En todo el mundo se tiene noción respecto de la urgencia que significa para el planeta y la supervivencia de la humanidad como especie mitigar los efectos del cambio climático. Así quedó de manifiesto también en los discursos y documentos emanados de la última cumbre sobre el clima realizada en Glasgow, Escocia, encuentro en el que participó la concejala por la comuna de Santiago Yasna Tapia invitada por las Ciudades Capitales de las Américas frente al Cambio Climático.
La representante -que es ingeniera en biotecnología- indica que la COP26 tuvo algunos avances, pero de cara al “punto de no retorno” planteado para 2030, se requiere más proactividad para revertir los problemas que están generando las emisiones de gases, especialmente desde las naciones más ricas que tienen consecuencias en las poblaciones de menores ingresos.
“La principal crítica es que finalmente no fue una COP suficientemente ambiciosa ya que en algunos aspectos se avanzó, se aumentó la rigurosidad respecto de algunas metas en particular, pero en otras se fue bastante menos ambicioso. Particularmente, y esto es lo que soporta el papel igual, por ejemplo, antes un párrafo relacionado a la ciencia decía solamente ‘ciencia’; ahora dice ‘ciencia y urgencia en la ciencia o en la mejor ciencia’. O ese tipo de connotaciones relacionadas con la urgencia, con la inmediatez, lo muy importante, pero que no se traduce particularmente en compromisos, sino más que nada en adjetivos que aumentan la alarma respecto de lo que se tiene que hacer respecto de cambio climático”, indica.
Tapia indica que “parte de los objetivos centrales de la COP26 era poder avanzar en el artículo número 6 del Acuerdo de Paris que tiene relación con los mecanismos de financiamiento para planes adaptación y mitigación, en particular el instrumento de los bonos de carbono. Y también uno de los objetivos de los países que reciben los impactos más directos de esta crisis climáticas y ecológicas, que son los países más vulnerables, de menos recursos, era el objetivo de poder profundizar en aquellas medidas que tengan que ver con la adaptación que promueve la resiliencia de los territorios y financiamiento a estos planes de adaptación”.
Y aunque en las cumbres anteriores se priorizó en la mitigación y hacer una transición hacia las energías renovables, para la concejala “esos macroproyectos que tienen que ver con hidrógeno verde, con energía en base a la radiación o al viento, la energía eólica, la energía solar, son macroproyectos que no apuntan a ayudar a aquellas comunidades que se van a ver perjudicadas por los efectos del cambio climático con los desastres naturales, con la sequía o con las inundaciones. En esta COP se quería enfocar en aquello, en los planes de adaptación y los programas de financiamiento asociado a esto”.
El problema para la ingeniera es que el abordaje actual “no vincula a las naciones que puedan tomar realmente acciones concretas para poder aportar a aquellos países que son más vulnerables, pero también en la intervención de lo que son los grandes países en estos mismos territorios más vulnerables”.
Los gobiernos tienen que empezar a actuar en el corto plazo
Muchos de los acuerdos alcanzados en la COP de Paris en 2015 aún no tienen una concreción en los territorios, especialmente en aquellos más perjudicados por los efectos del cambio climático. Y de eso ya han transcurrido seis años.
Un hecho que quedó en la retina de muchos durante el actual encuentro en Glasgow fue el mensaje enviado por el canciller de Tuvalu, una pequeña isla de la Polinesia, quien estaba con sus piernas sumergidas en el mar para dejar en claro lo que significa para el territorio de su país el aumento del nivel del mar a causa del calentamiento global.
Si bien la concejala por Santiago sostiene que “son los gobiernos locales los que tienen que dar la primera respuesta y ahora este enfoque se ha empezado a incluir en estas negociaciones”, precisa que “no tenemos tiempo para que vayamos robusteciendo de aquí en seis años más -como fue al principio con el Acuerdo de Paris-, lo que es el enfoque de lo local”.
Por eso puntualiza que “es necesaria esta articulación paralela para que sean ellas las que planteen una agenda a los gobiernos centrales, sean ellas las que exijan financiamiento, pero también sean también las que empiecen a buscar financiamiento en otras naciones con mayores recursos y que se hagan cargo y no esperando los acuerdos de cada COP”.
