Covid en el Reino Unido: el brote de Ómicron obliga a una reorganización de la sociedad

En el Reino Unido, donde la propagación de Ómicron comenzó un poco antes que en Francia, el gobierno no prevé nuevas restricciones por el momento. Pero el ritmo de la infección está empezando a afectar el funcionamiento de distintos sectores de la sociedad, empezando por la administración pública.
  • RFI
  • 03-01-2022

En el Reino Unido, donde la propagación de Ómicron comenzó un poco antes que en Francia, el gobierno no prevé nuevas restricciones por el momento. Pero el ritmo de la infección está empezando a afectar el funcionamiento de distintos sectores de la sociedad, empezando por la administración pública.

ScotRail, la compañía ferroviaria escocesa, está introduciendo horarios reducidos en buena parte de sus rutas desde este martes 4 de enero hasta finales de mes para limitar los retrasos, las cancelaciones y las incertidumbres relacionadas con la ausencia de más del 6% de los empleados debido a Covid. En otros lugares de Inglaterra, por las mismas razones, se ha suspendido parcial o totalmente la recolección de residuos.

Estas medidas son el último ejemplo del impacto de Ómicron en la sociedad británica: durante casi dos semanas, las infecciones han superado las 100.000 diarias, lo que ha supuesto un mayor tiempo de inactividad laboral para los pacientes y sus contactos. Según la Oficina del Primer Ministro, hasta una cuarta parte de los empleados de la administración pública podrían no poder trabajar en breve.

El resto del Ejecutivo tiene que poner en marcha planes de contingencia para limitar los trastornos. El ministro de Educación ya ha respondido a la llamada: cuando este martes comiencen las vacaciones de Navidad, los colegios podrán “fusionar” clases para suplir la falta de profesores y evitar el cierre de centros educativos. Las restricciones actuales se revisarán el miércoles.

Mientras en Francia, los alumnos regresaron este lunes a la escuela tras las vacaciones de invierno en medio de un pico de contaminaciones. Entre docentes y autoridades, hay temor por una explosión de casos en los centros educativos y el cierre de clases debido a una posible ola de infecciones entre los 800 mil profesores del país.

Un tercio de los maestros se contaminará o será caso de contacto durante el mes de enero, predijo el Consejo Científico. No obstante, el gobierno francés rechazó la solicitud de una parte de la oposición y del cuerpo educativo de aplazar por una semana el retorno a las aulas.

Y sin mayores cambios, pese al maremoto de contagios, solo se aumentó a tres el número de test COVID para todos los alumnos de una clase en la que alguno resulte positivo. Una vez practicado el primer test, cada familia recibirá dos pruebas más para que su hijo o hija las realice en casa durante los días siguientes.

Los gremios de docentes consideran que este nuevo sistema complica aún más las ya difíciles condiciones de trabajo de los profesores a quienes, en la práctica, resultará imposible verificar los tres test realizados por cada alumno, afirma Sud-Educación.

Padres y docentes: no se han tomado las medidas del caso

Sindicatos de padres y educadores denuncian que no se ha tomado ninguna medida que garantice un regreso tranquilo y seguro a clases. Algunos de los maestros propugnan por el cierre de la clase, una vez se presente el primer caso de contagio, una medida que no se aplica desde finales de noviembre. Antes de las vacaciones navideñas, 3.150 clases estaban cerradas en toda Francia a causa del Covid19.

Para el gobierno, la disminución y aligeramiento de las reglas de aislamiento, anunciadas por ministro de salud Olivier Véran, deberían evitar las ausencias en cascada. De esta forma, un profesor que resulte caso contacto podrá estar presente en las clases si tiene la vacunación completa y ha hecho un test con resultado negativo, indicó el ministro de la Educación nacional, Jean-Michel Blanquer.

El anuncio de “una escuela abierta es una bella historia en la que no creemos” aseguró Carla Dugault, copresidenta de la Federación Sindical de Padres de Estudiantes (FCPE). Según Dugault, la continuidad pedagógica de la que habla el gobierno no existe con alumnos que deben asistir a clase a distancia y maestros que, en caso de no estar también infectados, deberán impartir los cursos tanto de manera presencial como en teletrabajo. “Los alumnos han sido maltratados desde el comenzó de esta crisis” agregó.





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