El 5 de agosto, el ejército israelí lanzó una operación que calificó como “preventiva” contra la Yihad Islámica que opera en la Franja de Gaza. Durante las acciones bélicas, sin duda “selectivas”, perdieron la vida los principales jefes militares yihadistas que se mantenían activos y organizados en el enclave palestino, además de combatientes del grupo.
Del total de 48 víctimas mortales confirmadas entre civiles por el Ministerio de Salud palestino y corroboradas por la Oficina de Bachelet, 17 fallecieron durante la escalada militar inicial, entre el 5 y el 7 de agosto, entre ellos cuatro mujeres. De los 360 palestinos heridos en los recientes ataques contra Gaza, al menos dos tercios eran civiles, incluyendo 151 niños, 58 mujeres y 19 personas mayores, según las informaciones recogidas por la ONU.
En cuanto a los 19 niños asesinados, dos de ellos murieron en una operación militar lanzada por Israel en Cisjordania hace dos días, mientras la última víctima se registró este jueves 11: se trata de una niña de 10 años que había sido trasladada a un hospital palestino en Jerusalén después de resultar herida por un bombardeo israelí. Al respecto, Michelle Bachelet aseveró que “el asesinato y amputación de tantos niños es inconcebible” dijo, exigiendo el inmediato fin de los ataques israelíes.
La oficina de Bachelet pudo comprobar que varios ataques israelíes alcanzaron propiedades que eran claramente civiles, aunque el ejército israelí sostiene un argumento que no es nuevo al afirmar que los palestinos, incluidos los niños, murieron por la explosión de cohetes lanzados por la Yihad Islámica hacia Israel, pero que, por error, habrían caído en territorio del enclave.
La Alta Comisionada acusó también a los grupos armados palestinos de haber lanzado discriminadamente cientos de cohetes, causando víctimas civiles y daños a la propiedad civil en Israel y Gaza. “Hay que poner fin a estos ataques”, urgió Bachelet, pidiendo investigaciones rápidas, independientes e imparciales, exhaustivas y que transparenten todos los incidentes en los que hubo muertos o heridos. “Infligir daño a cualquier niño durante un conflicto es muy inquietante, muy doloroso e inconcebible”, aseguró la alta comisionada.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) condenó este jueves la muerte de niños palestinos como consecuencia de la represión israelí en los territorios ocupados. Los últimos menores víctimas de los ataques de uniformados sionistas se reportaron en los territorios de Nablús y Hebrón, que se suman a los 19 ultimados entre Cisjordania y Gaza en lo que va de este mes. En tal sentido, la oficina de Unicef para Palestina expresó en la plataforma Twitter que todo niño tiene derecho a la vida y a no estar expuesto a violencia ni represión.
Se añade en su página oficial que muchos pequeños han sido testigos de este conflicto por mucho tiempo y que “no han conocido más que guerras, conflictos y violencia. La mayoría vive con un impacto psicológico altamente dañino a largo plazo en su salud mental”, señala el órgano de Naciones Unidas. Ante la desoladora realidad, UNICEF hizo un urgente llamado a las partes implicadas para hacer todo lo posible para evitar más violencia. “Otro conflicto sólo traerá más sufrimiento y más pena. Es necesario encontrar una solución duradera a este conflicto”, remarcaron. En tal sentido, la representante de Unicef para Palestina, Lynn Hastings, realizó una visita a la Franja de Gaza para atestiguar y evaluar los recientes impactos en niños y sus familias tras la ofensiva desplegada con misiles por Israel sobre ese territorio.
Al mismo tiempo, el ministro palestino de Desarrollo Social, Ahmed Majdalani, denunció que las violaciones practicadas de manera sistemática por Israel, además de dejar secuelas indiscutibles en los menores, los privan de vivir seguros y con acceso a sus derechos básicos. Según el Ministerio de Salud palestino, los uniformados sionistas asesinaron -sólo en 2021- a 355 palestinos e hirieron a otros 16.500, incluidos 87 menores, 60 mujeres y 18 ancianos.