Para Tapia esperar el cumplimiento de la Agenda de Reino Unido, planteada para 2030, es un plazo que pone al planeta en riesgo. “Hay que esperar nueve años más, nueve años más para que se validen distintos sectores económicos que emiten gases de efecto invernadero y nueve años más para que la gente pierda sus hogares, pierda sus fuentes de ingreso, pierda parte de su cultura y arraigo al territorio ya que éste se ve afectado por los efectos del cambio climático”, subraya.
A lo anterior agrega que “es necesario ser proactivos, más que ser positivos respecto de lo que va a pasar. Porque de aquí al 2030, como lo establece el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) además, los efectos van a ser cada vez mayores. El punto de no retorno va a ser el 2030, por eso todas las metas se fijan también hacia allá y eso son las estimaciones, sabemos muy bien que eso puede ocurrir, algún evento pandémico como el de hoy, por ejemplo, y que nuevamente cambie el escenario político, social, económico con el cual podamos llegar a acuerdos”.
Además, señala que se debe tener un compromiso mayor de parte de las potencias mundiales y de los gobiernos en la regulación del mercado y de la explotación de los recursos naturales del mundo.
“En la COP pude asistir al foro del ex presidente Barack Obama en donde su discurso dejó bastante que desear. Si bien en una parte del discurso abogaba que el corazón del movimiento y donde está la fuerza de transformación planetaria son los jóvenes, por otro lado dejaba la responsabilidad en las manos de las personas al decir que somos nosotros y nosotras las que debemos presionar por un lado a la empresa, pero además presionar a las autoridades”, comenta.
Pero agrega que es un “deber de la autoridad es precisamente regular el mercado, controlar. A esta altura se requiere un mayor control de lo que se está haciendo en los territorios con los elementos naturales, con los sectores productivos. Son ellos quienes tienen que empezar a regular que se cumpla la meta de las emisiones de gases de efecto invernadero tal que no aumentemos el 1.5 grados Celsius”.
¿Por qué el ‘no’ a Lollapalooza?
Durante la semana se conoció que finalmente la productora que realiza el festival Lollapalooza no realizaría el evento en el Parque O’Higgins de Santiago.
Para la concejala la resistencia radica en razones de fondo y no tan sólo en el reclamo de un grupo de vecinos.
Yasna Tapia comenta que la gestión comunal que encabeza la alcaldesa Irací Hasler, busca generar una protección de todas las plazas y parques de la comuna, con el objetivo de generar una red con otras comunas de la Región Metropolitana. Además, sostiene que el Parque O’Higgins es un espacio no tan sólo de los habitantes de Santiago, sino de toda la región.
“Todos los espacios verdes primero que todo, deben ser conservados, protegidos, resguardados, porque tenemos esta mirada de poder generar corredores biológicos en coordinación con otras comunas. Queremos empezar a pensar en forma de la gestión integrada de las cuencas y por tanto ver estos macro ecosistemas y no dividirlos. ¿Por qué? Más allá de que nos entreguen estos servicios o estas funciones relacionado con lo recreativo y lo psicoemocional y sobre todo, lo hemos visto en este proceso de pandemia también donde la gente necesita salir al aire libre, caminar, disfrutar de un área verde que tiene que ver con un aspecto psicoemocional”, indica.
A esto se suma la necesidad de rebajar las denominadas islas de calor provocadas por la expansión inmobiliaria y el uso de cemento. “¿Queremos una ciudad llena de cemento? ¿Queremos generar islas de calor y por tanto que hayan más enfermedades relacionadas a los excesos o las temperaturas altas en los adultos mayores y la infancia? ¿O queremos conservar esos pulmones verdes por lo que hacen de absorber los gases, carbono particularmente en la ciudad?”
Tapia subraya que como municipio “estamos con un enfoque cultural desde los barrios, desde los territorios. También sabemos que la situación cultural del país excede lo que es un gobierno municipal y que debe ser abordado en materia constitucional, lo que es el derecho a la cultura, y por tanto que tengan mayores facilidades y otro estatus respecto de los derechos laborales del sector de la cultura, pero asimismo queremos reivindicar la necesidad de buscar el patrimonio inmaterial, la cultura desde los barrios, las fiestas costumbristas y desde ahí generar otros polos de economía que reivindiquen estos procesos culturales y artesanales también. Ese es un enfoque que esperamos conversar con las comunidades y sean ellas las que decidan qué tipo de actos o eventos quieren en el Parque O’Higgins”.