Fue cerca de la medianoche que el pasado lunes miembros de la comisión de Sistema Político suscribieron un paquete de 24 indicaciones para la discusión de las normas que formarán parte del informe de segunda propuesta constitucional que será próximamente abordado en el pleno.
Entre ellas figuran normas referentes a las atribuciones y definiciones respecto de la Cámara de las Regiones- entidad que reemplazará al Senado- y el Congreso de Diputadas y Diputados, las que han sido objeto de intensas discusiones tanto dentro como fuera de la Convención.
No obstante, las proyecciones en torno a la prosperidad del acuerdo siguen siendo inciertas, puesto que no se encuentra asegurado el respaldo de los 2/3 que necesita en el pleno para quedar consignado en el borrador de la nueva Constitución. Esto, debido a los desmarques de la derecha, el Colectivo del Apruebo, la Coordinadora Plurinacional y Pueblo Constituyente, los que no respaldaron el documento.
El doctor en Ciencias Políticas y académico del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile, Octavio Avendaño, dijo ver difícil este escenario, señalando que “todo va a depender en gran medida de cuáles sean las atribuciones de los órganos de representación, cuál va a ser el carácter del Ejecutivo o del sistema presidencialista que vamos a tener a partir de la puesta en vigencia de la nueva Constitución”.
En ese sentido, en entrevista con Radio Universidad de Chile apuntó que “salvo respecto del presidencialismo, no hubo un acuerdo generalizado en las otras materias. No lo ha habido respecto del sistema legislativo ni en relación a otros temas que tienen que ver con la representación política, entre ellas la condición de los partidos o la generación de condiciones para que los independientes se vean representados en el futuro Congreso”.
Por lo que para el sociólogo estos disensos por parte de los convencionales se deben a visiones contrapuestas sobre el funcionamiento del sistema democrático. “Hay algunas que ponen énfasis en los órganos de representación; otros, en otorgarle mayor énfasis a la participación directa o a las formas de participación que se puedan dar a nivel de los territorios. Eso genera una situación de discrepancia porque en el fondo tenemos modelos de democracia distintas que se están disputando”, planteó.
Asimismo, fue crítico sobre las demandas de convencionales de la Coordinadora Plurinacional y Pueblo Constituyente- ambos ex Lista del Pueblo- para avanzar en listas parlamentarias independientes, puesto que implicaría “debilitar aún más a los partidos y generar una mayor fragmentación. Hoy día la fragmentación es bastante severa, una de las más altas a nivel de la historia política de nuestro país, comparable con la de otros países latinoamericanos que experimentaron en su momento situaciones de crisis y colapso de los sistemas de partido”.
“Para evitar precisamente que se genere una crisis terminal del sistema de partidos se plantea esta idea de rechazar a las listas de independientes y, por el contrario, apostar por un mayor fortalecimiento de las instituciones mediadoras, en este caso los partidos, o bien que los movimientos actualmente existentes se transformen en partidos que puedan funcionar de manera institucionalizada, que logren transparentar su gestión, sus mecanismos de financiamiento, que le rindan también cuentas a la ciudadanía, todo ello los partidos lo asumen, es parte de la lógica de funcionamiento en cualquier democracia contemporánea”, detalló.
Por lo mismo, recalcó que “plantear que puedan existir fórmulas alternativas a los partidos es un gran error, porque si tomamos en cuanto lo que significan los movimientos sociales o los grupos de interés, que cumplen una función importante desde el punto de vista de la representación, los roles con los partidos son completamente distintos”.
En esa línea, comentó que “los partidos suelen movilizarse en función de objetivos generales, en cambio los movimientos sociales se movilizan en función de temas específicos y acotados, lo mismo que los grupos de interés en función de demandas de tipo corporativas. No ocurre eso con los partidos, que además se plantean metas de representación a escala nacional o al menos a escala supra regional”.
Además, expresó que “hoy día tenemos un espectro partidario bastante amplio, o sea, no podemos decir que no hay sectores representados. Hay varias organizaciones que representan a la diversidad de las izquierdas, así como también tenemos organizaciones que representan a las distintas expresiones de la derecha política”.
Por lo que para Avendaño “la exclusión de la propuesta sobre los independientes permitiría asumir la crisis del sistema de partidos, de lo contrario significa agudizar la crisis”, añadiendo que este panorama ya está presente en países como “Perú, Ecuador, incluso en democracias europeas como la italiana, donde los partidos han adquirido una suerte de irrelevancia para el funcionamiento del sistema político”.
Con todo, descartó que lo que suceda con el acuerdo de la comisión de Sistema Político sea un factor decisivo en el plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre. Desde esa perspectiva planteó que “era mucho más importante resolver aquello relacionado con derechos sociales porque sintoniza de manera más directa con las demandas por parte de la población”.
Para el sociólogo “todo lo relacionado con sistema político son vistos como algo más distante y la población no lo está evaluando en este momento. Podríamos decir que es una discusión mucha más de elitista, por ende, no se va a ver condicionada la aprobación de la nueva Constitución”.