Justicia del Reino Unido cuestiona mandato de Presidente Nicolás Maduro sobre oro guardado en el Banco de Inglaterra

El Tribunal Supremo británico reenvió a fuero comercial el caso de las 31 toneladas de oro del Tesoro de Venezuela cuyo resguardo fue encomendado hace muchos años por Caracas a las inexpugnables bóvedas de la entidad bancaria, cuyo control se disputan el presidente Nicolás Maduro y el auto designado mandatario, Juan Guaidó.

El Tribunal Supremo británico reenvió a fuero comercial el caso de las 31 toneladas de oro del Tesoro de Venezuela cuyo resguardo fue encomendado hace muchos años por Caracas a las inexpugnables bóvedas de la entidad bancaria, cuyo control se disputan el presidente Nicolás Maduro y el auto designado mandatario, Juan Guaidó.

Las cosas como son: la controversia de fondo es netamente política. Mejor dicho, ideológica. Gran Bretaña, siguiendo las aguas de Estados Unidos, al igual que una cincuentena de países bajo la misma égida, sólo reconoce a Guaidó como presidente de Venezuela. Así, la justicia británica que pareciera no gozar de la independencia que dice tener, alega que no puede ir contra el reconocimiento oficial que como Estado, Londres brindó al auto designado.

Basándose en aquel sofisma, el Tribunal Supremo británico aceptó este lunes, aunque en parte, el recurso elevado por Guaidó que permitiera dilucidar finalmente si habrá de ser él o el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien deba controlar los 31 mil kilos en lingotes del preciado metal amarillo que se encuentran depositados bajo siete llaves en las arcas del Banco de Inglaterra, un tesoro valorado en unos 1.600 millones de euros.

De esta forma, los imperturbables Lords of the Court decidieron remitir el caso a la División Comercial del Tribunal Superior -sí, algo así existe en Gran Bretaña- para que ésta determine, en última instancia, a quién de ellos se le entregaría el oro. En el dictamen, la corte señaló que una declaración previa del Gobierno británico “otorgó un reconocimiento claro e inequívoco al señor Guaidó como presidente de Venezuela”, por lo que esta parte del recurso sí fue aceptado por este tribunal.

Y como el Tribunal Supremo agregó que los tribunales británicos se inclinan por aceptar que el Gobierno británico no reconoce a Maduro como presidente de Venezuela “para ningún propósito”, decidieron enviar el proceso a la instancia antes mencionada. Y allí deberá dar su batalla jurídica la Junta nombrada por Nicolás Maduro, la misma que interpuso inicialmente la demanda de arbitraje cuando el Banco de Inglaterra se negó a ejecutar su petición de liquidar las reservas.

Porque, de otra parte, el Tribunal Supremo de la Corona consideró necesario evaluar si los dictámenes de su congénere Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en relación a la posición del líder opositor son nulos o no tienen efecto.

Ese dictamen fue emitido después de examinar el recurso elevado por la junta del Banco Central de Venezuela -nombrada por Guaidó-, que pedía que se anulase un fallo desfavorable emitido el pasado octubre por el Tribunal de Apelaciones en Londres. Tribunal que, a contrapelo de lo que argumenta ahora el Tribunal Supremo británico, había rechazado -en una declaración de 2019- que el Gobierno de Boris Johnson reconociese al líder opositor de forma “inequívoca” como presidente de Venezuela para todos los efectos, y lo calificaba tan sólo de “presidente constitucional interino” hasta que se celebrasen elecciones legítimas

Por su lado, la junta del Banco Central de Venezuela nombrada por Maduro se ha propuesto recuperar las toneladas de oro alegando que pertenecen al Estado  venezolano pero, por ahora, no puede acceder a esos fondos por la misma razón: el reconocimiento que Londres otorgó a Guaidó, autoproclamado jefe del Estado en 2019 con el apoyo de Estados Unidos. Es del caso recordar que la cincuenta de  países que reconocen al opositor no reconocen tampoco la reelección de Nicolás Maduro en 2018.

El caso de por sí es complejo, porque los abogados de Maduro argumentan que el  Reino Unido reconoce implícitamente su presidencia a través de las relaciones diplomáticas que mantiene con Venezuela. Y no carecen de buenos argumentos porque, afirman, la restitución de ese oro al Estado venezolano podría ayudar a financiar la lucha contra el Covid-19, en tanto que el autodesignado asegura que el dinero sería usado para “reprimir al pueblo” o llenar los bolsillos de la “cleptocracia” caraqueña.

Pero lo cierto es que el banco inglés, primero, y la justicia británica después, se han negado a ejecutar esa petición por razones meramente políticas, sumándose a la posición del Gobierno británico favorable a Guaidó y contraria a Nicolás Maduro.





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