“Los 100 años de la radio en Chile son motivo de celebración y reflexión”, señaló el académico de la Facultad de Comunicación e Imagen (FCEI), Juan Enrique Ortega. Es que un hito como este, trascendental para la sociedad y su relación, su historia y su cotidianidad, amerita repensar y analizar una trayectoria, y por supuesto, el estado actual y desafíos de este dispositivo mediático. Financiamiento, propiedad, nuevos formatos, confianza, descentralización y normativas, son solo algunos de los aspectos a considerar.
¿Qué sucedió el 19 de agosto de 1922? Desde la Casa Central de la U. de Chile, salieron las primeras señales de radio a unas cuadras del edificio patrimonial, a las dependencias donde en ese entonces estaba ubicado el diario El Mercurio, gracias al trabajo del ingeniero Enrique Sazié y del profesor Arturo Salazar.
“Sin preámbulos, sin conocimiento de ninguna especie de carácter técnico (…) salía mi voz al aire en una organización, casi podríamos decir de radiodifusión”, relata uno de los protagonistas de esa histórica jornada, el cantante Jorge Quinteros, cuyo canto se pudo oír desde el edificio de Alameda 1058, a la esquina de Morandé con Compañía.
Este centenario será conmemorado en la U. de Chile con la presentación del libro “100 años de la radio en Chile 1922 – 2022”, del académico Raúl Rodríguez y a través de 100añosradio.cl, proyecto web sonoro y patrimonial que rescata la memoria de la radio y su importancia en la sociedad chilena, a cargo del mismo académico.
“A lo largo de la historia, la radio se ha transformado en un medio que acompaña nuestras labores cotidianas. La voz del conductor, la música y la presencia de auditores en los programas, genera una atmósfera íntima, lo que hace -según interpreto- que la radio sea el medio más confiable para nuestro país, algo que también plantea el último informe de Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI)”, reflexionó Javiera Barría Gallardo, productora de la Radio Juan Gómez Millas de la Escuela de Periodismo de la U. de Chile.
La productora sostuvo que dicho formato, de preferencia atemporal, nos devuelve a los radialistas una nueva posibilidad de acercamiento, tanto con audiencias específicas, como también de las temáticas que se pueden abordar, ampliando la paleta sonora, remergiendo los radioteatros, en combinación con nuevos formatos como paisajes o documentales sonoros.
“A 100 años de la radio, este medio nos entrega una nueva posibilidad de encuentro íntimo con nuestras audiencias, con la ganancia de tener mejores riquezas sonoras que permitan mejorar la experiencia para los/las radioescuchas; mientras para quienes comunicamos nos interpela a tener una mayor precisión en lo que se propone, como también a ser más creativos”, concluyó Barría.
Loreto Rebolledo, decana de la Facultad de Comunicación e Imagen de la U. de Chile, afirmó que en el último tiempo, la falta de medios públicos, sobre todo en el sistema radial donde no existe ninguna señal estatal o con apoyo del Estado, está haciendo ruido. “Por esto, tres universidades estatales, junto al Ministerio Secretaría General de Gobierno, firmamos el convenio para la puesta en marcha de la mesa ‘Más amplitud, más voces, más democracia’ “.
Además, señaló que en la mencionada instancia, tres académicos de la FCEI están participando para democratizar el sistema de comunicación nacional. “El desafío es ese. Generar las condiciones para posibilitar la creación de un ecosistema general fortalecido, amplio y diverso”, dijo.
El director de la Radio Universidad de Chile, Patricio López, manifestó que el espacio radial sigue siendo fundamental para las comunidades y “sobrevivió con buena salud a todos los apocalipsis anunciados”.
“Lo que falta es que se cautele su dimensión pública. Y aquello se hace con políticas. Baste ver lo que ocurre con la Región Metropolitana: solo tenemos dos radios de universidades del Estado y luego una larga lista de radios privadas, que con algunas excepciones tienen miradas afines sobre el país, en general asociadas a grandes intereses económicos. Aquello es más que legítimo, más no puede transformarse en el panorama general, porque secuestra el espacio donde opera a gran escala la democracia en el país”, destacó López.
