“No son muchas sociedades que son capaces de construir su futuro a partir de situaciones traumáticas”, señaló el periodista e investigador, Mauricio Weibel Barahona, al destacar el fallo de la Segunda Sala de la Corte Suprema que ratificó las condenas contra ex agentes del Comando Conjunto que participaron en la desaparición de cinco militantes de izquierda, entre ellos su padre, José Weibel Navarrete, secretario general de las Juventudes Comunistas.
La resolución del Máximo Tribunal se da en el contexto en que las fuerzas políticas y sociales discuten si avanzan hacia la construcción de un país más inclusivo y democrático o se queda anclado en la actual constitución. De ahí la importancia de un fallo que ratifica que los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles, ya que desestima la media prescripción invocada por la defensa de los genocidas y de cierta manera, también reconoce la lucha de las familias que durante años exigen justicia.
“Es una resolución que hace justicia después de 46 años. Una resolución que se enmarca dentro de lo que ha sido una larga construcción de memoria, de verdad, de los movimientos de derechos humanos. Es una resolución que esperábamos por cierto, porque en el caso de mi padre teníamos antecedentes de quiénes eran los secuestradores, los asesinos, hace casi 40 años. Por lo tanto, es una resolución que en ese sentido contribuye a un país para que en el futuro, ojalá no se repita nuevamente esta situación”, señaló Weibel.
El fallo confirmó las condenas contra ex agentes del Comando Conjunto, organismo creado para perseguir y exterminar a los militantes del Partido Comunista, quienes participaron en los secuestros calificados de Carlos Sánchez Cornejo; Francisco Hernán Ortiz Valladares; José Santos Rocha Álvarez; José Weibel Navarrete y Mariano Turiel Palomera.
José Weibel tenía 33 años al momento de ser detenido en la vía pública, el 29 de marzo de 1976, mientras viajaba en un bus de la locomoción colectiva con su esposa, María Teresa Barahona Muñoz, y sus dos hijos, Mauricio (9) y Alvaro Weibel Barahona (6).
Para el periodista llegar a este momento, “si bien ha sido un camino dificultoso de mucho trabajo, efectivamente creo que con el tiempo, como sociedad, hemos logrado ir construyendo verdad, justicia y memoria. En la larga historia de la humanidad sólo dos países han logrado hacer esto, que son Chile y Argentina. En Uruguay no existe, ni existirá justicia, tampoco en Brasil o en Bolivia. La verdad es que si bien siempre va a faltar más justicia, hay que reconocer que se lograron cosas importantes y en otros países de América Latina no ha existido y eso también tenemos que valorarlo. Siempre digo donde estuvo preso (José) Mujica hay un mall, donde estuvo presa presa la Presidenta (Michelle) Bachelet es un Parque por la Paz y eso muestra la diferencia entre los procesos de dos situaciones muy distintas”.
Weibel destacó que en el fallo de la Corte Suprema se ratificó que los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles y esto responde a la resolución de la Corte Interamericana de DD.HH. “Lo que sucedió fue que después de la detención de Pinochet en Londres, el Estado chileno se comprometió a sancionar a los represores, a los agentes de la dictadura. Pero en la Corte Suprema inventaron esta figura de la media prescripción, o sea que los crímenes de lesa humanidad que son imprescriptibles, podían ser prescritos y esto es una barbaridad jurídica”, dijo el profesional.
Agregó que el año pasado, “la Corte Interamericana de Derechos Humanos estableció que aquello era inaceptable, que era algo que no se podía tolerar y obligó a la Corte Suprema a rehacer los fallos que habían dictado esta media prescripción y estableció un estándar. O sea, les dijo no se puede, es inaceptable emitir fallo aplicando medidas que prescripciones, es un error jurídico y eso es lo que ha hecho que desde el año pasado, gracias a ese aporte, a esa jurisprudencia aceptada por la Corte Interamericana el Estado chileno, ya no puede aplicar más la media prescripción”.
En este contexto y dado el escenario que vive el país ad portas de aprobar una nueva constitución política, Weibel dijo que “lo más relevante hoy día es que estamos construyendo un país distinto y tenemos la posibilidad de construir un país solidario, un país paritario, un país democrático y creo que la gran experiencia que podemos plantearnos entre todos y todas, es que a 50 años casi del golpe militar, la sociedad chilena está construyendo su futuro desde el diálogo, desde la política en el sentido más griego más puro”.
Puntualizó que “ese es un gran ejemplo para el mundo, porque no son muchas sociedades que son capaces de construir su futuro a partir de situaciones traumáticas, a partir del diálogo, de la democracia, a partir de la tolerancia y creo que ese es un tremendo aporte un tremendo ejemplo que la sociedad chilena está dando a las nuevas generaciones”.