca lo que este estadounidense descendiente de cubanos entiende por la democratización de América Latina. “Reynoso no presionará a España para que, a su vez, aumente la presión contra los regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela. De hecho, probablemente hará la vista gorda. Necesitamos a alguien que esté comprometido con la libertad y los derechos humanos en el hemisferio occidental, “no una delegada de los dictadores”, ha dicho.
Sin embargo, la confirmación de Julissa ya había sido bloqueada con anterioridad por otro senador republicano hijo de cubano, Ted Cruz, aunque por un motivo diferente. Este participante del Tea Party, es decir, del ala más retrógrada del muy conservador Partido Republicano -al igual que Rubio-, retrasó la aprobación de decenas de embajadores designados por Biden como una señal de protesta por la decisión del presidente de levantar las sanciones a Europa aplicadas por Trump como represalia por la construcción del gasoducto ruso Nord Stream 2, el que aumentaría supuestamente la dependencia del viejo continente con respecto al Kremlin.
Pero los republicanos ortodoxos no son los únicos que conservan la mentalidad propia de la época de la Guerra Fría. En la sesión de confirmación de Reynoso, en octubre, otro senador, esta vez el demócrata Bob Menendez (también hijo de inmigrantes cubanos), instó a Julissa a presionar a España para que defienda la democratización de Cuba y Venezuela. “Estoy profundamente preocupado de que España haya tomado puntos de vista que están fuera de la democracia y las decisiones sobre derechos humanos que esperamos de un aliado de la OTAN”, dijo Menendez.
Julissa Reynoso es una prestigiosa abogada de Nueva York que nació en la República Dominicana pero se crió, estudió y obtuvo su nacionalidad en Estados Unidos. Desde 2012 fue embajadora en Uruguay y con anterioridad se desempeñó como Subsecretaria Adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado. Hasta ahora se desempeña como Jefa de Gabinete de la Primera Dama de Estados Unidos. Ante las añejas invectivas de los ultraconservadores del Senado, Julissa señaló que los países mencionados no son los únicos en donde se deben vigilar los atropellos a los Derechos Humanos.
“De ser confirmada, mi objetivo será trabajar de forma bilateral con España. Obviamente, dada su presencia y su importante papel en la UE con respecto a América Latina y el Caribe, les exhortaré a ser mucho más claros y transparentes, y a exigir también a otros países el mismo estándar de respeto a los Derechos Humanos que demandamos de Cuba y Venezuela”, aseveró.
(Imagen: RFI. Julissa Reynoso mientras oficiaba como embajadora de EEUU en Uruguay durante una cumbre en Punta del Este en 2012)