A pesar de que Chile atraviesa por un alza en el crimen organizado así como un preocupante descontrol en cuanto al porte ilegal de armas de fuego, el seguimiento que existe con la inscripción de armas está bastante regulado en el país. Distinto es en los Estados Unidos donde la Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana protege el derecho de los y las ciudadanas a poseer y portar armas.
La falta de políticas públicas respecto de las armas en los Estado Unidos ha provocado la muerte de más de 17 mil personas en lo que va de 2022, de acuerdo al archivo de violencia por armas, Gun Violence Archive (GVA). La suma de estas muertes corresponde a distintas situaciones de violencia en la que los tiroteos masivos son principales responsables de las fatalidades.
El último hecho luctuoso ocurrió en la Robb Elementary School, una escuela de educación básica ubicada en Uvalde, en Texas, donde se registró el tiroteo número 212 del año, dejando al menos 19 menores de edad y dos maestras muertas. Además, se contabilizaron 17 personas heridas en el suceso.
¿Por qué las autoridades estadounidenses no hacen nada al respecto? En conversación con el analista político y experto en seguridad internacional, Fernando Estenssoro, explicó que es un tema profundamente arraigado en la cultura del país y que “Estados Unidos es una sociedad armada en la que seguramente se seguirán repitiendo este tipo de atentados”.
De acuerdo con la organización suiza Small Arms Survey (SAS) hay 120 armas de fuego por cada 100 estadounidenses, por lo que una ley que restrinja ese acceso es bastante impopular. “Ningún partido político y ningún gobierno se va a arriesgar a perder popularidad prohibiendo el uso de armas”, sostuvo el especialista.
En ese sentido, el docente de la Universidad de Santiago argumentó que frente a una sociedad culturalmente armada “es evidente que todos los tipos de psicopatías, frustraciones, angustias, enfermedades mentales producto de una sociedad que tiene enormes tensiones, incentiva a que se produzcan habitualmente estos casos en el que una persona tiene un arrebato, locura momentánea o como quieras llamarlo, en que entra a un colegio y mata a un niño”, afirmó.
Asimismo, la respuesta de las autoridades más conservadoras frente a esta problemáticas, no sugieren restricciones en la adquisición, porte o uso de armamento. Al contrario, proponen e impulsan políticas para que los profesores entren a las aulas de clases con armas. El ex presidente Donald Trump, fue una de las personas que en el 2018 luego del tiroteo en la escuela Marjory Stoneman Douglas en Florida, en donde murieron 17 personas, apoyó la aprobada ley que permite armar a los profesores en los colegios en el estado en que ocurrió tal hecho.
¿Puede pasar algo así en Chile?
El Ministerio del Interior se vio en la obligación de crear el Plan Menos Armas, Más Seguridad, una estrategia que busca frenar la circulación de armas de fuego, y de esta forma, disminuir la cantidad de delitos violentos. No obstante, el avance del crimen organizado y el narcotráfico son problemáticas que definitivamente hacen surgir dudas en cuanto a la posibilidad de que ocurra algún hecho similar en el territorio nacional.
Estenssoro detalló que los chilenos y chilenas tienen una tradición de prohibición de porte de armas, así como una cultura de que las únicas personas autorizadas para su porte son las policías. Sin embargo, señaló que esto “se ha ido relajando”. Cabe destacar que el ex candidato presidencial, José Antonio Kast, ha apoyado reiteradas veces revisar la Ley de Armas y extender la “tenencia responsable” para la defensa personal, medida que es bien recibida en los sectores de extrema derecha.
“Existe una industria de las armas y está asociada a determinados sectores políticos, es decir que el interés no es seguridad, sino económico”, manifestó.
En esa misma línea, el especialista reconoció la urgencia de lidiar con el crimen organizado, pero enfatizó la necesidad de volver a aquella tradición de que solamente las policías son quienes pueden usar armamento.