Al igual que figuras como Rita Segato, Gioconda Belli y Raúl Zurita, la actriz y escritora Nona Fernández participó en el cambio de mando realizado el viernes recién pasado en el Congreso en Valparaíso. Respecto de ello, la autora indicó, en conversación con la periodista Antonella Estévez en el programa Semáforo, que “es raro sentirse esperanzado” y celebró el ciclo que inició el Gobierno del Presidente Gabriel Boric. 

“Siento que por fin estamos comenzando a dejar atrás la dictadura como un gesto real y concreto. Cuando salga la nueva Constitución y cuando este Gobierno comience a implementarla, vamos a dejar atrás un capítulo demasiado largo. Eso es tremendamente esperanzador. Interesantísimo también que todo este proceso que estamos viviendo sea empujado por la calle, la ciudadanía, primero de manera caótica y luego de manera organizada”, dijo.

La autora de Mapocho también señaló sentirse “partícipe” de este proceso y manifestó que este cambio se vincula a las primeras manifestaciones que se dieron en el tiempo de la transición. “Me siento parte de la historia y eso es algo inédito (…). Lo que viene es cuidar esto, porque si queremos seguir avanzando con los cambios, tenemos que cuidar esto que tenemos, poner el hombro y participar con ojo crítico y cariñoso”, comentó. 

En ese sentido, la escritora sostuvo que hoy la creación se ve enfrentada a escenarios que cambian de manera vertiginosa y que esa velocidad puede ser agotadora para las y los trabajadores de las artes. Por lo mismo, precisó que las y los artistas enfrentan un desafío tremendo y manifestó: “Lo que nos queda es asumir ese vértigo, esa poca claridad, esa incertidumbre y tartamudear. No pretender hacer un arte que clausure nada, que deje grandes señales”. “No creo en las grandes cosas; creo en las pequeñas ofrendas”, dijo.

Por otra parte, la actriz se refirió a su participación en la obra Junto al lago negro, aclamada pieza de la autora alemana Dea Loher que se presentará en el Teatro Nacional Chileno desde el 16 de marzo.

Consultada sobre este proyecto, Fernández indicó que éste fue un desafío “inmenso”, ya que se hace cargo de un tema doloroso: el suicidio. En esa línea, la intérprete dijo que fue complejo “corporalizar ese duelo” e indicó que la pieza recoge el sentir de una época carente de futuro. 

“Traduce un sentimiento: el dolor: La ciudad de Santiago es una de las más deprimidas del planeta y tenemos un alto índice de suicidio juvenil. La obra habla de eso también y trata del vacío de futuro, del vacío de presente que tienen los jóvenes en sociedades completamente mercantilizadas y donde no tenemos futuro. Eso es algo real y que ellos conocen mucho mejor que nosotros”, comentó.

Junto al lago negro se presentará hasta el 26 de marzo, de miércoles a sábado a las 19:00 horas, en la Sala Antonio Varas del Teatro Nacional Chileno (Morandé 25, Santiago). Las entradas tienen un valor de $7.000 (general), $5.000 (adultos mayores y convenios) y $3.000 (estudiantes). Las entradas están a la venta a través del sistema Tiketplus.