Mariúpol: cementerio del nazismo ucraniano

  • 06-05-2022

Las fuerzas rusas y aquellas aliadas de las repúblicas populares de la región del Donbás lograron tras un par de semanas de asedio, penetrar en el centro de la estratégica ciudad de Mariúpol el día 24 de marzo y en ello con un papel destacado de los comandos chechenos.

Fue el día, igualmente, en el cual las fuerzas nazis agrupadas en el llamado batallón Azov sufrieron bajas sensibles, que ha debilitado la posición de este grupo de extremistas y al mismo tiempo concretó en terreno, la llamada política de desnazificación rusa en Ucrania. El batallón Azov, mitificado por occidente, que oculta su carácter terrorista y nazi o simplemente es borrado de los listados de agrupaciones terroristas como estrategia de apoyo al régimen administrado por el comediante Volodimir Zelensky, como lo ha hecho Japón (1) por ejemplo, cuyo gobierno afirma que esta agrupación neonazi sale de su listado de entidades peligrosas.

Idea que Rusia no comparte en absoluto y de ahí que su campaña militar en tierras ucranianas sea precisamente la de definir la operación militar como de desnazificación y desmilitarización y con ese objetivo desestructurar dicho grupo terrorista. Objetivo donde las fuerzas especiales chechenas han cumplido un papel especial con acciones del tipo pinzas, para así eliminar a este batallón que ha utilizado a la población de Mariúpol como rehenes y que ha obligado a las fuerzas chechenas a llevar a cabo acciones muy selectivas que permitan ir eliminado uno a uno a los miembros del cada día más esmirriado batallón Azov.

Mariúpol, según información emanada desde los informes del ministerio de defensa ruso, ha sido un escenario donde las fuerzas especiales enviadas por el presidente checheno Ramzán Kadírov, para apoyar la operación militar especial rusa, tuvieron una fase inicial de adaptación donde sufrieron pérdidas que enseñaron a los comandos chechenos a aprender cuales eran las tácticas de combate de sus enemigos y a partir de eso anticiparse a sus movimientos. ¿El resultado? La ejecución de los comandantes operativos del Azov a manos de los combatientes urbanos chechenos que obligó a los restos de la agrupación terrorista ucraniana a refugiarse en la planta siderúrgica Azovstal donde los espera la muerte final.

A fines del mes de marzo el presidente checheno aterrizó en las zonas controladas por Rusia y se dirigió a Mariúpol para felicitar a sus fuerzas, que tenían ya bajo control el 90% de la ciudad. Esto, a pesar de las restricciones impuestas por el mando ruso en la conducción de esta guerra, para evitar así las muertes civiles. Restricciones que evitaban el avance de los comandos chechenos y que generaban bajas en sus filas. Para las fuerzas de Kadírov la guerra es la guerra y resulta imposible evitar el daño una vez que el enemigo ya no respeta código alguno de la guerra. Ya Kadírov había hecho llamados a su par ucraniano en el sentido de volcar su mirada no a un occidente que los desprecia y que hoy les ofrece ayuda. “Escucha mejor lo que te aconsejan los líderes de los países vecinos: limpiar a Ucrania junto con Rusia de varias escorias como seguidores de Bandera, neonazis, batallón Azov, los llamados ichkerianos, wahabíes y terroristas que emigraron de Medio Oriente, y luego juntos construir un Estado libre de extremismo, dejar de ser un títere estadounidense y de la OTAN, convertirse en un presidente de voluntad fuerte con su propia opinión de hierro” (2). No hubo respuesta del ex comediante convertido hoy en presidente de Ucrania.

El mandatario checheno acudió en persona el Kremlin tras su viaje a Ucrania para solicitar más libertad de acción para destruir completamente a los radicales ucranianos y así vengar no sólo las muertes sufridas a manos de estos grupos sino también tomar revancha de acciones provocadoras como aquellas que mostraban a miembros del Azov cubriendo sus municiones con grasa de cerdo que los musulmanes consideran impura. La lucha en Mariúpol se intensificó.

Escenario en el cual los radicales de Azov no dudaron en abrir fuego contra la población civil entre los cuales se escondían y utilizando la guerra de desinformación de los medios occidentales para presentar esas muertes como obra de las fuerzas rusas. Rusia ha presentado pruebas respecto a los crímenes de guerra y otros innumerables horrores cometidos por los nazis del Batallón Azov (3) y otras fuerzas paramilitares ucranianas y mercenarios, contra la población del Donbás, población civil ucraniana y prisioneros rusos. Tengamos presente que este batallón Azov, así como otros de la misma calaña como Dnipro, están formados por criminales y supremacistas de ideología nazi que dedican un culto cuasirreligioso a Stepan bandera, teórico de la extrema derecha ultranacionalista ucraniana.

Si bien las fuerzas chechenas se destacaron en el ataque a las fuerzas neonazis ucranianas, no fueron las únicas que asaltaron estas posiciones en la ciudad portuaria de Mariúpol, allí en las costas del mar de Azov. Son acompañados por la infantería de marina rusa, las fuerzas republicanas del Donetsk y los formidables francotiradores tuvanos de Altai. Para los rusos y sus aliados, si el cine no estuviera dominado por occidente, las hazañas de estos luchadores deberían ser llevadas a la pantalla grande. La arremetida de estas fuerzas combinadas ha tenido tal intensidad, que ha obligado a los restos del batallón Azov a despojarse de sus ropas militares y tratar de salir por los corredores humanitarios facilitados por Rusia. Incluso algunos, sorprendidos con atuendos femeninos.

A principios de mayo se acordó un alto al fuego en la planta de Azovstal que sin embargo no fue respetada por las fuerzas ucranianas “Se declaró un alto el fuego, los civiles tuvieron que ser evacuados del territorio de Azovstal. Los miembros que quedan del batallón] Azov y los militares ucranianos, que están estacionados en la planta, se aprovecharon. Salieron del sótano, tomaron posiciones de fuego en el territorio y en los edificios de la fábrica” lo que obligó a las furzas rusas a intensificar el bombardeo para eliminar todo foco de resistencia según informó agencia de noticias rusa RIA Novosti. Una de las fuentes informativas sancionadas por un occidente que habla de libertad de expresión y sin embargo todo aquello que contradice su narrativa hegemónica es impedida de desarrollar su trabajo.

No puedo dejar de reiterar mi pregunta ¿Quién hubiera pensado, que algún día, musulmanes – chechenos – chamanistas – tuvanos – y ortodoxos – rusos – estarán en tierras ucranianas luchando contra los supremacistas neonazis? En Mariúpol lo que acontece ilustra a escala reducida el final sin gloria de un mundo profundamente corrupto y destructivo, que goza de la complicidad de un occidente, que juega con fuego al proteger a esta casta de criminales neonazis.

Pablo Jofré Leal
Artículo para SegundoPaso ConoSur
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  1. https://actualidad.rt.com/actualidad/426479-japon-eliminar-batallon-ucraniano-azov-guia-terroristas
  2. https://mundo.sputniknews.com/20220323/kadirov-se-dirige-a-zelenski-no-te-dejes-inyectar-con-ideas-poco-prometedoras-usa-tu-cabeza-1123465625.html
  3. El batallón Azov fue creado en 2014 y fue formado inicialmente por voluntarios, que, en su mayoría, fueron miembros de organizaciones racistas y neonazis. Unos meses tras su creación, el batallón se convirtió en regimiento y luego fue integrado en la Guardia Nacional de Ucrania.

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