De la misma manera, expuso que en regiones las radios son tanto más necesarias, pero a menor escala sucede lo mismo: funcionan con gran precariedad y son vulnerables editorialmente a cualquier auspicio, o incluso a su compra por parte de grandes cadenas que operan desde Santiago.
“Aunque no hay una manera científicamente precisa de cautelarlo, el espíritu es el siguiente: que el país y las comunidades vean en la escena radial un reflejo y no una distorsión de su diversidad y de sus anhelos. Ello, obviamente, debe ser cautelado con políticas públicas de distinto tipo, entre las cuales se pueden contar: el apoyo directo a medios públicos, universitarios y comunitarios; la regulación de la concentración y la redistribución del avisaje estatal”, recalcó.
Valtencir Mendes, Jefe de Educación y Oficial a cargo de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, afirmó que Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura celebran los 100 años de la radio en Chile, “un hito histórico que nos hace patente su vigencia, siendo uno de los medios de comunicación más confiables y utilizados en el mundo”.
Así, indicó que bajo ese contexto y en medio de la velocidad de la era digital, es fundamental seguir robusteciendo un “periodismo ético basado en la diversidad, la pertinencia territorial y la información veraz que se comparta en aras del interés público, que exija responsabilidades a los poderosos y que se constituya como una plataforma para el fortalecimiento de la democracia y la libertad de expresión”.
Raúl Rodríguez, académico de la (FCEI) y director del proyecto 100 años de la radio en Chile, reconoció que la radio es el medio mejor valorado por los chilenos, y los periodistas y trabajadores de la radiofonía aprecian profundamente la libertad de expresión y editorial que se vive en el dial. “Todavía tenemos pendiente democratizar el sistema de medios y, en particular, la radio. Necesitamos una política pública que esté a la altura de los tiempos digitales y convergentes, que reemplace la ley general de telecomunicaciones de 1982 y que sea garantía de un sistema de medios plural y diverso, en el que las radios públicas, universitarias y comunitarias tengan un espacio consagrado y en igualdad de condiciones con la radio privada”, dijo.
Por otra parte, Rodriguez, destacó que las radios tienen un gran desafío frente a la expansión que vive lo sonoro y el podcast. Puesto que se hace necesario diversificar contenidos, géneros y programaciones que puedan conectarse con las audiencias del futuro, de cara al bicentenario.
Kike Ortega, académico de la Facultad de Comunicación e Imagen (FCEI) mencionó que los 100 años de la radio en Chile son motivo de celebración y reflexión, “en especial para hacer ejercicios de memoria colectiva respecto de su rol en la sociedad chilena, y también poder preguntarnos como comunidades qué esperamos de una herramienta técnica que permite y multiplica la comunicación en nuestros tiempos”.
El académico expresó que el primer desafío para la radio es ser reconocida no sólo como una herramienta histórica de comunicación, que conjuga lenguajes sonoros y genera una intimidad con la audiencia pocas veces igualada por otros formatos, sino también como un medio vigente y que proyecta nuevos horizontes en relación a los escenarios futuros de la comunicación.
“La adaptabilidad de la radio permite que las nuevas generaciones participen de las nuevas formas de producción y consumo con pleno manejo del formato, lo que obliga a repensar su enseñanza y su vinculación con espacios educativos”, afirmó Ortega y agregó que “”otro desafío que me parece fundamental señalar, es la proyección de los usos no informativos de la radio, en especial el ejercicio comunitario de comunicación que toman territorios y comunidades para ejercer el derecho a la comunicación.
En ese sentido, manifestó que urge valorar la acción radial territorial, fomentar su uso y promover una cultura de respeto frente a radios que no tienen un modelo comercial de funcionamiento, en algunas ocasiones el mercado parece ser el único lente con el cuál enfocamos el quehacer radiofónico y dejamos afuera a diversas experiencias que han hecho historia en Chile y el continente.