Esa fue la respuesta de la República Popular China a las permanentes referencias e intervenciones de Estados Unidos sobre la situación de los derechos fundamentales en el gigante asiático. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, pidió que se investigue y se redacte un informe sobre EEUU, país en el que  “el racismo está profundamente arraigado”, dijo. “Las minorías étnicas, incluidas las personas de origen africano y asiático, se enfrentan a la discriminación racial a diario”, aseveró Wang, recordando el trágico historial y récord de Estados Unidos en las tragedias causadas por los “tiroteos en campus y colegios de ese país”, algo que preocupa “profundamente” a China, manifestó.

Según el portavoz de Exteriores chino, EE.UU. no tiene derecho a acusar a otros Estados de violar los derechos humanos, puesto que se ha convertido en un país en el que esto ocurre sistemáticamente. Además, hay numerosas evidencias de que cuestiones como la discriminación racial, los delitos con armas de fuego y la violencia ejercida por parte de las fuerzas del orden “son problemas sistemáticos y a largo plazo”. Según señaló en una rueda de prensa celebrada este lunes, Washington posee el mayor índice de violencia con armas de fuego en el mundo, lo que lo convierte en “el único país desarrollado en el que durante los últimos 20 años se producen tiroteos masivos cada año”, afirmó. Sin embargo, a pesar de ello, las autoridades estadounidenses no han presentado un proyecto de ley de control de armas en los últimos 25 años.

El vocero de la cancillería china entregó, asimismo, importantes datos acerca de la situación de las minorías étnicas en el territorio estadounidense. Dijo que,  el 93,7 % de los estadounidenses musulmanes sufre la islamofobia; el 81 % de los adultos estadounidenses de origen asiático cree que la violencia contra ellos sigue aumentando, algo que implica, según Wenbin, que las personas de color sufren una grave discriminación por parte de la policía, de acuerdo a los resultados de una encuesta que demuestra que solo el 22% de los estadounidenses cree que las fuerzas del orden tratan a todas las personas por igual. Incluso los hispanos, que constituyen el 19% de la población de EE.UU., poseen tan sólo el 2% de la riqueza del país, aseveró.

“El derecho a la vida de la gran mayoría de personas en Estados Unidos, incluidos los niños, es difícil de garantizar”, lamentó el representante del Ministerio de Exteriores chino. “EE.UU. se está convirtiendo en un país donde los derechos humanos son sistemáticamente violados y, por lo mismo, no tiene derecho a señalar con el dedo la situación de éstos en otros países. Lo que debería hacer EE.UU. es reconocer los graves problemas de derechos humanos existentes en su territorio y pensar seriamente en cómo resolver de raíz el deterioro de los mismos”, aseveró Wang Wenbin, al comentar que sólo en los últimos 21 años, Washington ha llevado a cabo guerras en unos 80 países, provocando la muerte de más de 800.000 personas, incluidos unos 300.000 civiles en nombre de la lucha antiterrorista”, dijo.

El alto funcionario chino expresó que a EEUU “no le importa la situación de los Derechos Humanos en absoluto”, afirmando que “únicamente quiere utilizarlos para difamar y contener a China”. “La hipocresía y los entramados políticos de Estados Unidos han quedado al descubierto desde hace mucho tiempo”, aseguró. “Ahora está criticando y desacreditando la visita de Michelle Bachelet a China. Desde el principio ha sido Estados Unidos el que se ha empeñado en que Bachelet visitara China. Son ellos quienes han puesto condiciones a su visita”, aseveró.

Por su parte, Michelle Bachelet defendió el sábado su polémica visita a China, instando a las autoridades a evitar medidas “arbitrarias e indiscriminadas” en Xinjiang, región en la que Pekín está acusada de abusos generalizados. Una visita severamente criticada por organismos de DD.HH. como Amnistía Internacional y Human Rigths Watch, entre otros, que la estimaron connivente con los intereses de Pekín. Por su parte, organizaciones de refugiados aigures en el extranjero la han calificado de “traición total”, arguyendo que Bachelet debería renunciar a su alto cargo por haberse prestado -en su opinión- al juego político de Pekín.